Asoma una dupla soñada en Colón

Batman & Robin

Rubén Ramírez ya tiene cuatro goles y Facundo Curuchet es cada vez más desequilibrante con sus corridas. El punta elogió al punterito: “Es un cohete”.

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“Curu” los prepara... “Tito” se los lleva

Grita Rubén Ramírez con la boca llena de gol el 2-1 y lo acompaña Curuchet en la corrida, a quien le cometieron el penal que “Tito” transformó en gol de rebote después del remate de los doce pasos. Asoma una dupla como las de antes: uno por adentro y otro por afuera. Un “7” y un “9”, la fórmula de los viejos tiempos. Foto: Pablo Aguirre

 

Darío Pignata

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Dicen que la dijo el “Loco” Hugo Orlando Gatti. Y si no la dijo, el ambiente del fútbol se la asignó. En realidad, no es una frase, sino un número: “El 1259”, que hace referencia a las tres líneas del equipo. El “1” por el arquero, el “2” por un buen zaguero, el “5” por el volante central y el “9” por el delantero de área que hace los goles.

Hoy, esos pilares parecen ser los que están empezando a asomar en el Colón de Forestello en la búsqueda del equipo. Porque el “1” —que arrancó con dudas— se afirma a fuerza de voladas espectaculares y tapadas claves en el arco sabalero. Porque no hay un “2” solamente, sino que ahora consiguió un buen entendimiento en los dos cueveros: Landa saca todo de arriba y Carniello saca todo de abajo. El “Perro” se viene comiendo la cancha desde el medio con la “5”, ya se para atrás cuando recupera o para adelante cuando quiebra la línea de los rivales. Y porque arriba, el “9” hace el trabajo sucio y también el limpio: ya tiene cuatro goles cuando pocos daban algo por “Tito”. En realidad, se la jugaron los dirigentes que lo buscaron, este técnico que lo puso y el “Bichi” Fuertes que hace un mes me dijo en una nota que en este campeonato Ramírez iba a terminar con diez goles.

Creo que lo más importante del equipo es el compromiso, aún con todo lo que le puede faltar en el volúmen de juego. De todos modos, en el rubro manejo de la bola, el equipo va de menos a más.

En el marco de ese compromiso, Colón se está “curtiendo” para pelear en la adversidad que a veces proponen las circunstancias de los partidos. Le pasó con Quilmes cuando el “Perro” vio la roja, se dio lo mismo en River con todo el microclima en contra y ahora cuando Urribarri se fue a los vestuarios al ver la roja de Ceballos. El viejo axioma “de tripas, corazón” se dio ayer en el Cementerio de los Elefantes cuando Central se venía encima.

Van cinco fechas y Colón tiene diez puntos. Para algunos, diez puntos que sirven para engordar el promedio. Para otros, diez puntos para engordar el sueño de pelear arriba, ya que hace un par de torneos que el equipo está a dieta.

Dentro de las pocas uñas que usó el equipo para tocar la guitarra, lo que más me interesa es la construcción del binomio de ataque. En un fútbol tácticamente moderno, jamás renunciaría a poner un “7” y un “9” si los tengo en el plantel. Y hoy Colón tiene un puntero rápido por afuera como Curuchet y un punta de área como Ramírez.

Salvando las distancias, porque apenas van cinco fechas, desde lo técnico Colón no pone en campo un binomio como el que tiene desde que se desarmó la fórmula del “Caio” Enría con el “Bichi” Fuertes. Ojalá ésta termine igual que aquélla, dándole tardes y noches inolvidables al corazón de los hinchas.

“Nunca hice un gol de “Cabriola”, pero me quedó alta y me salió bien. Además, siempre hago dos goles cuando mis hijos vienen a la cancha como hoy”, dijo el de Margarita. Conclusión: AFA Plus urgente para los hijos de Ramírez.

“Me emociona lo de la gente”, alcanzó a decir Curuchet cuando se escuchaba “Curu...Curu” mientras la TV Pública lo entrevistaba preguntándole si había sido penal. Entre usted y yo amigo lector: Curuchet aprendió más rápido a mentir que a definir en este torneo.

Tiene razón “Tito” cuando dice que “Curuchet es un cohete”. En realidad, el punterito es un cohete que tiene un cuete...(mejor ni sigo, no?). Hoy, sin dudas, está entre los tres jugadores más rápidos del fútbol argentino.

Así, desde los tiempos de Enría-Fuertes, con un por adentro y otro por afuera, Colón arma el nuevo binomio para lastimar en el fútbol argentino: Curuchet-Ramírez. Como julio y agosto, pero estando en septiembre: Curuchet los prepara...Ramírez se los lleva. Se viene la Primavera. Florece el gol en Colón.

“Ceballos se equivocó en el penal que definió el partido Colón-Rosario Central: no hubo falta a Facundo Curuchet. No me gusta que salga corriendo espantado cada vez que cobra un penal”

Angel Sánchez

Especial para la Nación

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A puro grito

Tito, Alcoba y Moreno se cargan las gargantas con el grito de gol. Fue el festejo del segundo tanto sabalero. Foto: Pablo Aguirre

Afa plus

Urgente

Los socios y simpatizantes de Colón tendrán que acelerar el trámite. Ahora, el equipo visitará a Godoy Cruz, posteriormente volverá a jugar de visitante (el fin de semana del 15 ante Gimnasia y Esgrima La Plata) y luego, frente a San Lorenzo, está previsto que se inicie el nuevo sistema, siendo la cancha de Colón la primera en el país. Esto será el fin de semana del 22, así que la gente tiene que acudir —aquellos que no lo hicieron— con urgencia al club. El trámite es gratuito, dura diez minutos y deben llevar DNI.

 
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El penal de Montoya

No caben dudas. La foto es el fiel reflejo de la manera en que Montoya fue a buscar la pelota ante Lagos, quien no había definido bien luego de quedar solo ante el arquero. El “1” de Colón tuvo un par de atajadas meritorias, una en cada tiempo. Foto: Luis Cetraro

Hay que contar toda la historia

Enrique Cruz (h)

Tito Ramírez siempre caminó por una delgada línea en Colón. Su cuota de gol es irreprochable en función de los minutos jugados. Esos goles despertaron aplausos y ovaciones, pero los períodos o partidos de ausencias de ellos, motivaron silbidos e insultos con la misma o mayor intensidad que los aplausos. Lo “bueno” es que jamás pasa desapercibido.

El año pasado, Colón salió a buscar dos “9” luego del retiro de Fuertes. El elegido como prioridad fue Tito, aunque primero haya llegado Gigliotti y su rendimiento haya superado luego al de Margarita. Pero hay una parte de la historia que debe ser contada: Tito Ramírez hizo muchísimo por volver a Colón. Se lo dijo a su técnico en Godoy Cruz, a los dirigentes y se cansó de declararlo. Fue tan fuerte ese deseo, que más allá del esfuerzo económico de Colón por traerlo —que fue tal—, lo que más pesó fue esa decisión firme que mostró Ramírez desde un principio, por ponerse la camiseta del club del cual es hincha.

En este mundo tan comercial que es el fútbol, donde el negocio impera sobre los sentimientos, cuestan encontrar estos ejemplos. No sé si Tito gana más, igual o menos que en Godoy Cruz. Pero ahí estaba bien, tenía contrato vigente, venía de ser goleador de un campeonato y, sin embargo, quiso su vuelta a Colón y “peleó” para ello.

Sé que puedo tocar un aspecto sensible para el hincha de Colón, que es el caso Gigliotti. Ya mucho se dijo y se escribió sobre la situación legal de este delantero que tan buen resultado le dio a Colón. Pero Gigliotti tenía la posibilidad de quedarse, tenía arreglado el aumento de su contrato para un segundo año y sin embargo quiso irse a Boca. Respetable. Pero diferente a lo de Tito.

Hay algo que Tito entendió y es que necesita estar bien físicamente. No se le pide que corra jugadores o que se pare de “5” cuando a Prediger le sacan una pelota sobre un lateral, como pasó ayer en el segundo tiempo. Pero debe estar bien para que la pelota no le rebote, para que pueda encarar en un mano a mano a un defensor y para que pueda estar rápidamente en el lugar adecuado para hacer lo que sabe: marcar goles.