Le hacen goles, la rema en desventaja y se duda del entrenador...

Otra vez sopa

El equipo no tuvo respuesta en el primer tiempo, reaccionó en el segundo y esta vez no le alcanzó. Tiene el gol fácil en su arco y eso lo complica. Y ahora, otra vez el entrenador en boca de todos.

Otra vez sopa

Curuchet, uno de los que se salva.

El delantero sabalero, junto con Gigliotti, forman parte de la única línea del equipo que funciona. En la foto no llega ante la salida rápida de Barovero y la marca de Mercado. Foto: Matías Nápoli

 

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

No hay caso con Colón. Todo se va descascarando de una manera tan inesperada como lamentable. Hoy el pueblo sabalero pide —en algunos casos— la cabeza del técnico. ¿Hasta cuándo Colón se va a dar el lujo de seguir perdiendo entrenadores que, posteriormente, triunfan en otros clubes y consiguen campeonatos?, ¿por qué el técnico que el año pasado servía, le había cambiado la cara al equipo y lo había hecho funcionar, hoy ya no es capaz de hacerlo?, ¿es sólo culpa de Sensini? Estoy totalmente convencido de que no es así, que el técnico podrá tener algunas culpas pero no todas y que el gran problema de Colón sigue siendo el bajo rendimiento de sus jugadores.

¿Cómo se puede encontrar funcionamiento con Caire, Moreno, Pellegrino, Mugni, Raldes, Bastía, Urribarri y otros que no son los mismos que el año pasado? Sensini tiene sus responsabilidades, no lo excluyo. Supo, en el diagnóstico previo al torneo, que el problema estaba en la defensa y ya el equipo se “comió” 12 goles en 5 fechas, con un promedio de más de dos goles por partido. Y trató de armar un esquema con tres en el fondo que no funcionó (apenas lo usó ante San Martín de San Juan). Y quiso potenciar a Mugni dándole libertades, pero el pibe no le ha respondido como en el torneo pasado. Y sólo la dupla de atacantes se escapa a las generales de la ley de la crítica.

Colón parece un equipo frenado y previsible. Lo mostró ayer en el primer tiempo, cediéndole la iniciativa a un River que lo lastimó por los costados (Vangioni y Sánchez ganaron ampliamente los duelos y crearon un sinnúmero de problemas a la defensa sabalera). No recuperó bien la pelota y por ende la tuvo mucho menos que River. Es cierto que no hubo una gran diferencia en la generación de situaciones y también es verdad que Colón contó con dos cabezazos de Bastía que pudieron darle la chance de convertir. Pero la realidad es que River fue más, estuvo suelto y preciso en el manejo de la pelota, controló el mediocampo a partir del buen trabajo de Ponzio —fundamentalmente— y terminó ganando bien el primer tiempo.

Colón es un equipo acostumbrado peligrosamente a “remarla” en desventaja. Fue perdiendo siempre. En algunos casos pudo empatar, como pasó con San Martín de San Juan o Estudiantes (en este caso fue de 1-3 a 3-3), pero en los otros partidos terminó perdiendo. Esto quita seguridad, aumenta la desesperación y permite caer rápidamente en la peligrosa impotencia. El segundo tiempo de Colón no fue para nada malo, pero la desventaja era de dos goles. Caire mejoró y se proyectó por derecha haciendo dupla con Graciani. Lo propio pasó por el otro costado, donde levantó Urribarri y se juntó con un Curuchet ligeramente volcado hacia la izquierda. River ya no planteó el partido en el terreno de Colón sino que prefirió esperar y hasta por momentos jugar el partido de contragolpe. Y así se emparejó todo y hasta Colón se animó a asumir una iniciativa que no había tenido en el primer tiempo.

Sensini cambió la idea inicial en el segundo tiempo. Movió piezas. Sacó a Luque y tiró a Curuchet por izquierda para que juegue a las espaldas de Sánchez; Moreno ya dejó de perseguir a Vangioni y Graciani hizo retroceder al ex Newell’s, que ya no pasó más al ataque. Bernardello fue creciendo en su rendimiento y se convirtió en el principal recuperador y figura de Colón. Así, más el aporte goleador de Gigliotti, el equipo empezó a dar una imagen diferente y más convincente, que sin embargo no le alcanzó para igualar el partido.

¿Qué pasa en Colón?, es la pregunta que se repite en cada mesa de café o charla de amigos futboleros. Si Sensini tuviese la respuesta, seguramente haría lo que debe hacer para que el equipo funcione. Cambió todo.

 

 
Otra vez sopa

La confianza por 45 minutos

Martín Luque volvió a la titularidad pero sólo para jugar el primer tiempo. En la foto no puede con Ponzio, uno de los mejores jugadores de River y autor de un golazo. Foto: Matías Nápoli

Otra vez sopa

La alegría por un regalo

David Trezeguet grita su gol después de una falla de Pozo y de una pelota que le dejaron a su merced adentro del área. Bastía no tiene respuestas y Romero alienta a su arquero. Foto: Matías Nápoli

(Viene de página 6)

Esquema, jugadores y hasta el arquero. ¿Hizo bien en poner y sacar después de dos partidos a Bailo?, ¿hizo bien en darle sólo 45 minutos a Luque?, son las preguntas que se hará el hincha de Colón a la hora de analizar los aciertos y errores de Sensini. Pero lo que sorprende es la escasa respuesta que está dando este equipo ante la adversidad, cuando en realidad se esperaba un potenciamiento.

¿Qué se dijo antes de empezar este torneo Final?, que había que mantener el plantel y reforzar la defensa. ¿Qué hizo Colón?, mantuvo el plantel (no se fueron Prediger y Mugni, por quienes hubo ofertas) y trajo a Mauricio Romero (defensor de jerarquía, con buen pasado en Lanús y mejor en Morelia de México, donde jugó cinco años y fue capitán). Sin embargo, el equipo juega peor que el año pasado, los niveles individuales son increíblemente bajos y, por ende, no termina de arrancar. Le convierten muchos goles, le falta juego en el medio, no se puede consolidar así una formación base y apenas cuenta con la buena respuesta de Curuchet-Gigliotti. Es poco y preocupante. Quizás por eso el técnico se plantea el partido con San Lorenzo como algo “importante”, por más que cuenta con el aval irrestricto de la comisión directiva.

/// SÍNTESIS

River 2

Colón 1

Cancha: River.

Árbitro: Diego Abal.

River: Barovero; Mercado, González Pirez y Bottinelli; Sánchez, Ponzio, Ledesma y Vangioni; Mauro Díaz; Mora y Trezeguet. A.S.: Chichizola. Estuvieron en el banco: D. Martínez, Augusto Solari y Funes Mori. D.T.: Emiliano Díaz (estuvo en el banco porque su padre, Ramón, estaba sancionado).

Colón: Pozo; Caire, Pellegrino, Romero y Urribarri; Moreno y Fabianesi, Bastía, Bernardello y Luque; Curuchet y Gigliotti. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Fosgt, Prediger y Achucarro. D.T.: Roberto Sensini.

Goles: en el primer tiempo, a los 11 m Trezeguet y a los 33 m Ponzio, ambos de River. En el segundo tiempo, a los 29 m Gigliotti (C).

Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Graciani (C) por Bastía y Ramírez (C) por Luque; a los 14 m Rojas (R) por Díaz; a los 20 m Mugni (C) por Moreno y Fabianesi; a los 22 m Iturbe (R) por Mora y a los 31 m Luna (R) por Trezeguet.

Amonestados: en Colón, Urribarri, Caire y Bastía.

BAJO LA LUPA

POZO (4).- Tuvo responsabilidad en el primer gol. Le pegó un puñetazo hacia abajo a la pelota y se la dejó servida a Trezeguet. Luego tuvo un par de intervenciones arriesgadas, una en cada tiempo.

CAIRE (4).- Desbordado por Vangioni y Mora en el primer tiempo, mejoró algo en el segundo. Inclusive, se animó a pasar al ataque. Es uno de los que no consigue recuperarse.

ROMERO (5).- Fue de menor a mayor. Todavía le está costando lograr seguridad personal en una defensa que comete muchos errores.

PELLEGRINO (4).- Lento y hasta con llamativa torpeza en el manejo de la pelota. Es otro de los “desconocidos” al que le cuesta volver a ser lo que fue en el torneo anterior.

URRIBARRI (5).- Estaba para una nota más baja, pero tuvo algunas cosas que lo sacaron del aplazo, como por ejemplo las dos pelotas de gol que le puso a Bastía y a Ramírez. Defensivamente mal.

MORENO Y FABIANESI (4).- Levantó un poco en el segundo tiempo, pero no respondió en el primero, demasiado atento a las subidas de Vangioni para darle una mano a Caire. Está claro que no anda bien, pero es injusto que se le achaquen los grandes males del equipo.

BASTÍA (4).- Colón siente muchísimo su bajón. Aún así, tuvo dos cabezazos que no fueron gol por poco. A uno de ellos lo “encontró” Barovero.

BERNARDELLO (6).- Fue el mejor jugador de Colón, de lo muy poco para rescatar individualmente. Su producción fue de menor a mayor y terminó jugando con gran vergüenza.

LUQUE (5).- Había ganado y perdido en su sector. Complicó el ida y vuelta de Sánchez, que hizo un buen primer tiempo porque lo corrió cuando Colón tuvo la pelota y le ganó las espaldas.

CURUCHET (6).- Otro de los que se puede rescatar. No utilizó tanto el costado derecho en el primer tiempo y se estacionó por izquierda en el segundo. Fue la carta más agresiva que tuvo el equipo y participó en el gol de Gigliotti.

GIGLIOTTI (5).- No hizo un buen partido, se lo notó fastidioso porque la pelota le llegó poco pero marcó un gol. Con eso basta y sobra para cumplir.

RAMÍREZ (4).- Jugó mucho de espaldas y cuando tuvo una a favor fue tocado por Mercado (la última jugada del partido, que resultó dudosa).

GRACIANI (5).- Se animó a encarar por derecha y obligó a Vangioni a no proyectarse más.

MUGNI (5).- Entró con ganas, pidiendo siempre la pelota e intentando la gambeta.