Preocupante inseguridad

“Barrio Candioti es un coto de caza para los delincuentes”

“Barrio Candioti es un coto de caza para los delincuentes”

Los vecinos del barrio deben extremar las precauciones cuando salen a hacer las compras. Delincuentes en moto y en bicicleta merodean a toda hora. Foto: Danilo Chiapello

Comerciantes se quejaron por la ola de robos que afecta a ese sector de la ciudad. “No se puede trabajar así. Estamos cansados. Los vecinos tampoco pueden andar tranquilos por la calle”, aseguran.

 

De la Redacción de El Litoral

Barrio Candioti se ha transformado en un lugar predilecto para delincuentes. En ese sector de la ciudad, comerciantes y vecinos se han acostumbrado tristemente a las incursiones de ladrones que saquean locales comerciales o acechan las calles en busca de víctimas indefensas: mujeres, personas de edad avanzada o niños y adolescentes.

“Estamos cansados. Los arrebatos son moneda corriente. Buscan principalmente gente grande, de noche. Nosotros, cuando nos vamos del negocio no sabemos qué puede pasar. Hace cuatro años que estamos y nos entraron a robar el mismo número de veces. Trabajamos con luces, con rejas, con alarmas. Te da bronca. Hacés la denuncia y nunca pasa nada”, se lamentó esta mañana Silvana, que atiende una casa de lencería, en la cuadra de calle Necochea, entre Maipú y Chacabuco.

“Lo peor -agregó- es que terminamos consolándonos diciendo ‘menos mal que no había nadie en el local’ o ‘afortunadamente no pasó nada’ o ‘no sé qué hubiera pasado si en vez de a mí, encontraban a mi hijo’. Agradecemos que no pasó algo más grave, pero no se puede seguir así. Trabajamos enrejados. Preguntamos antes de abrir. Terminamos tratando a cada cliente como si fuera sospechoso. Muchas veces perdemos ventas, pero cuando llega la oscuridad, sólo dejamos pasar a la gente que conocemos”.

“Jamás se ve un patrullero, salvo después de que le roban a alguien. Entonces, se los ve un par de días y después nunca más. La semana pasada intentaron entrar para robar. Nos rompieron el vidrio y también la reja del frente, pero no pudieron ingresar. Un hombre con una caja de herramientas ‘trabajó’ por varios minutos”, concluyó.

“Siempre igual”

“En los últimos dos meses nos rompieron la puerta de entrada dos veces. Acá lo peor se ve a la noche, cuando es tierra de nadie. Generalmente lo sufren las mujeres. Les arrancan los monederos y los bolsos de las manos. También son cazados los chicos que salen de las escuelas de la zona. Generalmente, los ladrones son pibes jóvenes que se mueven en bicicleta”, contó Alejandro, que atiende una agencia de quiniela en la misma cuadra.

A pocos metros de allí, se ubica la despensa Charo. Martín contó que hace diez años que trabaja en el lugar. “El barrio siempre fue así de inseguro. Antes era sólo por la noche, pero ahora no hay horario. A la siesta es terrible. Los ladrones buscan las víctimas más indefensas, mujeres, principalmente de edad avanzada, a la salida del súper”, puntualizó el comerciante.

Más adelante, Martín contó que unos días atrás sufrió un asalto a mano armada. “Eran las 21 aproximadamente. Se metieron dos tipos armados, dejaron la moto en la vereda. Había varios clientes. Se llevaron dinero y celulares. En cinco minutos ya habían desaparecido”, relató.

En la esquina de Necochea y Chacabuco, Lilia atiende un almacén. “Necesitamos más policías en las calles. No nos sirve que vengan los patrulleros después de que le robaron a alguien”, enfatizó.

“Sin rejas, no podemos trabajar -añadió- y en la calle no se puede andar. A cualquier hora, te arrancan la cartera, el celular, el bolso. Hay mucho pibes en moto que andan a la pesca, también en bicicleta. La policía no hace nada”.

“El peor barrio de todos”

En el mismo cruce de calles, se encuentra el frigorífico Figan y una sucursal de la panadería 9 de Julio. En el primer comercio -blanco tiempo atrás de un violento asalto-, Martín comentó que en la zona “la gente está acostumbrada a caminar con la billetera escondida, o sin la billetera”. En el segundo, Ivana aseguró que el barrio Candioti “es el peor de todos. Yo vivo en Guadalupe y allí también pasan cosas, pero nunca tantas como acá. Hace unos meses me asaltaron con un cuchillo. Fue horrible”.

Maia atiende al público en Promo Kid’s, una casa de venta de ropa para niños. También trabaja a puertas cerradas. La joven asegura que la inseguridad en la calle es el tema más frecuente entre sus clientes. “La semana pasada, de noche, intentaron forzar nuestro blíndex del frente, pero por fortuna no lograron entrar”, dijo.

Finalmente, Marta, encargada de la Panadería Balear de Maipú y Necochea, también hizo hincapié en la necesidad de reforzar la presencia policial en ese sector. Las clientas son sorprendidas cuando salen de acá o del supermercado. A mí me robaron en la vereda. Además, cada tanto desvalijan una casa”, indicó.

“Barrio Candioti es un coto de caza para los delincuentes”

La panadería ubicada en la esquina de Necochea y Maipú ha sufrido numerosos robos.

Foto: Danilo Chiapello

 

“Barrio Candioti es un coto de caza para los delincuentes”
“Barrio Candioti es un coto de caza para los delincuentes”

“Trabajamos a puerta cerrada. Muchas veces perdemos ventas, pero cuando oscurece sólo dejamos entrar a clientes conocidos”, contó Silvana. Foto: Danilo Chiapello