Drama en Santa Rita II

Agoniza un chico de 15 años con un tiro en la cabeza

  • El menor manipulaba un arma de fuego cuando recibió el disparo. Todo indicaría que se trata de un hecho accidental.
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El hecho es investigado por agentes de la Subcomisaría 14ta. Entre otras tareas tratan de reconstruir los últimos movimientos del adolescente. Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Es sumamente crítico el estado de salud de un menor, de 15 años, el que hoy recibió un disparo de arma de fuego en su cabeza.

El grave episodio tuvo por escenario el barrio Santa Rita II, más precisamente en el predio donde se ubican las casas que fueron usurpadas.

Eran cerca de las 10 cuando vecinos y ocasionales transeúntes escucharon el estampido de un tiro, el que provenía de una casa ubicada en Chaco y Larguía.

Las peores sospechas se confirmaron segundos después cuando un jovencito salió del lugar en cuestión a los gritos y pidiendo auxilio. “Se pegó un tiro en la cabeza”, se decía.

Tras los llamados de rigor, agentes policiales llegaron hasta el lugar y constataron lo sucedido. La gravedad de la situación obligó a los uniformados a que pidieran de manera desesperada la presencia de una ambulancia.

Con la urgencia del caso el chico herido fue trasladado hasta el hospital José M. Cullen donde arribó en condición más que grave.

Según se supo el menor presenta un impacto de arma de fuego en su cabeza, con orificio de entrada sin salida, quedando alojado el proyectil en medio de la cavidad craneal.

Los últimos estudios daban cuenta de “muerte cerebral”.

Al cierre de esta edición los profesionales que lo atienden evaluaban la posibilidad de una intervención quirúrgica.

Penoso

Antes que la bala se estrellara en su cabeza, el menor afectado ya era víctima de una situación personal más que dramática.

Nuestros entrevistados dijeron que desde hacía bastante tiempo su realidad era crítica.

Sin familia ni otro vínculo cercano, el jovencito deambulaba por la barriada donde también supo cometer actos por fuera de la ley.

Fue bajo estas circunstancias que el chico llegó hasta el predio de las polémicas “casitas”, en busca de un refugio provisorio.

“El siempre dormía allí”, dijo uno de los consultados aunque aclaró que “una vez que salía no lo volvíamos a ver por largo tiempo”.

Esta mañana el estruendo del disparo reflejó lo que quizás fue su último acto en el lugar.

La pesquisa de este suceso quedó a cargo de los agentes de la Subcomisaría 14ta., que interviene por jurisdicción. Como primera medida los uniformados ubicaron al otro menor que habría sido testigo. Su versión será crucial para conocer los detalles del suceso.