Arquitectos de la escasez

Obstinación, ignorancia y ensañamiento, parecen combinarse para conspirar contra un cultivo en particular y el sistema productivo en general. La “antipolítica” llegó para quedarse.

Federico Aguer

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El título no es mío. Es de Santiago del Solar, referente de CREA, que esta semana resumió en medios nacionales la situación del trigo en la Argentina. Y deslizó frases que grafican una crisis tan innecesaria como costosa. “La escasez de trigo ajusta por precio y restringe consumo”, dijo por una radio de alcance masivo. “Castigar la producción es crearle escasez a los consumidores”, agregó. “Los cupos a la exportación, más restricciones al comercio, son la manera de construir escasez a partir de la abundancia. Hoy estamos administrando escasez en trigo y harina, una cosa absurda e impensada”, sentenció.

El problema se retrotrae a cinco años atrás, cuando el Gobierno estableció un sistema de cupos a la exportación, a través de los cuales, el productor que cosechaba el trigo no lo podía vender y cancelar las cuentas a fin de año, saldando así su situación financiera.

Históricamente, Argentina producía 15 millones de toneladas de trigo, con 6 de consumo interno y el resto se exportaba. Al meter los topes a la exportación, ese mercado interno tuvo que absorber una gran cantidad de cereal; lo que obligó paulatinamente a reducir el área de siembra, con el agravante de la última campaña primavera lluviosa, bajó el rinde y la calidad.

El suelo, el clima, y un mercado vecino cautivo como Brasil (altamente demandante), brindan oportunidades que no podemos seguir desaprovechando. Mientras nos desabastecemos, se pierde empleo; y para estar en la “mesa de los argentinos”, el pan se paga cada vez más caro.

El trigo, la leche o la carne no son servicios públicos. Son bienes desarrollados con inversión del capital privado en busca de una renta. El mercado se construye con oferta y demanda, pero al no haber mercado, hoy vale el doble que lo que valdrá a cosecha. Y en vez de administrar riqueza, nos estamos peleando por las migas.