A Lozano no le sorprende la presión sobre el dólar
“El gobierno administra el ajuste para evitar que estalle antes de octubre”
El diputado nacional porteño lamentó que el gobierno en su apogeo no haya puesto en discusión el modelo productivo.
Lozano encabezó ayer un plenario de Unidad Popular y hoy participa del inicio de la campaña del Frente Amplio Progresista con Binner y Stolbizer.
Foto: Flavio Raina
Mario Cáffaro
“Si bien la Argentina creció, lo cierto es que no hubo cambios sustantivos ni en su esquema productivo, ni en sus niveles de concentración y extranjerización, tampoco en los niveles de endeudamiento ni en el perfil de consumo. El resultado es que cuando la Argentina funciona a pleno produce menos dólares que los que necesita con lo cual reclama devaluación”. La definición es del diputado nacional porteño Claudio Lozano, economista y referente de Unidad Popular fuerza que integra el Frente Amplio Progresista. “La cuenta del 2012 muestra una Argentina con un saldo comercial de 12 mil millones de dólares pero que en materia de servicios, fletes, cancelación de deuda privada, turismo, etc. se fueron 15 mil millones de dólares. Nos faltaron 3 mil que salieron de las reservas que siguen en caída permanente”, acota en la charla donde abundan los números de la macroeconomía que en la micro tiene como referencia obligada en los últimos días el dólar blue. Enseguida cuestiona al gobierno por no haber avanzado “en un replanteo estructural de la orientación y el desarrollo de la Argentina. Se durmió en las mieles de un crecimiento que tenía que ver con la capacidad ociosa disponible y el escenario internacional que existían desde 2002-2003. Hoy, la Argentina no tiene los dólares que necesita”. Es en ese marco que lamenta que en el 2007, el kirchnerismo triunfante en las elecciones no haya sido generoso en la convocatoria a empresarios y sindicalistas para discutir el modelo económico. “De 2007 en adelante, se ha vivido un proceso de desarticulación paulatina de la política económica. Hoy, la propia política del gobierno favorece la especulación sobre el dólar porque si la tasa de interés está por debajo de la evolución de los precios internos y está por debajo de la evolución del propio dólar oficial (más del 20% anual) cualquiera con excedentes de pesos va sobre el dólar. Nadie puede sorprenderse que haya presión sobre el dólar”, asegura.
Mayor conflictividad
Lozano no quita dramatismo a la situación. “Si persisten en la lógica de chantada y emparche en lugar de una estrategia integral, estamos en problemas”. Entiende que “lo que se viene viviendo en grageas desde el 2007 para acá, es un paulatino proceso que va terminando y poniendo a la Argentina una vez más en situación de ajuste. Empezamos con la inflación y el ajuste inflacionario sobre el poder adquisitivo, seguimos con el ajuste sobre los Estados provinciales que -víctimas de las restricciones que le pone el gobierno en materia de coparticipación y víctimas de que no pueden recurrir como sí el gobierno nacional a la plata de Anses y Banco Central- carecen del financiamiento para afrontar sus responsabilidades. Se acabó la Argentina del crecimiento acelerado, hemos ingresado en una Argentina estancada o con crecimiento lento: debilidad absoluta en la generación de empleo, destrucción del empleo en blanco, aumento del empleo ilegal y ahora tenemos devaluación, tarifas y retraso salarial. Éste es el proceso de ajuste en el que estamos y el gobierno intenta ir administrando para que no le estalle antes de las elecciones. El problema social se contuvo en determinado momento porque había un horizonte de crecimiento. Hoy, no lo hay. El ingreso promedio de los asalariados en blanco es de 3.500 pesos; una canasta familiar que no baja de 7.500; seis de cada diez hogares que no llegan fin de mes; tres de cada diez son pobres y ocho de cada diez trabajadores tienen salarios inferiores a los 6.000 pesos. Ésta es la realidad de una Argentina donde se amesetó la situación social. Si el gobierno no atiende el problema, lo que viene es un escenario de conflictividad social creciente que se observa desde fines del 2012 tanto en la expresión del 8 de noviembre como en el paro del 20 de noviembre”.