Habría pruebas del uso de armas químicas
Obama busca apoyo del Congreso para atacar Siria
- El Gobierno estadounidense denunció que el régimen de Bachar Al Asad ha empleado gas sarín y comenzó su campaña para convencer al Legislativo de la necesidad de tomar represalias.
Si bien Obama no está obligado a seguir las recomendaciones del Congreso, este apoyo sería fundamental para darle legimitidad al ataque. Foto: Agencia EFE
Redacción de El Litoral
Agencias EFE/DPA
El Gobierno estadounidense denunció que el régimen de Bachar al Asad ha usado gas sarín y comenzó así una campaña para convencer al Congreso de la necesidad de atacar Siria en represalia y en la que el presidente Barack Obama se juega su credibilidad como líder mundial.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, fue el encargado de iniciar esa campaña con apariciones en las principales cadenas de televisión del país en las que sostuvo que su país tiene pruebas de que el régimen sirio usó gas sarín en el ataque con armas químicas en la periferia de Damasco del pasado 21 de agosto.
Muestras de pelo y sangre de las víctimas de ese ataque, en el que según EE.UU. murieron 1.429 personas, “han dado positivo” por exposición al sarín, detalló Kerry.
“Creemos que el caso contra Siria es poderoso y continúa creciendo cada día”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, quien se mostró convencido de que el Congreso dará a Obama la autorización que ha solicitado para llevar a cabo una acción militar de castigo contra el régimen de Al Asad.
No obstante, Kerry matizó que Obama tiene “el poder” y la autoridad para atacar Siria con independencia de lo que el Congreso vote, sin dejar claro si el Gobierno seguirá adelante con sus planes militares incluso si el Legislativo los rechaza.
Legitimidad se busca
El objetivo de Obama con su “valiente” decisión de consultar al Congreso, como la calificó Kerry, es que el ataque contra Siria tenga mayor legitimidad y el mayor apoyo doméstico posible, pero el presidente ha asumido un gran riesgo dada la polarización actual en el Legislativo y el hecho de que los republicanos controlan la Cámara baja.
También ha puesto en juego su credibilidad como líder mundial, ya que desde el año pasado ha insistido en que el uso de armas químicas en Siria supondría cruzar una “línea roja” y no quedaría sin respuesta.
Tras dar por probado que el régimen sirio fue el responsable del ataque con armas químicas contra civiles del 21 de agosto, Obama empezó a evaluar esta semana una acción militar y el viernes ya estaba decidido a llevarla a cabo, lo que hizo prever que el ataque se produjera este mismo fin de semana.
Pero el rechazo en el Parlamento británico a la participación del Reino Unido en una intervención, las dudas del Congreso y la falta de apoyo entre la opinión pública estadounidense, entre otros factores, le hicieron cambiar de opinión a última hora.
Consulta en el G-20
El consenso buscado por Obama, también se extiende al ámbito internacional y esta semana deberá defender en la cumbre del G20 a partir del jueves en San Petersburgo su decisión de llevar a cabo una acción militar “limitada” en Siria y buscará el apoyo de otros líderes en un momento de crisis en la relación con Rusia, el país anfitrión.
La relación de Obama con su homólogo ruso, Vladímir Putin, está en uno de sus momentos más bajos por el asilo temporal concedido por Moscú a Edward Snowden, quien sacó a la luz los programas de espionaje masivo del Gobierno estadounidense, pero su decisión de atacar Siria augura un mayor deterioro.
El sábado, antes de que Obama anunciara su decisión de intervenir militarmente en Siria -aunque primero buscará la autorización del Congreso- Putin le pidió que como premio Nobel de la Paz piense en las “futuras víctimas” antes de emplear la fuerza. “¿Acaso reforzará así el prestigio internacional de Estados Unidos? Lo dudo (...) Algo hay que hacer, es obvio”, pero precipitarse y atacar “puede derivar en consecuencias absolutamente opuestas a las que se esperan”, alertó Putin.
La gira del mandatario estadounidense, que incluye una visita a Suecia el miércoles y jueves, “no es tanto una visita a Rusia como un viaje para el encuentro del G20, del cual Rusia es anfitrión”, indicaron altos funcionarios de la Casa Blanca al descartar que vaya producirse un encuentro bilateral entre Obama y Putin.