Ante el exceso de agua

¿Un callejón sin salida?

Ante el difícil escenario, algunas sugerencias de manejo de corrales de alimentación, callejones, accesos y salida de la sala de ordeño, a cargo del INTA Rafaela.

Miguel Taverna, Jorge Ghiano y Emilio Walter

Según los especialistas, cuando las condiciones climáticas lo permitan, se pueden tomar algunas medidas de carácter preventivo.

Realizar un abovedado de los callejones existentes con una pendiente lateral o una doble pendiente de 5-8% (10-12 cm de diferencia de nivel) hacia una cuneta o hacia cada cuneta lateral.

Si el callejón tiene de 8 a 10 metros de ancho, dividirlo por la mitad con un boyero y hacer pendientes desde el centro hacia las cunetas laterales.

En el caso de disponer de callejones en muy mal estado y angostos, hacer un callejón alternativo de cada lado de éste, utilizando parte de los potreros laterales. Con un ancho de 4 a 5 metros, es suficiente si no se apura el arreo de los animales.

La cuneta debe limpiarse y mantenerse para facilitar el rápido escurrimiento de los excesos pluviales. Pasar un rabasto día por medio y después de cada lluvia, ni bien se pueda ingresar. La clave es evitar la acumulación de agua en algún sector y disponer de 2 o 3 alternativas de circulación. Ni bien se observe que una se rompe (las vacas tienen dificultad y entierran sus patas), debe utilizarse otra y realizar el mantenimiento. Así sucesivamente.

En esta época del año, no existiendo acumulación de agua y haciendo un correcto mantenimiento, los callejones se recuperan muy rápidamente.

No superponer circuitos de circulación de animales con los de las herramientas (tractor, míxer o carros) o del camión. en estos casos, se pueden utilizar distintos materiales para afirmar y compactar el camino.

Accesos y salidas

Si hay un punto crítico en este sentido, es el de las instalaciones de ordeño. Se aconseja abrir más de un acceso al corral de espera y más de una salida de la instalación. Esto se debe realizar aún a costa de tener que abrir alambrados fijos o cortar caños. Estas alternativas posibilitarán recuperar el sector de ingreso y salida. Se debe clausurar con boyero el ingreso y salida existente. Guiar el ingreso de las vacas hacia el nuevo ingreso y salida. Realizar el mantenimiento de lo deteriorado. Abovedar ingresos y salidas para permitir una rápida evacuación del agua. Usar rabasto cada vez que las condiciones climáticas lo permitan, después de cada lluvia. No hacer rellenos con elementos abrasivos o que lastimen las pezuñas (escombros, ripio, etc.) ya que si bien es un paliativo en la coyuntura, son perjudiciales a lo largo del tiempo. Utilizar tierra colorada seca o mezclada con cal. No usar tierra negra ni con restos de materia orgánica (bosta, paja, etc.). Establecer un adecuado mantenimiento de cunetas y desagües que permita un rápido escurrimiento de los excesos pluviales. En este caso, se repite el mismo consejo del apartado anterior, referente a la circulación de animales por un lado y herramientas por otro.

Corrales de alimentación

Rotar los corrales de alimentación existentes. Anexar de 3 a 4 hectáreas de potreros “duros” como alternativa para paliar la situación particular y temporal. Es preferible restar esta superficie de reservas que no disponer de lugar para distribuirla adecuadamente. Esto no debería afectar la producción de forrajes proyectada en reservas ya que el año es alentador en cuanto a la producción de cultivos. Mover los comederos dentro de cada corral y entre corrales en la medida que se evidencie deterioro. Pasar el rabasto día por medio o cuando las condiciones climáticas lo permitan.

Mantener cunetas y desagües para que permitan un rápido escurrimiento de los excesos pluviales.

 

¿Un callejón sin salida?
¿Un callejón sin salida?

Callejón limpio.

Los especialistas aconsejan no compartir el tránsito de animales y maquinaria.

Foto:Archivo

Recomendaciones generales

Limpiar y hacer más profundas, en caso de ser necesario, las cunetas para permitir el escurrimiento del agua y así evacuar rápidamente hacia las pendientes naturales del campo. Minimizar la circulación de maquinarias dentro del predio durante los temporales, de manera de disminuir roturas, preservando las áreas de circulación. Tratar de lograr que los animales permanezcan la mayor cantidad del tiempo en las parcelas de pastoreo.

Con esto se logra menor concentración de bosta en los corrales y callejones. Hacer un levante abovedado debajo de las medias sombras para evitar que se genere acumulación de agua, orina y materia fecal en lugares donde las vacas se van a echar.

Estrés.

El exceso de agua en el tambo genera complicaciones de todo tipo a animales y productores. Foto: Archivo

Problemas podales.

Es una de las primeras consecuencias del barro y el agua en los rodeos lecheros. Foto: Archivo

¿Un callejón sin salida?