Ganados y carnes

Visiones diferentes de la exportación

Ignacio Iriarte

Un exportador nos asegura que no se exporta más. En octubre se embarcaron sólo 17 mil toneladas, porque los precios internos, en el caso de la mayoría de los cortes, superan claramente lo que puede pagar el mercado externo, sea Rusia o Venezuela, o cualquiera de los destinos de precio medio y alto volumen.

Si se toma el ejemplo de la nalga, se observa que por este corte se pueden obtener en el exterior unos 5.500 dólares por tonelada, que a través de un tipo de cambio de 4,80 pesos, menos retenciones del 13 por ciento, da un precio bruto de unos 23 pesos por kilo. Pero a este valor hay que descontarle todavía entre tres y cuatro por ciento de gastos diversos (caja, etiquetas, polietileno, frío) y la retención adicional que en la práctica significa la “barata”, lo cual obliga a los exportadores a vender a pérdida al mercado interno una tonelada de carne por cada 3,5 toneladas que se exportan; todo esto lleva el ingreso neto a unos 20,50 pesos por kilo de nalga. Esta cifra es sin tener en cuenta las mayores exigencias que tiene la exportación en materia de dressing en relación al mercado interno.

Ese mismo corte, para el mercado local mayorista, se paga por lo menos 25 pesos por kilo, con una firme demanda. Salvo los mercados donde los cortes argentinos gozan de un sobreprecio en relación a nuestros competidores (enfriado Hilton, delantero a Israel, picanha a Brasil), en el resto de los destinos los números no cierran: con este tipo de cambio, es más conveniente vender al mercado local, que está muy alto en términos de dólares, y que en general, reconoce en los cortes mayoristas el valor que se paga por el novillo.

Discrepancia

En un reciente seminario, un representante de la industria frigorífica exportadora afirmó que la situación del sector tendía lentamente a mejorar: con un precio para el novillo estancado, una devaluación que se ha acelerado y algunos mercados que muestran signos de recuperación, las pérdidas tendían a achicarse. Otro industrial, que pidió la palabra, lo refutó indignado: aseguró que el atraso cambiario persiste y tiende a agravarse, que el valor de la hacienda, los salarios y energía que pagan los industriales (en dólares) quitan toda competitividad y que el mantenimiento de las retenciones y de “la barata” son señales de que el deseo actual del Gobierno que se exporte más carne vacuna no es más que parte del “relato”.

Se mostró muy escéptico sobre la oferta de ganado en los próximos tres años y no descartó que en los próximos meses cierren otras plantas exportadoras.

Aseguró que el sector exportador llegó a tener hace tres años más de 170 mil novillos pesados en engorde en feedlot de hotelería, pero que hoy no queda ni la décima parte de esa cantidad.

“Todos los proyectos de construcción de mega- feedlots para exportación han sido suspendidos, inclusive se han suspendido las obras en aquellos que estaban avanzados”. admitió.

El empresario recordó que en 2005 se habían embarcado 190 mil toneladas de cortes bovinos a Rusia, y que este año las ventas no llegarían a la décima parte.

“Hay una caída generalizada de las ventas a todos los mercados, inclusive el mercado europeo, donde no sólo no cumplimos la cuota Hilton, sino que ni siquiera accedemos a la cuota 481”.

Contó, finalmente, que en lo que va del año los embarques de carnes termoprocesadas a Estados Unidos cayeron un 95 por ciento, producto de la combinación de un problema de residuos (ivermectina) con la pérdida de competitividad de la industria frigorífica en general.

Mientras algunos industriales confían en que la venta externa de carne vacuna da signos de recuperación, otros refutan ese posible escenario.

Visiones diferentes de la exportación

Para atrás. Salvo excepciones, cierra un año caracterizado por la gradual retirada argentina del mercado mundial de la carne. Foto: Archivo

Un exportador nos asegura que no se exporta más. En octubre se embarcaron sólo 17 mil tn. porque los precios internos superan lo que puede pagar el mercado externo, sea Rusia o Venezuela, o cualquiera de los destinos de precio medio y alto volumen