Análisis pos electoral

El 40% de los votos nulos en las primarias fue por no hacer marcas

El dato surge de un estudio realizado sobre una muestra de urnas de toda la provincia, y refuerza la hipótesis de que esos electores, en realidad, quisieron votar en blanco.

El 40% de los votos nulos en las primarias fue por no hacer marcas

Para las generales, el gobierno intensificó la campaña de difusión. Foto: Mauricio Garín

 

Ivana Fux

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El voto nulo alcanzó niveles significativos en las últimas elecciones primarias; según la categoría y ciudad, hasta se constituyó en la segunda opción. Para conocer la naturaleza de ese voto, y en un estudio similar al que se había hecho después de los comicios de 2011, la Dirección de Reforma Política y Constitucional -a cargo de Oscar Blando- analizó las boletas de 36 urnas testigo.

Según los resultados obtenidos, el voto nulo alcanzó a nivel provincial el 6 por ciento. Entre los datos salientes del informe se destaca que un 40% de esos sufragios terminó anulado porque había más de una opción marcada, en tanto que otro 40% no marcaba ningún casillero.

En diálogo con El Litoral, Blando recordó que en las elecciones de 2011, la ausencia de marcas había sido la principal causa de anulación del voto. “Lo que vemos es que ahora se equipara este porcentaje con el de aquellos que marcaron más de una opción”, comentó.

El funcionario se detuvo a analizar el 40% de votantes que no marcaron ninguna opción en la boleta. “A nuestro entender -interpretó-, son electores que quisieron votar en blanco, y es mucha gente. Por eso, decidimos hacer una campaña de difusión poniendo el acento en que si la persona quiere votar en blanco, debe marcar el casillero en la boleta donde aparece esa opción específicamente, porque si no lo hace, está anulando el voto”, planteó. Y adelantó que a su criterio, éste debería ser un aspecto a reformar de la ley electoral.

“Creo que es una cuestión a modificar. Sinceramente -dijo-, si el elector no pone ninguna marca, estaría manifestando un voto en blanco. Por eso vemos que en las elecciones de 2013 respecto de las de 2011 aumentó el voto nulo y disminuyó el voto en blanco. Con lo cual -especuló-, el voto blanco real estaría aumentando el porcentaje que apareció en las elecciones (del 2,5%) por este porcentaje de electores que anuló el voto inconscientemente al no marcar ninguna opción”.

Otros casos

En cuanto al 40% de votos anulados por marcar más de una opción, más de la mitad de esos electores dibujaron tildes en todos los casilleros. Para Blando, ello es una manifestación del voto bronca. “No es que el elector esté desinformado o indiferente a todo; es como que los impugna a todos a la vez”, planteó.

En segundo lugar aparecen los que marcan dos o más casilleros de diferentes frentes o partidos políticos. “Allí sí hay una equivocación, aunque hay una porción menor de electores que marca más de una opción pero dentro del mismo Frente, con lo cual entendemos que el elector tal vez quiso reafirmar su voto”, analizó.

Otra característica que sí aparece como distintiva respecto de 2011 es el aumento de voto nulo por la aparición de expresiones ofensivas o ajenas técnicamente al proceso electoral, que en esta ocasión representaron el 15% de los votos anulados. “Esto también sería una expresión del voto bronca”, dijo Blando.

Resumiendo; del universo de votos nulos en las primarias, el 40% no tuvo ninguna marca, otro 40% tuvo más de una cruz, el 15,2% expresiones ajenas al proceso electoral, y un 2,5% marcó claramente una opción pero por fuera del casillero, por ejemplo, con un círculo en la foto del candidato. Blando recordó que si bien rige para estos casos una acordada del Tribunal Electoral que los consideraba votos válidos, “tal vez las autoridades de mesa en el escrutinio provisorio se ciñeron a la ley y los consideraron nulos”.

En un 0,7% de los votos nulos aparecía una opción tachada y una nueva marca en otro casillero. “Aquí también hay un error de interpretación -dijo Blando- porque si la persona se equivocó, tiene que salir del cuarto oscuro y pedirle un nuevo talonario a la autoridad de mesa”. Finalmente, en una porción ínfima, aparecieron votos nulos porque se identifica al elector.

Difusión

Sobre la base de los resultados obtenidos en el estudio, el gobierno impulsó una campaña de difusión que pone el acento en cómo votar en blanco para no anular el sufragio.

“En las primarias -sostuvo Blando-, nuestra preocupación era hacer entender la simultaneidad de elecciones y la convivencia de los dos sistemas electorales diferentes. Ahora, nos estamos dedicando a la boleta única para recordar cómo funciona, y que la ciudadanía voto mejor”, concluyó.

Participación en las urnas

  • El relevamiento incluyó el análisis de otros aspectos, como la asistencia de electores el día de la votación. Según relató Blando, en las primarias de agosto pasado hubo una participación mayor al 70%, lo cual se ubica dentro de los parámetros históricos. Y advirtió, incluso, que hubo un crecimiento de la participación ciudadana en los últimos años.

“En 2007 -recordó-, sin boleta única hubo un 67,7% de asistencia; en 2009 un 64% y ya en 2011 con boleta única, un 71,2%. En las primarias de este año, ese guarismo subió al 73 por ciento. Es decir, que no sólo que no ha disminuido la asistencia a las urnas, sino que mínimamente ha aumentado”.

El funcionario recordó que cuando se cuestionaba la boleta única, se argumentaba que podía desalentar la participación por la incomprensión del sistema. “Esto ha quedado desestimado por segunda vez. La gente se siente cómoda y sabe votar”, afirmó.

La clave

Válido

  • El caudal de votos válidos en los últimos comicios primarios se ubicó por encima del noventa por ciento. En dicha categoría se incluyen los votos positivos más los votos en blanco, menos los votos impugnados y nulos.

El dato

Ficha técnica

  • El trabajo de análisis se realizó sobre 12.044 boletas obtenidas de 36 urnas de todos los departamentos de la provincia, teniendo en cuenta comunas y municipios de distintos colores políticos. Trabajaron en el relevamiento las licenciadas Lourdes Lori y Luciana Araya, contratadas por la Dirección de Reforma Política y Constitucional.