“Canta Santa Fe” en el Teatro Municipal

Voces solidarias de la mano del “profe”

Este viernes, desde las 21, ocho cantantes elegidos en un seminario a cargo de Rubén Goldín se subirán a las tablas para mostrar sus talentos y apoyar la labor de Cenaele.

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“Tuve que pensar en una cantidad de cantantes que pudieran hacer una o dos canciones cada uno, me gusta que hagan distintos estilos”, dice el cantautor y coach vocal. Foto: Gentileza producción

 

Ignacio Andrés Amarillo

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El cantautor y referente de la denominada “trova rosarina”, Rubén Goldín, llega a la ciudad para liderar este viernes desde las 21 una velada solidaria en la sala Mayor del Teatro Municipal (San Martín 2020). La iniciativa se denomina “Canta Santa Fe” y es un espectáculo musical a beneficio de Cenaele, una institución civil sin fines de lucro que se fundó en 1992, con la misión de mejorar la calidad de vida de los enfermos de leucemia, promoviendo el acceso al tratamiento adecuado, sin límite de edad ni de tiempo.

La peculiaridad del evento (declarado de Interés Municipal) es que estará protagonizado por ocho cantantes santafesinos, surgidos de un seminario que Goldín dictó meses atrás: Pablo Di Pretoro, Lucas Vázquez, Leandro Costantini, Elisabet Schmidhalter, Ely Pistoni, Lilia Riquelme Seib, Verónica Coronel y Lucila Aiudi.

Elegidos para ayudar

Para adentrarse en la propuesta, El Litoral dialogó con el rosarino en medio de uno de los ensayos del espectáculo.

—¿Cómo se dio esto que nació en un seminario y que se convirtió en un concierto con un “seleccionado”?

—Van surgiendo ideas, ahora se me ocurrió filmarlo y dárselo a algún canal (yo no quiero plata y los chicos, tampoco): se podrían cortar los clips de cada una de las canciones y pasarlas, mostrando los cantantes de acá. Ya le dije a Pupi (Fabiano, gestora de la iniciativa), de que averigüe qué canal se puede interesar.

Esto nació cuando vine a dar el seminario de canto, eran más o menos unas 40 personas, y vi que había buenas voces. Pupi, que es muy emprendedora (risas), dice: “¿y si hacemos algo?”. En principio, quería que yo cantara con ellos. Pero pensé: hagamos que canten ellos, yo ya canto bastante. Igual que cuando hago muestras de alumnos y me piden que cante, yo les digo: esto es para ustedes, lo hago para ustedes.

Después elegí ocho cantantes; obviamente los que no fueron elegidos se van a enojar o van a decir: “yo ¿por qué no?”, unos dirán que no están listos. Tuve que pensar en una cantidad de participantes que pudieran hacer una o dos canciones cada uno, me gusta que hagan distintos estilos: por ejemplo la chica que cantó el tango y después “El cosechero” (Elisabet Schmidthalter).

Me mandaron por mail una lista de títulos, y yo elegí lo que quería que canten, en base a mi criterio de diversidad y cosas rítmicas. Igual ensayamos, por si hay que cambiar alguna cosa. Y vamos a hacer un par de temas grupales, que puede ser “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, había tirado “Por qué cantamos”, pero el doctor (Leandro “Chapa” Constantini) dijo “Canción con todos”, de César Isella.

Estilos

—¿Qué influyó en cada elección?

—Por ejemplo yo sé que el “tordo” es medio rockero, pero tampoco lo iba a hacer cantar un tema de la banda de él (Mëdula) o de Foo Fighters; quería algo para que venga la familia. Busqué una cosa más popular y accesible: por eso él eligió un tema de Spinetta, después “Tu amor” de Charly (García) y Pedro (Aznar) en “Tango 4”, y “Las cosas tienen movimiento”, de Fito (Páez), pero en versión Spinetta.

Con las chicas, Lilia (Riquelme Seib) que canta folclore tremendamente bien, le puse “Todo cambia” en versión a dos voces, y por ahí hacen un tema de Celeste (Carballo). Así, fui armando un repertorio en base a canciones que no fueran las que están demasiado “quemadas” por los realities, ocurrió un poco eso.

Va a haber algo, porque se han cantado tantas en “Soñando por cantar”, en “Operación triunfo”... Igual acá la cosa cambia porque es diverso: hay folclore, tango, está esto del lírico (a cargo de Lucila Aiudi). Uno no tiene la varita mágica, yo lo hice con mi criterio: muchas veces me piden ayuda los cantantes con el repertorio. Y eso es donde me muevo tranquilo, porque tengo mucha música escuchada en mi vida.

Después, viendo las voces, no la voy a poner a Lilia a cantar un tema de Whitney Houston, aunque lo pueda hacer: me parece que su color de voz es para lo que va a cantar.

Y está buena la banda en vivo, son muy buenos músicos (son Juan Candioti en cello y acordeón, Oscar “Frodo” Peralta en guitarra, Fran Homer en bajo, Gonza Díaz en percusión y Fabián Rosa en piano).

—Pescan los temas al vuelo...

—Muy orejeros... No puse muchas baladas, y los que cantan tres temas eligieron el tercero. Soy buen tipo (risas).

Sobre las tablas

—¿Qué expectativas hay para el concierto? Son artistas que en muchos casos son “visibles” pero van a hacer otra cosa, y otros no están vistos.

—Darse a conocer está bueno: subirse a un buen teatro. Creo que va a ir mucha gente, porque está también la parte solidaria. Una vez cuando estaba por dar el curso me encontré con el intendente en la radio, me dijo que me había escuchado mucho. Ahí teníamos la idea de hacer un recital a beneficio de los comedores de los jardines municipales. Después de parte del gobierno dijeron que no hacía falta, que no necesitaban la solidaridad nuestra.

Y apareció la asociación ésta, de ayuda a chicos con leucemia, estuve hablando con Bertha, que va a abrir el espectáculo, explicando lo que hace la fundación; va a leer un poema propio, que yo le pedí. Tenía un poquito de vergüenza, y tiraron la idea de que lo leyera un locutor. Yo dije: “Un locutor le va a inferir su tono, y no es lo mismo”. Tengo un disco de Borges, “Borges por sí mismo” se llama, donde lee sus poemas. Yo usé uno de esos para una canción: igual todavía no tuve el permiso de los abogados...

—O de María Kodama...

—Sí... En este caso le dije que nada mejor que la persona que los escribe lo diga con su voz, porque ella va a saber el tono en el que lo va a decir. Dijo que sí, que tiene que ensayar. Divina, empezó con la fundación después de que murió su hijo, no es que porque tenía su hijo enfermo empezó a ver qué podía hacer. Ella siguió adelante y hace 25 años que está, me pareció un buen gesto ayudar en lo que se pueda.