editorial

Cuando el caos se apoderó del centro

  • Ocurrió esta semana por una manifestación sindical, pero no es la primera vez que sucede. Resulta imperioso legislar sobre los métodos utilizados a la hora de protestar en la ciudad.

 

El centro de la ciudad de Santa Fe se pareció a un verdadero infierno durante la mañana del miércoles último, a raíz de una multitudinaria manifestación de afiliados a la delegación local de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra).

Las columnas llegaron de a pie hasta la sede de los Tribunales Laborales, ubicados en la peatonal San Martín, entre calles Eva Perón y La Rioja. En su marcha y durante la protesta, los obreros interrumpieron el tránsito, cuya circulación ya se había tornado complicada a raíz de una serie de obras que se realizan en el microcentro y que no siempre cuentan con carteles de advertencia para los conductores.

Más allá de cuáles hayan sido los motivos de la protesta, lo cierto es que la movilización provocó un verdadero caos y complicó sobremanera el trabajo de los comercios de la zona. Es que, además de las interrupciones en el tránsito, los afiliados de la Uocra hicieron estallar una llamativa cantidad de bombas de estruendo, que tornaron realmente peligrosa la circulación de los peatones en este sector del microcentro.

No es la primera vez que una manifestación se transforma en un caos y termina representando una verdadera agresión para el resto de los habitantes de la ciudad. En marchas anteriores, comerciantes del centro debieron cerrar sus negocios debido al denso humo provocado por la quema de cubiertas.

Durante los últimos días, ingresó al Concejo Municipal un proyecto de ordenanza de la concejala Noelia Chiementín, que apunta a generar una serie de límites en los métodos utilizados para protestar en la ciudad. En este sentido, el proyecto plantea prohibir “en todo el ámbito del ejido urbano de Santa Fe la quema de neumáticos de cualquier tipo, estado o dimensión a cielo abierto”.

Entre los fundamentos del texto se plantea que, además de la incomodidad que esta modalidad genera, se debe tener en cuenta la generación de gases tóxicos perjudiciales para el medio ambiente y para la salud de los seres humanos.

En ciudades como Calafate y Caleta Olivia (Santa Cruz); Guaymallén (Mendoza); Eldorado y Posadas (Misiones); y General Roca (Río Negro), ya existen disposiciones que prohiben la incineración de neumáticos en zonas urbanas.

Desde la Municipalidad de Santa Fe se reconoce el problema. Incluso, en las últimas horas el intendente José Corral se expresó a favor de la aprobación de esta norma.

El inconveniente de los ruidos molestos y el peligro generado por las bombas de estruendo también deberían ser tenidos en cuenta a la hora de legislar en la ciudad. De hecho, cualquier ciudadano común que decidiera hacer estallar bombas de estruendo o tocar un redoblante en lugares determinados, como por ejemplo en las cercanías de clínicas y sanatorios, sería detenido por la policía y multado por agentes municipales.

El hecho de que los ruidos molestos o el uso de pirotecnia sean protagonizados por un grupo de manifestantes organizados, no los torna inofensivos para el resto de los ciudadanos.

En definitiva, no se trata de impedir el derecho de protesta de ningún sector social, sino de establecer normas de convivencia claras, conocidas y respetadas por todos.

Además de las interrupciones en el tránsito, los afiliados de la Uocra hicieron estallar una llamativa cantidad de bombas de estruendo, que tornaron peligrosa la circulación de peatones.