Una agenda compleja y diversificada

Obama quiere volver a hacer historia

Hoy jura en la Casa Blanca y mañana será el acto de investidura pública. Imponer un mayor control de armas y una reforma migratoria integral serán dos de los temas claves de su segundo mandato.

Miriam Burgués - EFE

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Barack Obama se convirtió en 2009 en el primer presidente negro de EEUU y ahora, en un segundo mandato a punto de comenzar, intentará volver a hacer historia con una batalla recién iniciada para un mayor control de las armas y la promesa pendiente de una reforma migratoria integral.

Obama, cuya ceremonia de investidura pública será el lunes aunque hoy, día 20, como exige la Constitución, jurará el cargo en la Casa Blanca, ha dejado de ser el mito que deslumbró en 2008 para convertirse en un político de carne y hueso que acumula logros y fracasos tras cuatro años en la mansión presidencial.

Los votantes le dieron la reelección en noviembre pasado y con ella una segunda oportunidad para ir construyendo un legado que deje huella.

Entre sus retos más urgentes tras la masacre en diciembre en una escuela de Newtown (Connecticut) que conmocionó al país está el de lograr un mayor control de la tenencia y venta de armas, una tarea con un gran riesgo político tanto para él como para su partido, el Demócrata.

Tiene colgado en una de sus oficinas de la Casa Blanca un dibujo hecho por una de las niñas asesinadas en Newtown y se ha involucrado de forma muy personal en un asunto, el del control de las armas, en el que ningún presidente ha logrado avances en años recientes.

También pretende poner en marcha la reforma migratoria integral que prometió en 2008 y que, según él, se ha estrellado una y otra vez contra la oposición republicana, más abierta a dialogar ahora tras admitir el imparable incremento e influencia de la población latina en EEUU.

Todo empezó en Hawai

A sus 51 años, sus dos hijas han crecido sin que se diera cuenta y a veces se siente “solo” en la Casa Blanca porque no quieren pasar mucho tiempo con él, mientras para su esposa, Michelle, sigue siendo el mismo hombre del que se enamoró cuando se conocieron en Chicago.

Nació un 4 de agosto de 1961 en Hawai, el estado más joven y lejano del país, y le pusieron de nombre Barack como su padre, el economista keniano educado en Harvard Barack Obama padre, pero quien realmente le marcó fue su madre, Stanley Ann Dunham, una antropóloga de Kansas.

Tras la separación de sus padres cuando apenas tenía dos años, el pequeño Barack Hussein volvió a ver a su progenitor solo una vez más y el nuevo matrimonio de su madre lo llevó al país de su padrastro, Indonesia, donde se educó en escuelas musulmanas y católicas.

A los 10 años su madre lo envió de vuelta a Hawai, con sus abuelos, para que recibiera una mejor educación. En su adolescencia tuvo escarceos con las drogas y estaba más pendiente del baloncesto que de los libros, pero fue un alumno brillante y terminó estudiando Políticas en la Universidad de Columbia y Derecho en Harvard.

Su abuela materna, Madelyn Payne Dunham, fallecida el día antes de su triunfo electoral el 4 de noviembre de 2008 y quien lo quiso “más que a nada en el mundo”, lo inspiró a pensar en grande.

Ella “creía en la promesa fundamental del sueño americano” de la recompensa al trabajo duro “y nos resucitó” con su ejemplo, según Michelle, una abogada con la que Obama se casó en 1992 y con quien tiene dos hijas, Malia (14 años) y Sasha (11).

Siguió en Chicago

Chicago, la ciudad de Michelle, le ha dado mucho al presidente. Allí se mudó en los ochenta y fue trabajador social, luego profesor y defensor de los derechos civiles hasta dar el salto a la política en 1997 con su elección como senador estatal de Illinois.

En 2004, tras ganar relevancia en la Convención Demócrata con un discurso en favor de la reconciliación racial, Obama desembarcó en la política nacional y entró al Senado. Galardonado con el Nobel de la Paz en 2009 por sus “esfuerzos extraordinarios por reforzar la diplomacia internacional”, puso fin a la guerra de Irak en su primer mandato, ha fijado el camino para la retirada de Afganistán y autorizó la operación militar que acabó con la vida de Osama bin Laden el 1 de mayo de 2011.

También aprobó en 2010 una histórica reforma que establece el seguro médico obligatorio, un logro sobre el que la sociedad estadounidense permanece muy dividida.

La polarización en el Congreso entre demócratas y republicanos se acentuó durante su primer mandato y eso bloqueó iniciativas de ambas partes para impulsar la economía tras la mayor crisis desde la Gran Depresión, aunque Obama rescató con éxito a la industria del motor en 2009 y sacó adelante la ley de reforma del sistema financiero.

Al igual que la reforma migratoria, el cierre de la cárcel de Guantánamo (Cuba) es otra de las promesas pendientes de Obama, quien durante los últimos meses no se ha pronunciado públicamente sobre ese espinoso asunto.

Él mismo ha reconocido que uno de los mayores errores de su primer mandato ha sido no saber “conectar” mejor con los ciudadanos.

Ante las críticas que lo caracterizan como un político aislado y “poco sociable”, en la última rueda de prensa antes de su segunda investidura se calificó a sí mismo como “un tipo bastante amigable”, a quien le gusta “una buena fiesta”.

Obama quiere volver a hacer historia

Con un “día de trabajo voluntario”, ayer comenzaron en Estados Unidos los festejos por la segunda asunción de Barack Obama como presidente. El presidente y su esposa acudieron a una escuela primaria en uno de los barrios más pobres de la ciudad y ayudaron a pintar estanterías para libros. Foto: EFE

El vestido de Michelle, el secreto mejor guardado

Todas las miradas estarán puestas en ella y se espera que Michelle Obama, haciendo gala del estilo que se ha ido labrando desde 2009, deslumbre el lunes con el vestido que luzca en el baile inaugural, que por ahora es el secreto mejor guardado de la segunda investidura del presidente de EE.UU., Barack Obama.

“Por una noche éste es el vestido más importante en todo el país”, aseguró a Efe Melinda Machado, portavoz del Museo Nacional de Historia Americana, que estos días exhibe los vestidos que llevaron las primeras damas en los bailes inaugurales de sus esposos.

Su última adquisición: el espectacular traje de seda blanco en tejido de chifón, con flores blancas de gasa y pedrería, con un tirante del joven Jason Wu, que la primera dama escogió para los bailes de la investidura en 2009.

En estos cuatro años Michelle Obama ha sabido lograr un estilo que le sienta bien, dejando clara su propia personalidad apostando por colores atrevidos y con una marcada preferencia por las faldas y vestidos que ahora han empezado a emular sus hijas adolescentes.

Se ha convertido en un icono de estilo, con la habilidad de llevar modelos de alta costura propios de las grandes estrellas de Hollywood, pero también de inspirar al público con conjuntos más accesibles que ella misma ha reconocido que adquiere en tiendas de bajo coste.

Michelle usa firmas consolidadas como Michael Kors, Calvin Klein y Vera Wang, apuestas seguras para sus obligaciones como primera dama, pero también opta por jóvenes diseñadores como el propio Wu, Peter Som y Thakoon.

///OPINIÓN

Una ceremonia con un tono muy latino

Silvia Ayuso - DPA

Con la cantidad de estrellas, personajes e invitados hispanos a las ceremonias de investidura de Barack Obama, al presidente estadounidense sólo le falta jurar el cargo en español.

Y es que casi todas las celebraciones que comenzaron este fin de semana y terminarán mañana tienen algún que otro tinte latino.

Para empezar, uno de los miembros del comité organizador de todos los fastos es nada más y nada menos la actriz latina Eva Longoria, una declarada seguidora del presidente demócrata que ya participó activamente en su campaña electoral el año pasado.

Otra de las latinas que más enorgullecen a la creciente comunidad hispanoparlante del país -clave en la reelección de Obama el pasado noviembre- es Sonia Sotomayor, quien en el primer mandato del demócrata se convirtió en la primera hispana en llegar a la Corte Suprema.

La magistrada de origen puertorriqueño, en boga estos días de nuevo por haber publicado sus memorias, será la encargada de tomar la juramentación del vicepresidente Joe Biden.

Con el visto bueno personal de Obama, el poeta Richard Blanco subirá también a ese podio el lunes para hacer más historia: como el primer latino -es hijo de cubanos nacido en España pero educado en Estados Unidos- y como el primer homosexual, además de ser el poeta más joven, que es invitado a declamar el “poema de investidura” ante los ojos de todo el país.

“La escritura de Richard es maravillosamente adecuada para una inauguración que celebrará la fuerza del pueblo estadounidense y la gran diversidad de nuestra nación”, dijo de Blanco el propio Obama.

Inmediatamente después otro cubano, el reverendo Luis León, será el encargado de otra pieza clave de la ceremonia: la bendición que empieza a cerrar los fastos, sellados luego por la cantante Beyoncé, que entonará el himno nacional.

León, oriundo de Guantánamo, es un pastor episcopal cuya iglesia está muy cerca de la Casa Blanca. El religioso llegó a Estados Unidos en 1961 como parte de la operación “Peter Pan” por la que miles de niños cubanos fueron enviados a Estados Unidos por temor a la revolución que Fidel Castro acababa de iniciar en la isla.

El experimentado religioso -ya realizó la bendición durante la investidura de George W. Bush en 2005- fue elegido en sustitución del reverendo Louie Giglio, cuyo nombramiento provocó las protestas de la comunidad homosexual por un discurso antigay que pronunció en los años 90. La iglesia de León, frecuentada a menudo por los Obama los últimos cuatro años, es conocida, por el contrario, por ser abierta a la comunidad homosexual, destacó “The Huffington Post” recientemente.

En un discreto segundo plano en ese escenario frente al Capitolio, pero no por ello menos relevante, estará el lunes otra latina: la inmigrante Lily Griego, una madre soltera de Colorado. Al igual que otros siete estadounidenses de todo el país, Griego ha sido nombrada “copresidenta ciudadana” de la inauguración.

Mas los guiños latinos no acaban aquí. La comunidad celebrará al presidente que ayudó a mantenerse en la Casa Blanca -el 71 por ciento de los hispanos votaron por Obama en 2012, un respaldo clave para su victoria- con una fiesta propia por todo lo alto la noche del domingo en el Kennedy Center, el principal teatro de la capital.

Organizada también por Eva Longoria, durante algo más de una hora en la gala “Latino Inaugural 2013” desfilarán estrellas latinas como Marc Anthony, Chita Rivera, Rosario Dawson, Mario López, Robert Rodríguez, Wilmer Valderrama, George López, el popular alcalde de San Antonio, Texas, Julián Castro, o la pareja de actores Antonio Banderas y Melanie Griffith, según el programa adelantado.

“Los latinos desempeñaron un papel clave en las elecciones y ayudaron a inclinar la balanza de la victoria del presidente Obama”, recordó Longoria al anunciar la gala.

“Pero no vamos a esperar otros cuatro años para tener un impacto en el futuro de nuestro país, así que el Latino Inaugural 2013 abrirá el camino para la participación cívica de los latinos a corto plazo”, agregó.

Y es que tras cuatro años de espera vana los latinos están decididos a recordarle a Obama que su apoyo no es totalmente gratuito: esperan que el mandatario demócrata cumpla de una vez su promesa de impulsar una reforma migratoria, tema crucial para una comunidad en la que la mayor parte de sus miembros conoce a un inmigrante indocumentado.

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