Dio vuelta un partido complicadísimo

El equipo de Sensini deja a

todos con la boquita abierta

En el día de Santa Rosa, Racing le puso arriba una tormenta que duró 45 minutos. Después, Colón hizo que la luna de Avellaneda brillara más que nunca y ganó bien.

El equipo de Sensini deja a todos con la boquita abierta

 

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Estuvo lleno de rarezas el partido de anoche, pero aun así sirvió de confirmaciones. La rareza mayor fue la diferencia que hubo en el rendimiento de los dos equipos entre un tiempo y otro. La confirmación principal es que este Colón es un equipo que no se rinde y que cuando se encuentra cómodo va creciendo en forma exponencial hasta someter al rival. Si se mira sólo el primer tiempo, es casi imposible justificar el resultado. Pero si se observa el segundo, la victoria sabalera aparece a todas luces merecida, además de marcar atributos que ya se van transformando en una “marca” para este equipo, como por ejemplo la capacidad para acostumbrarse a una situación negativa y sacar las fuerzas y las ideas necesarias para revertir la situación.

Veamos: Colón ha conseguido revertir momentos complicados en los últimos tiempos. El primero se dio en Santa Fe ante Belgrano (perdía 2 a 0 y lo empató); después, no se desmotivó cuando Racing -injustamente- le empató el partido en Santa Fe, fue a buscar la victoria y la logró; lo mismo pasó cuando le ganaba a Estudiantes y le empataron faltando poco; y anoche dio cabal muestra de esa madurez que alcanzó este plantel, cuando dio vuelta el partido y consiguió una victoria que no se olvidará por mucho tiempo.

Por eso es justificada la alegría de la gente y por eso también se puede argumentar este presente notable. La gente se siente identificada con la presencia, el respeto, los pasajes de buen fútbol y la entrega de este equipo. Y en la cancha se está demostrando que no en vano se fue armando un plantel al cual Sensini quiso retener en todo momento y los dirigentes hicieron el esfuerzo justo e inteligente para no desarmarlo, más allá de algunas ausencias notorias como la del Bichi Fuertes, indiscutible emblema sabalero de los últimos tiempos.

Pero lo que más se rescata es la madurez y la convicción que se destacan a partir de la solidez y del compromiso que se observa adentro de la cancha, aun en los momentos más complicados como el que se vivió anoche cuando Racing fue una verdadera “tromba” casi imparable durante 45 minutos que se asemejaron a un suplicio para los sabaleros.

En ese lapso inicial, Racing hizo todo bien. Salió a “primerear”, a marcar presencia y a convertir un gol cuanto antes. No le pudo salir mejor, porque a los dos minutos ya ganaba y a los 8 le anularon un gol. Colón no hacía pie en todo el sentido de la palabra. No hacía pie porque los jugadores se resbalaban con un campo de juego bastante mojado (aunque no llovió), ni tampoco hacía pie porque no se veía esa solidez que venía identificando al equipo más allá de algún pequeño sobresalto como fue el primer tiempo contra Racing.

Si Zubeldía mojó o no mojó la cancha no importa tanto como señalar que el técnico local fue inteligente al armar un equipo rápido. Sacó buenos jugadores pero lentos, como Camoranesi, Villar y Sand, para poner gente descansada y vertiginosa como Fariña, Aued y Cámpora. Se notó en el ritmo que le metió Racing al partido, algo que terminó sorprendiendo a un Colón que parecía una sombra del que le había ganado con amplitud a Racing en la ida. Con problemas defensivos que parecían insolubles (sobre todo por los laterales), más cierta falta de contención en el medio, ausencia de espacios para Mugni, Curuchet y Moreno y escasa gravitación arriba a la hora de atacar.

A octavos.

Colón pasó a octavos de final de la Copa Sudamericana y el próximo rival saldrá de la llave que enfrenta a Cerro Porteño de Paraguay (equipo que dirige Jorge Fossati y en el que juega Lucero, dos ex Colón) y Mineros de Venezuela. El partido de ida terminó 2 a 2 en Venezuela, mientras que la revancha se disputará en Asunción el 19 de septiembre venidero. No se saben las fechas en que se jugarán los partidos de octavos, pero lo que está resuelto es que sea cuál fuere el rival, Colón disputará el primer partido en Santa Fe y la revancha como visitante.

/// EL DATO

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Directo a la red...

Las dos definiciones en los goles sabaleros: primero se escapó solo Gigliotti y, como todo delantero de raza, no perdonó ante el arquero. Después fue el turno de Moreno (la figura del equipo y quien asistió en gran forma al “9” en el primer tanto), que tuvo la fortuna de un desvío para convertir el segundo. Fotos: Matías Nápoli

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Justicia y alegría

El abrazo por el gol de Moreno y Fabianesi sintetiza lo que todos los jugadores destacan en cada declaración: la unión que existe en el grupo. Colón fue una tromba en el segundo tiempo y no cometió el error de Racing en el primero: fue efectivo en el área rival y así consiguió la victoria. Foto: Matías Nápoli

El panorama casi desolador que Racing le planteó a Colón en el primer tiempo fue apenas una tormenta de verano que duró 45 minutos. El complemento fue otro partido totalmente diferente, con un intercambio de roles muy acentuado e inexplicable. Racing pasó de la explosión, la confianza ciega y extrema más la prepotencia de su juego, a convertirse en un equipo inexpresivo, que perdió el contacto con la pelota y, consecuentemente, el protagonismo del partido. En cambio, el Colón confundido y apabullado del primer tiempo se transformó en un equipo firme, seguro, que empezó a tener confianza en el manejo de la pelota y logró abrirse los espacios suficientes para llegar al gol, como pasó en la jugada del primero, cuando Moreno aprovechó el adelantamiento defensivo de Racing para dejar mano a mano a Gigliotti, quien definió con mucha clase ante la salida de De Olivera.

Todas las dudas defensivas del primer tiempo se transformaron en solidez como por arte de magia. Y a partir de ello, el equipo creció en inteligencia y capacidad para tener la pelota, algo para lo cual contribuyó mucho el mejoramiento sustancial de los cuatro del medio. Moreno, Prediger y Mugni jugaron un gran segundo tiempo, en tanto que el Polaco Bastía se cansó de quitar, respaldar a sus compañeros y cerrarle los caminos que con tantas libertades habían encontrado los volantes de Racing en el primer tiempo.

Otra cuestión clave fue lo físico. Racing lo había apabullado a Colón en el primer tiempo y ese vértigo incontrolable del local contrastaba con cierta pasividad de la visita. Cuando las piernas ya no le respondieron más a Racing, aparecieron también -como por arte de magia- en Colón y el segundo tiempo fue otra historia también en este aspecto tan sensible en una semana con tantos partidos como la que atraviesa el equipo de Sensini. Y Colón volvió a demostrar que lo físico responde sobradamente, que se corre mucho y bien (éste es un mérito del estratega) y que la seguidilla de partidos no afecta.

Le sobran méritos a este equipo. Desde la planificación deportiva, la idea de mantener la base, de trabajarla a partir de los buenos jugadores que había, de darle oportunidades a los chicos del club y continuidad, de acertar con los refuerzos (más allá de que al margen de Gigliotti, el resto no ha jugado mucho) y convencerse de una forma de jugar que eligió el técnico y que el plantel desarrolla con absoluta claridad y naturalidad.

Colón es todo un equipo, conjuga las virtudes de lo colectivo con la necesaria respuesta individual y se nota que hay muchos deseos -de parte de todos- de hacer historia. Esto recién empieza, pero nadie puede discutir que el camino elegido es el correcto y que lo logrado se materializó a partir de buenas actuaciones y de una identidad de juego muy clara. En otros tiempos, las cosas lindas que le están pasando a Colón no se hubiesen conseguido, sobre todo en el momento de superar adversidades casi extremas. Éstos son los buenos síntomas que este equipo viene dando y que le permiten, hoy por hoy, convertirse en uno de los mejores del fútbol argentino.

/// SÍNTESIS

Racing 1

Colón 2

Cancha: Racing.

Árbitro: Sergio Pezotta.

Racing: De Olivera; Pillud, Ortiz, Cahais y Lluy; Fariña, Zucculini, Aued y Centurión; Hauche y Cámpora. A.S.: Galanternick. Estuvieron en el banco: Migliónico, Saveljich y Sand. D.T.: Luis Zubeldía.

Colón: Pozo; Caire, Alcoba, Raldes y Urribarri; Moreno y Fabianesi, Bastía, Prediger y Mugni; Curuchet y Gigliotti. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Pellegrino, Graciani y Achucarro. D.T.: Roberto Néstor Sensini.

Goles: en el primer tiempo, a los 2 min Cámpora (R). En el segundo tiempo, a los 20 min Gigliotti (C) y a los 28 min Moreno y Fabianesi (C).

Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Corvalán (R) por Pillud; a los 28 min Vietto (R) por Aued; a los 29 min Bernardello (C) por Bastía; a los 31 min Pérez Guedes (R) por Centurión; a los 32 min Ramírez (C) por Gigliotti; a los 36 min Ricardo Gómez (C) por Mugni.

Incidencias: en el segundo tiempo, a los 41 min expulsado Vietto (R) por juego brusco.

Amonestados: en Colón, Alcoba, Moreno y Fabianesi, Bastía y Mugni.

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En octavos y sin dejar dudas

A pesar de sufrir un primer tiempo complicado ayer, en el análisis global de los 180 minutos Colón fue muy superior a Racing y ganó los dos partidos con total justicia. Este es el equipo que puso Sensini en ambas ocasiones. Foto: Matías Nápoli