Especialistas en tapia revisaron el inmueble

Impulsan proyecto de autogestión

para reparar la Casa de los Aldao

Los integrantes de la Junta Provincial de Estudios Históricos advierten desde hace tiempo sobre el mal estado del inmueble y la necesidad de restaurarlo. Una arquitecta local especializada en construcción con tierra cruda acercó una alternativa para encarar los arreglos.

Impulsan proyecto de autogestión para reparar la Casa de los Aldao

Herencia histórica.

La Casa de los Aldao fue hecha construir por el capitán Antonio Márquez Montiel, un destacado vecino de la ciudad. Con el paso del tiempo y sucesivos matrimonios quedó en manos de la familia Aldao. En la foto, Carolina Lazzarini y Giuseppe Mingolla

Foto: Amancio Alem

 

Salomé Crespo

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Un plan B. Así definió la arquitecta santafesina Carolina Lazzarini la propuesta que pensó para la restauración y mantenimiento de la histórica y maltrecha Casa de los Aldao (Monseñor Zazpe, entre Primero de Mayo y 4 de Enero). El inmueble declarado patrimonio histórico representa un ejemplo de 300 años de una técnica milenaria de construcción con tierra cruda: la tapia.

Interesada en el estado de la casa y en generar una propuesta de restauración que para la futura concreción no dependa únicamente de los fondos oficiales, Lazzarini acercó a la Junta de Estudios Históricos un proyecto de autogestión. En una primera instancia solicitó un diagnóstico del inmueble a dos especialistas en construcción con tierra, Giuseppe Mingolla, un italiano restaurador de castillos y palacios en Europa, y a Ariel González, ingeniero en construcciones, docente e investigador de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

“Lo que pretendemos es generar el diálogo y la colaboración entre el Estado, que no puede hacerse cargo de la obra pero debe aprobar el proyecto, la Junta de Estudios Históricos, que aceptaría la propuesta de civiles que aportan conocimientos, y empresas locales que pueden ceder materiales, obreros o personal para trabajar”, expuso la arquitecta Lazzarini, quien se enteró a través de una nota publicada en El Litoral que el gobierno provincial no disponía de fondos para destinar a la reparación de la casa.

Actualmente, la dirección provincial de Arquitectura e Ingeniería tiene pendiente la licitación de la segunda etapa de los arreglos en el inmueble de calle Monseñor Zazpe, aunque hace dos meses el secretario de Obras Públicas, Norberto Tarragó, le dijo a El Litoral que no se concretarían este año.

La primera secuencia de restauración concluyó en marzo de 2012 y consistió en la submuración de la estructura con 52 pilotines de hierro y hormigón. Además, se realizó el recambio de parte del sistema de desagües cloacales y pluviales, y el reemplazo de un sector de la membrana del techo de la sala de conferencias. Aún resta quitar las grietas que se abrieron en casi todos los muros de tierra apisonada, pintar las paredes y reparar las aberturas.

Por su parte, los integrantes de la Junta de Estudios Históricos se mostraron interesados en el proyecto de Lazzarini ya que, según afirmaron, desconocen el plan integral de reparación diseñado por la dirección provincial de Arquitectura e Ingeniería y la Casa de los Aldao “no puede seguir esperando”.

“Se puso en evidencia la preocupación de la sociedad que ve el mal estado de la casa y de los expertos que saben lo que significa mantener este tipo de construcciones”, expuso Ana María Cecchini de Dallo, ex presidenta de la Junta de Estudios y titular de la Comisión de Patrimonio de la institución.

A la tierra se vuelve

Giuseppe Mingolla es un gringo grandote con impronta de hombre explorador y Ariel González un señor canoso, que usa sombrero y el pelo amarrado. Al trabajo que los ocupa “lo quieren” y le encuentran un fundamento hasta filosófico cuando se les pregunta, desde el sentido común, si las construcciones con tierra son resistentes. “Qué necesidad tenemos de hacer las cosas tan resistentes si la misma vida es efímera”, cuestionó González.

Entre los libros de la biblioteca que la Junta de Estudios Históricos improvisó en una de las salas

Impulsan proyecto de autogestión para reparar la Casa de los Aldao

 

de la Casa de los Aldao, los especialistas explicaron el modo de utilizar la tierra cruda para edificar, una técnica que está retomando protagonismo por fuera de las formas de construir que marca la arquitectura que se enseña en la academia.

Desde que Mingolla y González se encontraron en estas latitudes investigan, intercambian información y dictan talleres sobre la técnica de construcción con tierra. En diálogo con El Litoral aclararon con prudencia que hasta el momento sólo dieron los primeros pasos por la Casa de los Aldao para posteriormente brindar una opinión sobre el estado de la misma a la Junta de Estudios Históricos.

La tapia es una de las formas de utilizar la tierra (existen otras como el adobe) para levantar viviendas, y llegó a América Latina con los españoles, aunque su existencia se sitúa antes del nacimiento de Cristo. Los romanos se valieron de la técnica para construir fortalezas indestructibles.

“Existe un grupo de arquitectos que están resignificando la técnica del tapial y están haciendo obras con un valor estético muy importante en Estados Unidos, Suiza y Corea”, apuntó González, para justificar que actualmente “se está dando una vuelta a la tierra”. Esa resignificación tiene que ver con el aspecto ambiental, con la posibilidad de utilizar para las construcciones los elementos propios de cada lugar, con la sustentabilidad de la técnica.

En ese sentido, González contó que otra de las ventajas es que para levantar las paredes de tierra la demanda de energía es mínima, no se necesita transporte, ni cocción y permite la regulación de la humedad y la temperatura, por lo que resulta prácticamente innecesario calefaccionar o refrigerar los ambientes.

Puestos a contar las cualidades de la técnica de la tapia, Mingolla y González se mostraron entusiasmados. Es que según dijeron la tierra brinda energía, y aseguraron que entre los muros que surgen del propio suelo, y ahí retornan, “se vive mejor”.