Al margen de la crónica

Los Nobel alternativos

La doctora afgana, Sima Samar, el filósofo estadounidense Gene Sharp y la Campaña Contra el Comercio de Armas recibieron en Estocolmo los galardones “Right Livehood Award”, conocidos como los “Nobel alternativos”, cuyo premio honorífico fue para el ambientalista turco Hayrettin Karaca.

En una ceremonia celebrada en el Parlamento sueco, los premiados recibieron el “Premio al Correcto Modo de Vida” (Right Livehood Award) por representar las condiciones esenciales para la paz global y la seguridad.

La doctora afgana Sima Samar fue merecedora del premio por su “larga y valiente dedicación a los Derechos Humanos, especialmente los derechos de la mujer, en una de las regiones más complejas y peligrosas del mundo”.

Samar aseguró durante la ceremonia que este “prestigioso reconocimiento” no sólo era para ella y su trabajo, sino para todo el mundo en su país, en especial para las mujeres afganas, que “han estado esforzándose para lograr un vida decente y digna”.

“No es tarea fácil” luchar los por derechos de la mujeres y por los Derechos Humanos en general en un país donde “las mujeres aún son consideradas como ciudadanos de segunda clase”, aunque empiezan a verse cambios, indicó.

Hayrettin Karaca, considerado uno de los precursores del movimiento medioambiental en Turquía recibió el premio honorífico por una vida de “incansable defensa y apoyo a la protección y gestión de la naturaleza”.

Karaca, de 90 años y que no pudo asistir a la ceremonia, escribió en su discurso que se dio cuenta “muy pronto” de la importancia del suelo, de la tierra, y de que “la primera injusticia” en la manera en que los hombres la tratan.

“Vemos el suelo como derecho que nos es dado. Lo percibimos como un producto, como un recurso que podemos usar sin que se agote” y al que no se le da ninguna importancia y sin embargo, él “nos da vida”.

La no violencia también fue reconocida a través del filósofo estadounidense Gene Sharp, quien desarrolló “los principios fundamentales y la estrategias de la resistencia no violenta”.

“La violencia en nuestro mundo es tan común y generalmente aceptada sin preguntas que a veces parece ser una parte permanente de nuestra realidad”, dijo Sharp, aunque defendió que no es algo inevitable.

Sharp habló de las “primaveras árabes”, revoluciones “principalmente no violentas” y dijo que “ahora se extiende un apetito creciente de conocimiento sobre la resistencia no violenta”. El filósofo afirmó que “mucho se ha aprendido sobre la naturaleza y el potencial de la resistencia no violenta” pero aún queda “mucho por aprender y los peligros siguen existiendo”.

Los “nobel altenativos” también premiaron a la británica Campaña Contra el Comercio de Armas, por su labor “efectiva e innovadora” en su oposición a la exportación de armamento.

Anne-Mari O’Reilly, que recogió el galardón, aseguró que es un “valioso tributo al trabajo de miles de personas en Reino Unido”, cuya acción colectiva “ha expuesto, desafiado e impedido” el comercio de armas desde que comenzara su trabajo hace 40 años.

Para la activista no habrá control de armas o tratado que funcione “mientras nuestros gobiernos estén promoviendo activamente la venta del armas en todo el mundo”.