El sencillo libreto de Sabella para liberar el enorme talento y desequilibrio individual...

Cada día se hace más fácil jugar al toque

Este equipo ha descubierto de qué se trata el paladar futbolero de los argentinos y por eso se llena de aplausos. Mucho toque, nada de rifar la pelota y sociedades que funcionan como si jugaran siempre juntos.

Cada día se hace más fácil jugar al toque

Imparable, como siempre. La “Pulga” Messi volvió a jugar un gran partido y dejó en claro que está pasando por el mejor momento de su brillante carrera, la cual no conoce un techo probable. Con la Selección tuvo un notable 2012 y arrancó este 2013 con todo. Foto: Télam

 
 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

¡Cuántas veces lo hemos dicho al hablar de nuestra “patria chica”, es decir Unión y Colón!, ¡cuántas veces hablamos de la importancia de los rendimientos individuales a la hora de formar un “equipo”! Es verdad que en el caso de la Selección nada se compara, porque están los mejores y porque el universo de elección del técnico es total y puede citar, convocar, desafectar, etcétera, sin que nadie se lo impida. Pero la necesidad de una buena respuesta individual para que luzca lo colectivo es algo tan esencial como el agua. Se puede pretender, siempre que haya una idea clara de juego, de ver a un equipo de fútbol cuando las individualidades responden. Y esto es hoy Argentina. Un equipo que se asienta y solidifica a partir de un Messi muy cercano a su rendimiento en el Barcelona (algo que tanto se le pedía y exigía), en un Higuaín que ya metió 9 goles en Eliminatorias, en un Mascherano convertido en un león y guiando a sus compañeros a partir del sacrificio y la actitud para ir a apretar sobre la misma salida defensiva del rival, en un Gago que es siempre la primera puntada para manejar la pelota, en una defensa que de a poco se va encontrando (igual, creo que sigue siendo el punto flojo del equipo).

Cuando las individualidades funcionan, aparece el equipo. Y cuando hay equipo, los que entran no defeccionan. Por eso, las ausencias de Di María y Agüero no se hicieron notar por lo bien que jugaron Montillo y Lavezzi. Hay, en consecuencia, una idea de juego bien interpretada, un libreto que se conoce y se desarrolla, más la genialidad de un Messi que no se puede comparar con nadie en el universo futbolero y que cada día expande su categoría inigualable no sólo para rociar con talento individual el juego del equipo, sino para contagiar y hacer todo más fácil.

De todos modos, se notan cuestiones que tienen que ver con lo colectivo. Si no, ¿cómo se entiende la gran predisposición de Zabaleta para convertirse en un wing derecho durante todo el primer tiempo?, ¿cómo se entiende que Montillo o Lavezzi aparezcan en posiciones para nada “normales” tratándose de un volante que debía arrancar estacionado por izquierda y de un delantero de punta?, ¿cómo se puede interpretar y explicar la gran tenencia de pelota que el equipo hizo durante todo el segundo tiempo, que arrancó aplausos por parte de la gente?

Todo esto nace del aprovechamiento de las pocas horas de trabajo que Sabella tiene con los jugadores, pero también de un convencimiento mutuo. Sabella propone y los jugadores ejecutan. Los viene eligiendo bien, sabe que la potencia ofensiva es inigualable y que él debe propiciar por el equilibrio y por encontrar una defensa que llegue al Mundial con la mayor cantidad de partidos juntos pero, a la vez, rindiendo lo mejor que se pueda para que se pueda lograr el objetivo que se busca en las Eliminatorias, que es la cada vez más cercana clasificación.

Si enfrente la propuesta cambia de acuerdo con el adversario, es lo que Argentina tiene que saber descifrar. Por ejemplo, la postura de Venezuela no tuvo nada que ver con la que trajo Ecuador en su momento. Venezuela salió a defenderse y dejó apenas un solo delantero (Rondón) y otro que se animaba esporádicamente a acompañarlo (Feltscher). En cambio, Ecuador aquella vez salió a apretarlo en la mitad de la cancha y a plantear un partido más abierto. A los dos les fue muy mal ya en el primer tiempo. Ecuador, si la memoria no falla, perdía 3 a 0 en el primer tiempo; Venezuela tenía dos goles adentro cuando Carrillo marcó el final de la parte inicial.

Pero además, está la sabiduría e inteligencia para aprovechar situaciones. Por ejemplo, si Venezuela dejaba un solo punta, ¿para qué cuidarse con cuatro? Por eso, Zabaleta fue prácticamente un puntero en el primer tiempo y por allí vinieron los desbordes más importantes y situaciones de gol que no se concretaron. Por eso también, la defensa argentina apretó hasta casi la mitad de la cancha, a sabiendas de que la actitud de Venezuela distaba mucho de ser frontal y con un mínimo deseo, al menos, de ejercer protagonismo.

Argentina jugó bien. Tuvo ritmo, buen toqueteo de pelota en el medio, Messi se hizo de ella cada vez que la quiso, no necesitó buscarla en lugares “inhóspitos” o poco recomendables. La pelota le llegó adónde él quería y con un compañero cerca para tocar en pared y para darle circulación al juego. Se formaron sociedades importantes, como la de Gago o la de Montillo con Messi o la de Gago con Zabaleta, por ejemplo, que tuvieron la precisión y penetración por el costado derecho para complicarle la existencia a la defensa venezolana.

La otra parte de la historia se escribe cuando el rival reacciona. Esta vez, Venezuela creó dos situaciones de gol muy claras que si no fuese por la imprecisión de Otero, habrían terminado en goles. No sé si al punto de complicar la victoria (creo que no hubo un solo instante para dudar de ella), pero que marcan una luz de alerta para insistir sobre ese sector del equipo.

Muchas veces se ha dicho y se refrenda: Argentina es un equipo que goza de talento y desequilibrio de mitad de cancha para adelante y que está atravesando una etapa de formación y consolidación del medio hacia atrás. Lo que Sabella hace bien es insistir con los mismos jugadores para que se conozcan, aunque esto se produzca en plena competencia. Zabaleta hizo anoche un gran primer tiempo cuando le tocó aportar juego y proyección, pero desnudó algunos problemas cuando tuvo que marcar en el segundo. Y a eso también lo sufrió y no pudo solucionarlo Federico Fernández, creando de esa forma un flanco (el derecho) que tuvo complicaciones.

Por eso, el resto del equipo ayudó con la deliberada actitud de manejar la pelota haciendo un gran y festejado control de la misma. Toque y toque que dieron la pauta de que Argentina se defendió de la mejor forma: teniendo el balón. Sabella pensó y dijo: “Muchachos, la mejor forma de defender lo que tenemos, no es retrocediendo ni sumando gente para defender, sino teniendo la pelota; si nosotros la tenemos, el rival no ataca”. Y así fue, Venezuela se quedó en el intento y al final se fue de la Argentina con una derrota que le pone freno a sus bien fundadas ambiciones de llegar por primera vez a jugar un Mundial, algo que nosotros tenemos a la vuelta de la esquina.

 
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El hombre-gol. Gonzalo Higuaín ha logrado un entendimiento casi perfecto con Messi y ayer en el Monumental eso dio su máximo rédito: dos pases-gol magníficos de la “Pulga” y sendas definiciones impecables del “Pipita”. Foto: EFE

 

¡Qué dupla!

El Pipita Higuaín, ovacionado por la gente cuando salió de la cancha reemplazado, tiene un compañero de notable jerarquía en el Real Madrid como Cristiano Ronaldo, aunque el juego del equipo de Mourinho no dependa tanto del toque como el del Barcelona. Seguramente, el nivel de entendimiento que tiene Higuaín con Messi, jugando cada dos o tres meses en la Selección, es superior o al menos similar con el que puede encontrar con Ronaldo o con cualquier jugador del Real Madrid. Las dos habilitaciones de Messi para que él aparezca con su vocación goleadora son la prueba de ello. Y si se repasa en la cantidad de goles del Pipita con la Selección, seguramente en la mayoría de ellos hubo una intervención de su “rival” en el Barcelona.

El equipo

Al margen de los buenos rendimientos individuales, hace tiempo que viene asomando el equipo. Daría la impresión que el click se dio en el entretiempo del encuentro en Colombia. Desde allí pasó casi una rueda y Argentina se ha diplomado de equipo, independientemente del goce de individualidades desequilibrantes, sobre todo del medio hacia arriba.

La última línea

La defensa sigue siendo el problema a solucionar. Cuando Venezuela apuró en el segundo tiempo se notaron algunas deficiencias, sobre todo por el sector de Zabaleta y Federico Fernández. Con mejor puntería, Venezuela pudo haber marcado, al menos, un gol. Sabella repite la formación buscando aprovechar cada partido para que se entiendan y se complementen.

/// SÍNTESIS

Argentina 3

Venezuela 0

Estadio: Monumental de River Plate.

Árbitro: Víctor Hugo Carrillo (Perú).

Argentina: Romero; Zabaleta, Federico Fernández, Garay y Rojo; Gago, Mascherano y Montillo; Messi, Higuaín y Lavezzi. D.T.: Alejandro Sabella. Estuvieron en el banco: Orión, Andújar, Campagnaro, Sosa, Basanta, Clemente Rodríguez, Guiñazú, Ponzio y Di Santo.

Venezuela: Hernández; Alexander González, Vizcarrondo, Tunez y Cichero; Seijas, Rincón, Lucena y Arango; Frank Feltscher y Rondón. Estuvieron en el banco: Morales, Romo, Rolf Fletscher, Evelio Hernández, Peña, Flores, José Martínez y Perozo. D.T.: César Farías.

Goles: en el primer tiempo, a los 28 m Higuaín y a los 44 m Messi de penal. En el segundo tiempo, a los 13 m Higuaín, todos para Argentina.

Cambios: en el segundo tiempo, a los 11 m Otero (V) por Seijas; a los 16 m Banega (A) por Gago; a los 29 m César González (V) por Arango; a los 34 m Palacio (A) por Higuaín; a los 35 m Fedor (V) por Rondón y a los 38 m Maximiliano Rodríguez (A) por Lavezzi.

Amonestados: en la selección argentina, Higuaín.

BAJO LA LUPA

ROMERO (6).- Trabajó poco porque Venezuela se animó recién en el segundo tiempo y con escasa puntería en los pies de Otero, que desperdició dos jugadas muy claras.

ZABALETA (6).- Un primer tiempo muy bueno, sobre todo en la proyección por su lateral. En el segundo se quedó más replegado y tuvo algunos problemas en la marca.

FERNÁNDEZ (6).- Salió a achicar con mucha decisión a las espaldas de los volantes. Inteligente trabajo táctico y sobrio como siempre.

GARAY (6).- Igual que su compañero de zaga, sin mucho trabajo en todo el primer tiempo y algunos apurones en el complemento.

ROJO (6).- Arrancó con poca proyección, dejando que por ese costado juegue y llegue Montillo. Después se animó un poco y aportó lo suyo, aunque en menor medida que Zabaleta.

GAGO (6).- Empezó bien, casi con deseos de comerse la cancha. La pelota pasó mucho por sus pies y fue el encargado de buscar a Messi para darle juego.

MASCHERANO (8).- Una notable producción. Se hizo dueño total de la situación, salió jugando con mucha precisión y pegada, achicó bien y presionó con mucha sabiduría y decisión. Una de las grandes figuras del equipo.

MONTILLO (6).- Le dio juego al equipo por el costado izquierdo. Sin dudas de que se trata de un jugador con menos verticalidad y agresividad que Di María, pero igualmente se metió en el funcionamiento sin mayores dificultades.

LAVEZZI (6).- Gran despliegue, buena actuación y muchas complicaciones para la defensa venezolana en base a su velocidad. No marcó, pero estuvo cerca y fue importante.

HIGUAÍN (8).- Buena actuación, dos goles con precisas definiciones y la inteligencia de siempre para devolver paredes y abrir espacios. Se hizo amonestar, aunque Sabella explicó que no fue algo premeditado.

MESSI (9).- Imparable, seguro y desequilibrante. Estuvo presente en los tres goles de la selección, ya que dio los dos pase-gol en los de Higuaín y protagonizó la jugada del penal que él mismo se encargó de marcar.

BANEGAS (6).- Es muy parecido en su juego a Gago, razón por la cual fue un cambio que no alteró en absoluto el funcionamiento del equipo.

PALACIO.- Pocos minutos y sin muchas posibilidades de mostrarse.

MAXIMILIANO RODRÍGUEZ.- Fue otro cambio casi de compromiso, ya que faltaba poco y no había nada que especular en cuanto al resultado.