Tras numerosos escándalos financieros

Francisco emprende la reforma del Banco del Vaticano

  • El Papa tomó una de las decisiones más esperadas de su pontificado: el nombramiento de una comisión que investigará el Instituto para las Obras de Religión.
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La arriesgada y esperada decisión se enmarca en un contexto general de reformas para mejorar la imagen de la Santa Sede. Foto: Agencia EFE

 

Redacción de El Litoral

Agencias EFE/DPA

El papa Francisco ha tomado una de las decisiones más esperadas en este inicio de pontificado: el nombramiento de una comisión de investigación para reformar el llamado banco del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), envuelto desde hace años en numerosos escándalos financieros.

La oficina de prensa del Vaticano publicó hoy el documento firmado por el papa el 24 de junio en el que se anuncia la creación de esta comisión, formada por cinco miembros, y que tendrá carta blanca para investigar todo lo que ocurra en la sede del Banco de Dios.

Mientras que la comisión para reformar la Curia, otra de las decisiones que se esperaban en este pontificado, comenzará a trabajar en octubre, los cinco miembros están ya trabajando y, según el documento papal, podrán dotarse de “colaboradores y asesores“ externos.

Además el papa da por hecho que contarán con la “colaboración tanto de los dirigentes del IOR y de todo su personal” en sus investigaciones.

La oficina de prensa del Vaticano destaca cómo la creación de esta comisión es un expreso “deseo del papa” para conocer mejor “la posición jurídica y las actividades del Instituto y para “llegar a una mejor armonización del instituto respecto a la misión de la Iglesia católica”.

Esta decisión se enmarca “en el contexto más general de las reformas que sea oportuno realizar por parte de las Instituciones que ayudan a la Santa Sede”, dice la nota.

Sin obstáculos

La comisión estará presidida por el cardenal italiano Raffaele Farina y compuesta por el español Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru, que será el coordinador; por el cardenal francés Jean-Loise Pierre Tauran; la jurista estadounidense Mary Ann Glendon y el asesor de la Secretaria de Estado vaticana, Peter Bryan Wells, será el secretario.

Por el momento, la comisión “recogerá documentos, datos e informaciones necesarias para el desarrollo de sus funciones institucionales”, sin obstáculos -añade el documento papal- porque “el secreto profesional y otras restricciones establecidas por el ordenamiento jurídico (del IOR) no limitarán el acceso a la comisión”.

Los miembros de esta comisión tendrán que informar periódicamente al papa y entregarle un informe al final de su trabajo, que aún no se ha dado a conocer por cuánto tiempo durará.

No se trata de una intervención, pero el papa no quiere perderse ni un detalle de lo que ocurre en el IOR y para ello ya nombró el pasado 18 de junio a Battista Ricca, de 57 años, como nuevo prelado, una especie de secretario que puede participar a todas las reuniones de los órganos de decisión.

Benedicto XVI también había intentado dar un cambio al instituto al nombrar el pasado 15 de febrero al abogado alemán Ernest von Freyberg, de 55 años, nuevo presidente del IOR, en sustitución del italiano Ettore Gotti Tedeschi destituido el 24 de mayo del pasado año por el Consejo de Supervisión de esa entidad tras verse salpicado por irregularidades.

Son muchos los escándalos que han golpeado con fuerza al Banco de Dios, como la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982, y que originó la quiebra de una treintena de empresas.

Aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad, sí admitió su “implicación moral” y pagó 241 millones de dólares de la época a los acreedores de la entidad.

En enero se bloqueó el uso de tarjetas de crédito internacionales en el Vaticano cuando se descubrió que en una cuenta abierta por el Instituto para las Obras de la Religión (IOR) en un banco alemán circularon en un año 40 millones de euros.

¿Un milagro de Francisco?

  • Una mujer de 41 años que vive en España asegura que la bendición del papa Francisco le permitió recuperarse “milagrosamente” de un cáncer de mama con metástasis que la había dejado “entre la vida y la muerte”.

Carolina Balbuena, una argentina que vive desde hace diez años en España, comenta que hace cuatro años le diagnosticaron cáncer de mama y la metástasis le hizo perder capacidades del habla, de la visión y motricidad, pero tras recibir el 10 de abril la bendición de Francisco en el Vaticano, tuvo una rápida recuperación que sorprendió a los médicos.

“Me pusieron en un lugar donde justamente sale el papamóvil. Yo llevaba la bandera argentina y la camiseta de San Lorenzo. Él pasa con el papamóvil, yo me levanto, y le digo: ‘Su Santidad, necesito su bendición. Tengo cáncer, pero creo en los milagros y gracias a usted volví a creer en Dios’. Me dice: ‘Ojalá, ojalá, ojalá’. Me bendice. Le muestro la firma de mi oncóloga y le pido que la bendiga porque ella cura a los enfermos. Me bendice dos veces. Y la vuelve a bendecir a ella [la oncóloga]. Con su mirada me transmitió todo. Él pudo ver mi dolor”, relató la mujer.

Una institución marcada por el escándalo

  • El Instituto para las Obras de la Religión (IOR), es conocido como el banco del Vaticano y su trayectoria se ha visto salpicada por varios escándalos.

Fundado en 1942 por el papa Pío XII, el IOR se ocupa de custodiar y gestionar bienes de personas e instituciones religiosas, tiene personalidad jurídica propia, su única sede está en el Vaticano y trabajaban en él algo más de un centenar de personas.

El banco vaticano está dirigido por el Consejo Supervisor, formado por cinco personalidades y presidido actualmente por el abogado alemán Ernst von Freyberg, caballero de la Orden Malta y presidente de la naviera alemana Blohm-Voss.

Freyberg fue elegido el pasado mes de febrero para sustituir al italiano Ettore Gotti Tedeschi, destituido el 24 de mayo de 2012 “por no haber desarrollado funciones de primera importancia para su cargo” y ante la “preocupación” por su gestión, según explicó entonces el Consejo Supervisor.

Tedeschi se vio salpicado por supuestas irregularidades y la Fiscalía de Roma abrió una investigación sobre él por supuesta violación de las normas sobre la prevención del blanqueo de dinero.

Los otros miembros del Consejo Supervisor del IOR son el alemán Ronald Hermann Schmitz (presidente en funciones hasta la llegada de Freyberg), el español Manuel Soto Serrano, el estadounidense Carl Albert Anderson y el italiano Antonio María Marocco.

El Consejo da cuentas de su labor a la Comisión de Cardenales, que preside el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado vaticano.

A principios de la década de los ochenta, el IOR se vio salpicado por el escándalo de la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982.

La bancarrota originó la quiebra de una treintena de empresas, y aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad, sí admitió su “implicación moral” y pagó 241 millones de dólares a los acreedores del Banco Ambrosiano. En 1989 el papa Juan Pablo II decidió reformar el banco vaticano para dotarlo de una mayor transparencia y rigor en su gestión y el arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, que presidía el IOR, fue sustituido.

Unos meses antes, en junio de 1988, el Tribunal Constitucional italiano había sentenciado que la Justicia italiana no podría procesar a Marcinkus por su presunta responsabilidad en la quiebra del Banco Ambrosiano.

Con el estatuto impulsado por Juan Pablo II, el banco vaticano adquirió su estructura actual: un consejo de administración laico, con un presidente a la cabeza, y un director general asistido por un vicedirector

En diciembre de 2010 Benedicto XVI aprobó una ley para luchar contra el blanqueo de dinero en la instituciones financieras del Vaticano, con el objetivo de entrar en la llamada “lista blanca” de Estados que respetan las normas para la lucha contra el lavado de dinero.