llegan cartas

Flojos de memoria

Alejandro Reiner

DNI 93.495.081

Señores directores: No conozco otra forma de expresar mi indignación sin hacerlo públicamente. No soy periodista ni político, no tengo filiación a ningún partido, soy lo que se llama un simple ciudadano.

Leer a través de todos los medios de comunicación que han hecho un asado en un símbolo representativo del terror y muerte de la era oscura de nuestro país me causa dolor, vergüenza y rabia: ver con qué facilidad se da vuelta una página de nuestra historia.

En los cimientos de ese edificio se halla depositada la historia de miles de personas que han debido soportar todo tipo de tormentos, las paredes han absorbido y se han teñido de sudor, lágrimas y sangre, y han quedado grabados los gritos, llantos, dolor y el ruego de ¡basta! Solamente un ignorante puede pensar que todo ello se tapa con una mano de cal.

Ese edificio pretendía ser el símbolo de lo que fue en su época nuestro país, transformarlo en un lugar de respeto, recogimiento y recordación para que “nunca más” se vuelvan a vivir esos años negros de nuestra historia.

Siempre hay frágiles de memoria, ya pasó, ya fue, no sirve para hacer política y juntar votos. Nuestro ministro de Justicia señor Julio Alak, olvidadizo, hizo un asadito. ¿La parrilla era la misma donde quemaban los cadáveres de los detenidos? Nuestra presidenta anunció que ese edificio se transformaría para organizar asados, festivales y reuniones.

¿A las madres, abuelas e hijos de desaparecidos, esta falta de respeto no los moviliza, no los conmueve? ¿Ya fue?