Y Dios hizo al granjero...

Según una encuesta realizada por el Foro PAIS, el 84% del país conoce poco o nada sobre la agroindustria de la soja, y el 67% desconoce la diversidad de productos y subproductos que se elaboran a través de la transformación de la oleaginosa. Se impone la necesidad de multiplicar la voz del campo.

Federico Aguer

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El trabajo arroja resultados interesantes: A pesar que en los últimos años el país ha podido posicionarse como primer exportador de harina, aceite y biodiésel de soja, sólo un 24% de los encuestados conoce este logro de nuestra agroindustria. Ahondando un poco más ese desconocimiento, sólo el 18% del grupo pudo identificar una empresa del sector.

Los resultados obtenidos sobre temas como la agregación de valor en origen también dejan tela para cortar. El 87% de las personas coincide en que exportar productos procesados en origen, y no simple materia prima, genera mayor trabajo para el país.

Consultados sobre los aspectos que resultan más los sorprenden sobre la agroindustria, en primer lugar, “destacan la gran diversidad de productos que contienen soja en su composición, como por ejemplo la mayonesa, los neumáticos, las velas y los crayones. En segundo término, resaltan el complejo proceso de transformación y por último, el posicionamiento del país como proveedor líder de alimentos y energía a nivel global”, señala el informe.

Como agravante a este desconocimiento, desde el aparato de comunicación oficial, integrado por canales de aire, radios, sitios web y redes sociales, baja un mensaje muy bien elaborado que apunta a “demostrar” que el sector volverá a lograr una campaña agrícola récord merced a las “virtudes” del modelo.

Es así que, lejos de entender la problemática de la producción y el retroceso histórico al que está siendo sometida, la opinión pública “consume” una realidad bastante desvirtuada.

La comunicación, más omnipresente que nunca, se impone como una necesidad para un sector que sostiene sobre sus hombros a gran parte de la generación de recursos de la economía nacional, pero que recibe todos los palos de la política.

En Estados Unidos, por ejemplo, los “farmers” gozan del prestigio que les brinda el saberse generadores del alimento, el combustible y la energía de su país, nada menos. El último comercial de una pick up emitido en la final del “Superbowl” es un fiel reflejo de este sentimiento nacional. Se titula: “Y Dios hizo al granjero”, y enumera las virtudes que denotan el esfuerzo cotidiano que implica ser productor agropecuario. Y termina diciendo: “dedicado al granjero que hay en cada uno de nosotros”. Para tener en cuenta.