Haz lo que yo digo...

Federico Aguer

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En la percepción kirchnerista del mundo, atravesada por la épica de una gesta que creen encabezar, resulta curiosa la implementación del permanente doble discurso. Pregonan la unidad pero fogonean resentimientos y divisiones; reivindican la militancia, pero la ejercen cobrando sueldos del Estado; proclaman la multiplicidad de voces pero intiman judicialmente a periodistas críticos. Cierran importaciones para sostener el dibujo de un superávit aún al costo de congelar la economía, y luego demandan a países que como contrapartida cierran sus puertas a nuestros productos. Critican a la soja, pero cercenan sistemáticamente las posibilidades a cualquier otro cultivo menos rentable desde lo impositivo y desmantelan a la ganadería nacional. Defenestran a los jubilados por pretender cobrar dignamente mientras solventan sus políticas con la plata de la Anses. Resaltan el crecimiento de la economía, pero siguen votando una emergencia eterna con la que justifican medidas y poderes extraordinarios. Apoyan la memoria, la justicia y la reivindicación de los derechos humanos, pero no solucionan problemas estructurales que ocasionan las tragedias argentinas como las de Cromagnon, Once y los horrores cotidianos.

La demanda judicial contra los periodistas Matías Longoni y Luis Majul por parte del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, reviste una gravedad institucional sin precedentes.

En su último libro “Fuera de Control”, Longoni muestra la cara del kirchnerismo “que muchos no quieren ver”. El escándalo de la ONCCA, el único organismo estatal destinado a aplicar alguna política para el campo, que fue demantelado como única solución a la denuncia, luego de estas escandalosas acusaciones de corrupción. El organismo que repartía subsidios por 3.500 millones de pesos, beneficiando a algunos establecimientos de engorde a corral, entre los que se denunciaba uno de propiedad encubierta del ahora denunciante Echegaray.

Tarde o temprano, la realidad se terminará imponiendo al relato. El mundo real, el de los números reales, espera salir a la luz.

Como periodistas, y como periodistas agropecuarios, rechazamos esta práctica del poder, entendiendo a la libertad de expresión como una herramienta básica del sistema republicano que permite sacar a la luz estos temas, y apelamos al sistema judicial para que implemente - con la valentía que el momento requiere - las medidas correspondientes.

En la semana que el Gobierno pretende reivindicar la pluralidad de voces, uno de sus funcionarios más encumbrados acciona en sentido contrario: apretando judicialmente a quienes investigaron casos concretos de corrupción.