Tribuna política

Tigre: la decisión política de tener seguridad

Diego Degano (*)

Después de mi primera experiencia como candidato en 2011, este año nos planteamos con mi equipo de trabajo no dejar de recorrer la ciudad, escuchar al vecino, estar cerca de la gente, conocer sus demandas y necesidades, y las expectativas que tienen de los políticos. Nuestra idea es estudiar cada tema, recolectar información sobre el mismo, identificar experiencias puestas en práctica que sirvan para enriquecer nuestro conocimiento y sean insumos para proponer soluciones nuevas.

Cualquiera que camine por la ciudad de Santa Fe sabe que la principal preocupación de la gente es la demanda de seguridad. No queda ninguna duda que los vecinos están pidiéndole a la clase política que se ocupe de tener políticas activas para sentirse más seguros, quieren que el Estado y sus instituciones estén presentes para poder caminar tranquilos por las calles, trabajar en paz en sus negocios y dormir sabiendo que su integridad no será avasallada por las noches.

No es un tema sencillo de resolver, lo sabemos. La inseguridad cotidiana es un fenómeno multicausal que merece un desarrollo en capítulo aparte.

Los municipios, porque sus capacidades materiales, legales y político-institucionales son aún restringidas, no pueden abarcar la solución integral de todos estos problemas. Pero eso no es una excusa para ser agentes pasivos. Los intendentes deben ocuparse de llevar seguridad a sus vecinos, es una necesidad y un deber que exige la ciudadanía en pleno.

El municipio de Tigre, en la provincia de Buenos Aires, es uno de los mejores ejemplos -sino el mejor de ellos-, de cómo un gobierno local puede planificar, implementar y llevar un control adecuado de una política de prevención del delito de manera activa, responsable y pensada a largo plazo.

Además, sus dimensiones poblacionales -380 mil personas viven en sus calles según el último censo-, sirven como una fiel muestra para compararse con una ciudad como Santa Fe.

Bajo esas coordenadas quisimos conocer cómo funciona desde adentro ese entramado institucional y ver desde cerca cómo se gestiona una política de seguridad encarada desde un ámbito municipal.

El Centro de Operaciones (COT)

El Intendente de la Ciudad, Sergio Massa, nos abrió las puertas del municipio y nos invitó a recorrer, con parte de su gabinete el COT, estructura estatal donde está el núcleo del sistema de protección ciudadana del municipio de Tigre.

El edificio es un lugar imponente, donde a simple vista pueden observarse años de inversión pública enfocada en unir los avances tecnológicos a las políticas de seguridad. En él trabajan 300 personas.

El COT no sólo recibe las imágenes de las 800 cámaras de seguridad sino también las alertas de los botones de pánico instalados en los colectivos de línea municipal y de las alarmas de establecimientos escolares. Además, desde ese lugar se monitorea mediante GPS el recorrido de los patrulleros policiales por las cuadrículas asignadas y el de los 32 móviles de apoyo municipales equipados con cámaras a bordo que registran todos los procedimientos. Todo el sistema funciona las 24 horas los 365 días del año. Impresionante.

Desde allí se monitorea el programa “Alerta Tigre”, una plataforma tecnológica de última generación que suma sistemas de alerta temprana a través de los comercios con el sistema POS (por donde pasamos nuestras tarjetas de débito o crédito), SMS desde celulares, integra redes sociales masivas como Twitter y Facebook, dando una cobertura que aprovecha las vías de comunicación más usadas por la ciudadanía en la política de prevención del delito.

En este esquema los vecinos no son tomados como espectadores pasivos de su desgracia, sino que están integrados a colaborar en la construcción de la seguridad de su barrio.

Todas las denuncias, debidamente chequeadas, generan un Mapa del Delito que sirve como fuente de información al momento de reasignar recursos y establecer directrices de prevención.

Cuando conversaba con Massa y los responsables de llevar a cabo estas medidas, nos decían que su idea es llegar en poco tiempo a cubrir los setenta mil hogares del municipio a través del programa.

Las bases de la seguridad

Hay que tenerlo claro, este sistema no es fruto de la casualidad o de un milagro argentino, sino la consecuencia de tres factores principales:

Una fuerte decisión política del intendente para llevar adelante una política de seguridad pública a través de una firme presencia del Estado que asume un rol central en la prevención del delito.

El consecuente acompañamiento en la gestión de esa política, que conforma una amalgama institucional que sustenta y acompaña las decisiones.

Una fuerte inversión pública reflejada en el presupuesto municipal. Este año, por ejemplo, Tigre invirtió 108 millones de pesos en seguridad, el 7,7% del presupuesto total. La partida en prevención prevista para Santa Fe es de apenas $7,7 millones, lo que significa un 0,6% del presupuesto 2013.

La visita me generó varias sensaciones, pero hay algunas que me quedaron más marcadas. La sana envidia es una de ellas, porque mientras los santafesinos muchas veces sentimos que vivimos sumidos en la desprotección más absoluta del Estado en materia de seguridad hay lugares en nuestro país donde han tomado la firme decisión de tener un plan, un camino, una manera de gestionar los recursos públicos aplicados a resolver el problema más acuciante de los vecinos.

Otro sentimiento que me quedó flotando es la esperanza. Porque sé que con decisión podemos tener una ciudad más segura. No es receta mágica, ni rápida, ni fácil, porque la política no se trata de tomar decisiones con esas características, sino de tener la voluntad y el coraje de administrar con responsabilidad y buena gestión los recursos que les pertenecen a todos los ciudadanos.

(*) Ex candidato a Intendente de la ciudad.