San Juan

Remisero habría matado a pasajero tras discutir

DyN

Un remisero era intensamente buscado hoy por la Policía de San Juan, sospechado de haber asesinado de un balazo a un pasajero, aparentemente tras discutir con él luego de un viaje, se informó hoy.

El conductor fue identificado como Pablo Cuenca, de 38 años, quien sería el autor del disparo que costó la vida a Víctor Iván Peñaloza, de 41.

Fuentes policiales informaron que el pasajero había llamado en la madrugada de ayer a la empresa de remises Sumampa de esta capital. Los investigadores iniciaron la búsqueda a raíz de que el número de la compañía quedó grabado en el celular de la víctima.

Poco después se determinó que Cuenca había llevado a Peñaloza hasta una dirección del departamento Rawson, en el conurbano de la capital provincial.

En el abdomen

Según había podido reconstruir la Policía, el viaje finalizó en la puerta del kiosco de la pareja de Peñaloza, donde se habría producido una discusión entre el conductor y el pasajero. Entonces, según testigos, Peñaloza fue empujado fuera del automóvil con un balazo en el abdomen.

El hombre fue asistido por personal de una ambulancia que lo trasladó al hospital Rawson de la ciudad de San Juan, donde falleció, mientras era intervenido quirúrgicamente. Horas después, la policía encontró el auto cuando era conducido por el hermano del prófugo, quien afirmó que Pablo Cuenca le había entregado el vehículo recién lavado en el cambio de turno para continuar trabajando.

Por su parte, el propietario de la remisería, José Luis Segovia, aseguró que desconocía que Cuenca tuviera un arma. En declaraciones a radio Sarmiento de esta capital, agregó que ningún cliente se había quejado nunca sobre el comportamiento del chofer y recordó que el test psicológico de los conductores los realiza la empresa Emicar, que tiene la concesión de la emisión del carnet de conducir en la provincia.

Fuentes de la investigación descartaron que el móvil del crimen haya sido un supuesto intento de asalto por parte del cliente, porque consideraban que, si hubiera sido así, Cuenca debió radicar la denuncia en lugar de huir.