editorial

Mujeres en riesgo

  • Cuatro nuevos hechos de violencia de género sacudieron a la provincia. Uno en Rosario y tres en la ciudad capital.

Una adolescente de apenas 14 años se recupera en el Hospital de Niños, luego de haber sido baleada por su pareja. Mientras tanto, en Rosario una chica de 19 años fue atacada por un grupo de hombres, quienes le arrojaron combustible y le prendieron fuego.

Apenas un día antes, en la ciudad de Santa Fe, una joven de 26 años recibió seis balazos de parte de su pareja. Lo más llamativo es que el hecho sucedió poco después de que la chica radicara la denuncia por maltratos en una comisaría. Y por si fuera poco, hoy un chico de 15 años mató a su novia de 14 en Alto Verde.

Lamentablemente, no se trata de casos aislados. Las evidencias en este sentido son irrefutables e indican que la provincia de Santa Fe ocupa el segundo lugar en el país en cuanto al número de feminicidios. Apenas es superada por Buenos Aires, donde viven más de 15 millones de habitantes.

Un relevamiento dado a conocer recientemente por la concejala rosarina Norma López, reveló que durante este año se registraron en la provincia al menos 15 asesinatos vinculados con la problemática de género -esta cifra ya fue superada a raíz de los últimos casos-, mientras que, en provincia de Buenos Aires, el número de homicidios con estas características trepa a 51.

Se trata de una problemática con evidentes raíces culturales. Encontrar soluciones de fondo no será tarea sencilla y, aun en el caso de que hubiera verdaderas políticas públicas para abordar la situación, los hechos de violencia de género seguirán existiendo.

Por estos motivos, resulta imprescindible adoptar medidas urgentes, prácticas y directas. Si bien durante los últimos años se realizaron algunos esfuerzos desde el Estado para brindar contención a las víctimas y concientizar a los efectivos policiales sobre la necesidad de actuar rápidamente frente a este tipo de denuncias, las respuestas siguen siendo insuficientes y las víctimas quedan a merced de sus victimarios con inquietante facilidad y frecuencia.

A principios de este mes, las autoridades de la Municipalidad de Santa Fe firmaron un convenio con la Corte Suprema de Justicia de la provincia, con el objetivo de poner en funcionamiento un sistema de geolocalización portátil que permita auxiliar a las víctimas cuando éstas se encuentran frente a situaciones de peligro inminente.

Se trata de dispositivos electrónicos conocidos como “botones de alerta”. Los jueces de los Tribunales Colegiados de Familia de la ciudad deben determinar qué casos ameritan la utilización de estos aparatos para que les sean entregados a las víctimas.

Se trata de una medida positiva que debe ser implementada cuanto antes. Sin embargo, con esto no alcanza. Habrá que pensar qué contención se brinda a las víctimas luego de que realizaron la denuncia o después de que fueron socorridas por la Policía en medio de una urgencia.

La realidad muestra que no hay tiempo que perder. Por eso, resulta imprescindible que estos “botones de alerta” sean distribuidos rápidamente por la Justicia y que desde el Estado se unifiquen los esfuerzos por contener a estas mujeres, pues en estos momentos no parece existir la coordinación adecuada en este sentido.

Mientras no existan respuestas para el día después, las mujeres continuarán a merced de golpeadores y asesinos.

La provincia de Santa Fe ocupa el segundo lugar en el país en cuanto al número de femicidios.