Una generación alternativa

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Tao Lin, promocionado como uno de los mayores exponentes de la “literatura alternativa” estadounidense.

Por Fabricio Welschen

“Hoy el cielo está azul y blanco con manchas azul brillante y una luna pálida y pequeña y voy a destruir nuestra relación hoy”, de Tao Lin. Traducción de Valeria Meiller y Lucas Mertehikian. Dakota Editora. Buenos Aires, 2012. “Antología de entradas inéditas del blog de un empleado mexicano de panda express”, de Megan Boyle. Traducción de Valeria Meiller. Dakota Editora. Buenos Aires, 2012.

Los jóvenes Tao Lin (nacido en 1983) y Megan Boyle (nacida en 1985) se presentan como las figuras que encabezan la nueva generación de la literatura estadounidense. La flamante editorial argentina Dakota Editora, fundada en 2012, ha decidido dar sus primeros pasos en el mercado traduciendo y editando a estos dos jóvenes estadounidenses con estos libros cuyos títulos son más largos que la gran mayoría de las oraciones que conforman la escritura de Lin y Boyle.

La generación literaria que representan -y que incluso han fundado- Tao Lin y Megan Boyle propone un proyecto literario innovador, rupturista y afín al avance de las nuevas tecnologías (principalmente, Internet). Lamentablemente, el proyecto literario de esta nueva generación no se encuentra a la altura (ni mucho menos) de la corriente posmodernista de la literatura, tradición que ha brindado casos canónicos como el de Thomas Pynchon, representante de un tipo de posmodernismo maximalista. Tao Lin no se encuentra a la altura de casos como éste, en principio porque es poco probable que aquél pueda escribir un libro de la extensión de El arco iris de la gravedad o Mason y Dixon.

De todas formas, el asunto no es tan preocupante como podría parecer a simple vista, ya que la literatura estadounidense cuenta con otras nuevas generaciones literarias, una de las cuales es aquella que conforman escritores como Michael Chabon o Jonathan Franzen (este último adoptando, incluso, una forma decimonónicamente clásica para componer sus novelas); escritores que distan mucho de ser jóvenes (a diferencia de los veinteañeros Lin y Boyle) pero cuyo reconocimiento tuvo lugar a fines del siglo XX. En este sentido, la generación de Lin y Boyle no sería en la literatura estadounidense una propuesta superadora, sino, más bien, una propuesta alternativa.

Empezamos, entonces, abordando a Tao Lin, que es el líder de la pandilla. Su libro Hoyy el cielo está azul... fue publicado originalmente en formato eBook, digital, en el año 2006; es decir, al comienzo de la trayectoria de Lin. El libro se encuentra constituido por quince cuentos, algunos de ellos muy breves. La prosa que presentan estos cuentos es absolutamente legible, sencilla, incluso prácticamente infantil (con perdón de los niños); cuentos estructurados por secuencias narrativas fugaces, secuencias a su vez conformadas por oraciones muy breves.

La temática de dichos cuentos se circunscribe a la vivencia de los protagonistas, que son extraños, ajenos al entorno que los rodea, que no saben qué hacer con sus vidas y cómo actuar; que se encuentran aburridos o frenéticamente furiosos; en general, bastante infelices. Personajes, se podría decir, propios de la época actual a quienes se les suma en ocasiones una serie de hechos igualmente extraños y disparatados (por ejemplo, el secuestro de toda la familia que tiene lugar en el primer cuento).

Uno entonces se podría preguntar si el tipo de prosa básica empleada por Lin responde a la intención del autor por llevar a cabo una representación de la subjetividad de personajes tan excéntricos. Lo más probable es que no, puesto que presentan una composición elemental; son unidireccionales, sin matiz alguno, carentes de rasgos distintivos (exceptuando el comportamiento extraño): todo es vacuo en la composición de los personajes. Lo cual muestra que no hay un interés del autor por la construcción sólida del perfil de sus protagonistas y que la escritura fragmentaria no es funcional a ningún aspecto compositivo de la narración ya que, por lo demás, la prosa de Lin prescinde de descripciones detalladas.

Los cuentos “Cáncer”, “Delfines”, “Navidad”, y “La pared que camina” son los mayores ejemplos de temática en la que se encuentra presente el absurdo, las situaciones ilógicas y la naturalización de lo irracional. Pero es un absurdo que se encuentra sustentado en una narrativa estéticamente pobre, elemental. El absurdo (o la temática del vacío existencial que padecen los personajes de Lin) no es una presencia suficiente para obviar las falencias que presenta la narrativa y la pobreza estilística y composicional de los cuentos. Pensemos en el aspecto estilístico-composicional de una obra como El extranjero, de Camus.

En definitiva: el proyecto narrativo de Tao Lin carece de vigor estético y su objetivo es un tanto difuso.

Por el otro lado, el libro de Megan Boyle, Antología de entradas inéditas..., fue publicado originalmente en 2011, en la editorial Muumuu House (editorial creada por Tao Lin, por cierto).

Como es típico en estas nuevas generaciones literarias, en el libro de Boyle está presente la idea de transgénero. Efectivamente, no se sabe bien qué es el libro, es difícil determinar qué género literario es el adecuado para encasillarlo: ¿es ensayo o es una novela? ¿puede ser considerado una novela? ¿es ficción? ¿es literatura? ¿qué es? Por suerte, esta indeterminación genérica no resulta ser obstáculo alguno para hacer una valoración del libro.

“Antología de entradas inéditas...” se encuentra formado por una serie de textos fragmentarios y carentes de secuencias lógicas que no fue publicada en el blog que Megan Boyle administró en los años 2009 y 2010. Es decir que los textos fueron escritos para ser publicados en una red social de Internet; por lo tanto, responden a la lógica de la inmediatez y de la banalidad, propias de este tipo de servicios de la red.

A medida que se van sucediendo los textos, se va conformando, a través de los pensamientos y las triviales experiencias de Megan, el tejido autorreferencial de la autora (ya que el empleado mexicano sólo aparece mencionado en el título). Allí, Megan cuenta su vida cotidiana: usa Internet, mira televisión, flirtea con la gente, come, se emborracha, le preocupa engordar, se reúne con amigos, se deprime. Los temas que Boyle aborda en sus textos son insípidamente variados, llegando incluso a elaborar una lista en la que rinde cuenta de las distintas personas con las que tuvo relaciones sexuales.

Uno vuelve a preguntarse: ¿cuál es la pretensión del libro de Boyle? ¿una pretensión literaria? Si es así, no lo logra, ya que el libro carece de valor estético. ¿Pretende ser actual? En este caso sí lo logra, pero la actualidad, la cualidad de lo contingente, no es un mérito en sí. En este sentido, el libro de Boyle carece de mérito por más actual que éste sea.

Éste es entonces, con sus pretensiones y falencias, el panorama de la generación literaria alternativa estadounidense.