Prostitución en San Carlos Norte

La dueña del bar El Eclipse pide que las dejen trabajar

La dueña del bar El Eclipse  pide que las dejen trabajar

La mujer de 32 años estaba al frente del emprendimiento comercial habilitado como bar por la comuna sancarlina.

Evangelina Ríos cuestionó dos allanamientos realizados este año en el local comercial que regentea sobre la Ruta 19. Sin embargo, desde la Dirección de Trata de Personas y la Fiscalía aseguran que allí se ejerce la prostitución y faltan controles.

 

Juliano Salierno

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“Nosotras trabajamos como coperas, pero no ejercemos la prostitución”, aseguró Evangelina Ríos, que se queja por la clausura del bar El Eclipse, ubicado sobre Ruta Nº 19, km 26, en jurisdicción de la comuna de San Carlos Norte. El eufemismo a través del cual la mujer justifica su actividad abre camino a la crítica, que en este caso se centra en la Unidad de Trata de Personas, que el viernes pasado allanó el local por segunda vez en el año.

El procedimiento policial realizado el 10 de agosto contó con todas las garantías que exige la ley, aseguran desde el Ministerio de Seguridad, que es el órgano del cual depende el brazo operativo dedicado a combatir la trata de personas en Santa Fe.

Una orden de allanamiento impartida por el juez Correccional Nº 1, Gabriel Candioti; la presencia en el lugar del fiscal Nº 7, Jorge Andrés, para contralor judicial; y la contención a cargo de una psicóloga de la repartición policial para atender a las mujeres explotadas, fueron parte del operativo que ahora se cuestiona.

Ley de Profilaxis

Aunque para Ríos “no hay constancia en ningún ente oficial del reclamo” que ahora hace público, El Litoral acreditó la existencia de al menos una denuncia contra las jefas de la Dirección Especial de Prevención y Sanción del Delito de Trata de Personas, presentada por un abogado local que mueve sus piezas desde el anonimato.

Mientras Ríos acusa que se las trata como “basura”, las autoridades constataron que las personas que vivían allí lo hacían en “condiciones deplorables”, suficientes como para corroborar que el local infringía todas las garantías que protege la Ley Nº 12.333 de Profilaxis de enfermedades venéreas.

Dos dominicanas de 24 años y una santafesina de 25 fueron rescatadas del denominado bar El Eclipse. Las tres estaban a cargo de Ríos, que es la titular del comercio, donde también vivía su hermano Matías, de 18 años.

Dominicanas

“Dicen que nos tienen a resguardo, pero es mentira porque nos dejaron en la calle”, denunció Ríos. “La primera vez que nos van a hacer un allanamiento no nos encontraron nada”, asegura la mujer de 32 años en referencia a un procedimiento realizado en mayo por la fuerza pública.

La frase “no nos encontraron nada” significa para Ríos que no había menores trabajando, ni personas privadas de la libertad, ni sustancias prohibidas; sin embargo ya en ese entonces la Unidad de Trata de Personas advirtió que allí se intercambiaba dinero por sexo.

También acusó al Estado provincial de haber expulsado “a las dos dominicanas, que no tienen dónde ir a vivir”. “Las echaron por tres meses de Santa Fe” y debieron regresar a Necochea, donde tienen residencia según los trámites de migraciones.

Pero allá “se les venció el contrato de alquiler y terminaron en la calle. Me llamaron para volver (a San Carlos N.) y yo no las voy a dejar en la calle”, desafió la encargada. “A la otra chica santafesina la tiraron en la calle igual que a mí”, agregó.

Llegan clientes

A propósito de esas acusaciones, el fiscal Jorge Andrés ratificó que “el procedimiento se hizo bajo absoluto marco de normalidad y corrección”.

“Se corroboró que se estaba ejerciendo la prostitución”, dijo el funcionario y relató el cuadro con el que se encontraron al llegar al local. “Hay habitaciones con camas y baño de los denominados en suite, pero todo es muy precario. Paredes con humedades, techos sin cielorraso y una cocina deteriorada” es el cuadro lúgubre con el que se encontraron al llegar; y como si fuera poco, “mientras se desarrollaba el procedimiento todavía arribaban los clientes”.


Foto: Mauricio Garín

Autorización y falta de controles

El bar El Eclipse está enclavado sobre la Ruta Nacional Nº 19, km 26, en jurisdicción de la comuna de San Carlos Norte, que es la administración encargada de habilitar y controlar el emprendimiento.

Consultados por El Litoral, la actual gestión encabezada por Carlos Chavarini, del Frente Progresista Cívico y Social, aseguró que el comercio cuenta con todos los requisitos para funcionar.

“El local tiene habilitación para bar” y “hace unos dos años que está funcionando” bajo esa denominación, confirmaron. También explicaron que “cada tanto la comuna hace el chequeo de que estén pagando en los términos que establece la ley”, aunque se lamentaron de no poder hacer las inspecciones correspondientes porque “no tenemos autoridad de control” que en otro tiempo estaba a cargo del Juzgado de Faltas que ya no funciona.

Ahora “interviene la policía” directamente y “en este caso sería la policía del departamento Las Colonias”, aseguraron las fuentes consultadas en el lugar. No obstante el descargo por la falta de control, la Justicia analiza la responsabilidad de funcionario público, en este caso por la presunta omisión en el ejercicio de sus tareas de fiscalización.

A propósito de ello las autoridades comunales de San Carlos Norte concertaron una audiencia en el Ministerio de Seguridad provincial, prevista para el martes que viene.

La dueña del bar El Eclipse  pide que las dejen trabajar

El Eclipse fue clausurado tres veces desde 2010, las dos últimas -mayo y agosto de 2012- mientras estaba al cuidado de Ríos.

160 Preservativos.

Entre los elementos secuestrados en Eclipse la semana pasada constan unos 160 preservativos cerrados con la inscripción del Ministerio de Salud de la Nación. “Los preservativos que encontraron del Ministerio de Salud son los que nos da el médico (del Samco de SCN), porque tenemos la libreta de sanidad al día”, afirmó Evangelina Ríos.

/// EL DATO

Vida de copera

Evangelina Ríos tiene 32 años y hace 16 que trabaja como copera. La mitad de su vida se dedicó a esa actividad que define como “acompañar a los caballeros a tomar una copa”. “Jamás tuve antecedentes”, se enoja Evangelina, quien la semana pasada fue arrestada e identificada dactiloscópicamente junto con su hermano.

Entre sus antecedentes laborales enumera los lugares por donde pasó: “Río Cuarto, Río Gallegos, Bahía Blanca, Punta Alta, en todos lados; y la verdad que nunca tuve el maltrato que nos dieron ahora. Creemos que se ensañaron con nosotras”, evalúa.

“No sé en base a qué dicen que estábamos ejerciendo la prostitución, porque es un bar y la gente va a tomar algo”, se defendió. Es más “la primera vez que nos allanaron encontraron a siete clientes”.

“Yo estoy de acuerdo con que clausuren donde haya personas contra su voluntad”, pero “lo que lograron con esto es dejarnos en la calle. No nos dejan tranquilas y nos tienen al acecho con la policía”.