Fuertemente custodiado

Jefe barra brava de Boca, trasladado de madrugada

DyN

El jefe de la barra brava de Boca Juniors, Mauro Martín, fue trasladado esta mañana a una clínica porteña tras haber recibido un balazo en el abdomen al ser atacado el sábado último en la autopista Rosario-Santa Fe cuando se dirigía a ver el partido contra Unión.

Custodiado por patrulleros y en la oscuridad de la madrugada la ambulancia trasladó a Martín los 300 kilómetros, controlado por médicos y paramédicos y acompañado de su esposa y amigos. Según informó el director del Hospital Provincial de Rosario, Pietro Belletich, la ambulancia partió a las 1.45 de la madrugada y llegó a la clínica Santa Isabel poco antes de las 7.

Ni bien se abrieron las puertas del móvil para sacar la camilla, un compañero y la esposa tendieron una tela para evitar fotos. No obstante, se vio a un hombre con los ojos cerrados y con una sonda asomando desde su nariz.

Según revelaron a DyN allegados al herido, Martín fue alojado en una sala de terapia intermedia para reponerse de la operación a la que fue sometido en Rosario con el colon e intestino perforados en seis partes.

Belletich insistió hoy por radio Continental que los mayores cuidados en la recuperación hay que tenerlos en evitar infecciones por las perforaciones del intestino grueso y delgado por el trayecto del proyectil y que obligó a la intervención el sábado último.

El viaje por la noche habría sido por cuestiones de seguridad y evitar un seguimiento de periodistas por la ruta. Es que Belletich admitió que cerca de las 2 de la tarde del domingo llegó la autorización del juez Eduardo Filocco para el traslado, el cual se hizo doce horas después.

Se estima que la recuperación de Martín lo obligará a permanecer internado en la clínica de la avenida Directorio durante varios días. El permiso llegó luego de que los exámenes de dermo test dieran negativos, con lo cual demostraría que Martín no gatilló arma alguna el sábado en el enfrentamiento entre facciones de La Doce y también tras prestar declaración testimonial, en la que dijo no saber quién le disparó.