PEQUEÑA PIEZA RADIOFÓNICA (SOBRE LOS ÚLTIMOS MOMENTOS)

Sutil tributo a Artaud

Sutil tributo a Artaud

 

César Costanzo estrena su obra este domingo, en el Foro Cultural Universitario, con Gregorio Silva como “objetivador metodológico”.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Roberto Schneider

César Costanzo es un nombre fuertemente vinculado con la actividad cultural santafesina. Desde hace años, su rol en el teatro primero y en las artes plásticas después, marca un itinerario vital, de fuerte presencia. Ahora regresa a las tablas y este domingo 5, a las 20, estrenará -como autor y director- en la Sala Maggi del Foro Cultural ubicado en 9 de Julio 2150, su obra “Pequeña pieza radiofónica sobre los últimos momentos”, que seguirá en cartel todos los domingos de este mes en el mismo horario y sala.

Se trata de una comedia dramática inspirada en la figura de Antonin Artaud, que intenta revelar los “últimos momentos” en la vida, no de una persona, sino del personaje que lo representa: sólo una imagen fragmentaria de la figura mítica de Artaud, y todo esto, en relación con la propia situación vital de cualquier individuo, de tránsito inexorable hacia un fin. Un camino entre dos realidades, por un lado ficción y verdad entremezcladas, y por el otro la vida y la muerte.

Un ser multifacético

Costanzo revela acerca de la gestación de la obra que la inspiración sirve como punto de partida “para acercarme a un personaje emblemático del arte moderno, un escritor, un poeta, un actor, un director de teatro, un visionario, un pensador, de la que también se ha descubierto recientemente su faceta de dibujante y pintor. O sea un ser multifacético que intenta llevar a los extremos su percepción del mundo y de la vida, al punto de embarcar su propia cordura en tal empresa. No quisiera identificarme con un ‘enfermo’, al decir de todos sus críticos, pero en sus búsquedas y visiones se encuentran las de cualquier hombre, o mujer, que se atreva a preguntarse por el sentido de la existencia, salvando las particularidades”.

Esta idea de componer un evento teatral nace hace varios años, y comienza a tomar forma casi casualmente, leyendo mucho la obra escrita por Artaud y también lo que escribían sobre él Pellegrini, Grotowsky y otros. Entonces, de manera fluida, “se fueron decantando algunos pocos textos, surgieron nuevos ‘decires’, situaciones dramáticas, anécdotas y reverberaciones coincidentes con mi propia realidad, y que me movilizaban a construir algo con todas ellas. Luego aparece en mis manos un aparato de radio de los años ‘40, legado familiar, que me da la clave de la mirada o enfoque desde donde partir, la relación del personaje solitario con ‘eso’ que viene de afuera, en este caso lo ‘radiofónico’: puente sonoro entre el universo de adentro y el universo externo”

También -enfatiza Costanzo- se consolida cierto límite de tiempo para las bandas de sonido. “Me parecía que todas debían ser anteriores, y en lo posible contemporáneas, hasta el año 1948, fecha en que Artaud parte de nuestro mundo. Asoman Ediht Piaf, Debussy, Erik Satie, Glenn Miller, un valsecito, un son balinés, campanas, truenos, voces... Yo le otorgo el mismo valor absoluto tanto al texto como a la luz, tanto la presencia física del actor como los sonidos incidentales o musicales, y así, con todos los parámetros que se ponen en juego en el hecho teatral, por lo que fui construyendo la obra basada no en un texto previo, sino en una posibilidad multimedial”.

Últimos momentos

La obra en cuestión trata acerca de los últimos momentos en la vida de ese ser: la conciencia de muerte, la voluntad de vida, las pulsiones más íntimas, las creencias y los mandatos sociales, los amores, los desencantos, los logros y los fracasos, las verdades y las mentiras...

“Cuando todos estos elementos se reunieron, tuve la suerte de reencontrarme con un compañero de ruta, con el que ya habíamos trabajado concretando entre otros ‘El viaje’”. César habla de Gregorio Silva (actor, director, docente), que aparece aquí como “objetivador metodológico” -llaman así a la función de un observador que calibra, mide, y objetiva el trabajo realizado, aportando una mirada comprometida en el proceso creativo, pero que se mantiene en el límite entre presentación y representación- quien en realidad abarcó y abarca otras muchas funciones más. Esto hizo posible la puesta en escena de su trabajo actoral y la forma definitiva de la obra.

El vestuario, los objetos y el espacio escénico son responsabilidad de TAI Producciones y se fueron plasmando paulatinamente. Las secuencias fueron el resultado de la interacción de todos los componentes teatrales.

Finalmente, César Costanzo nos dice que lo fundamental es que “se puedan ‘leer’, más allá o más acá de ‘los dichos’, ciertas sensaciones, pensamientos y sentimientos que resultan afines a la condición humana, y que son los que impulsan mi deseo de compartir este hecho teatral con el público. No pretendo con esto agotar las innumerables facetas que destellan en la figura de Antonin Artaud, sino abrir una hendija por la que circule algo de comunicación, y en lo posible, de goce estético.