Ganados y carnes

Las razones mundiales del freno bovino

A diferencia de la producción mundial de carne porcina y avícola, que no paran de crecer, la de bovinos se muestra estancada desde hace cinco años. El encarecimiento en el valor de la tierra, la suba de los alimentos balanceados y su menor tasa de conversión son algunos de los factores que juegan en contra.

Ignacio Iriarte

La producción mundial de carne vacuna está estancada desde hace cinco años, frente a una producción de carne aviar y una producción de carne porcina que no cesan de crecer.

¿Por qué no crece la producción? Por la competencia del uso del suelo por parte de la agricultura, fenómeno que no se da sólo en nuestro país. También por la valorización general de la tierra en el mundo, que vuelve imposible honrar con rentas derivadas de la ganadería tierras que valen entre 15.000 y 30.000 dólares por hectárea. Por el avance de la urbanización (China) y hasta por las tierras tomadas a la ganadería para hacer autopistas (en Estados Unidos y China). Por el encarecimiento de los precios de los alimentos balanceados, que llegan hasta los 400 dólares por tonelada (en China y Europa), alimentos formulados con granos y pellets importados.

También incide en el estancamiento de la producción ganadera el envejecimiento de los ganaderos (en Estados Unidos y Europa) y por la falta de escala: ganaderos que con 20 ó 30 cabezas no pueden vivir de esta actividad. Por el retiro de los subsidios (Rusia y Europa) a la producción ganadera. Por el crecimiento de los salarios rurales, agregado a la dificultad casi general hoy en el mundo para conseguir personal ganadero idóneo que esté dispuesto a vivir en el campo.

Mala imagen

Por el clima extremo (en China, Estados Unidos, México, Australia); por la progresiva liberalización del comercio internacional, que amenaza a las producciones ganaderas más protegidas. Por el encarecimiento incesante de los costos ganaderos, por encima de cualquier índice de inflación que se tome. Por la competencia de otro tipo de carnes, las llamadas ganaderías “sin suelo”, como la porcina o aviar, que convierten mucho mejor el grano en carne, y que casi no requieren espacio.

Además de las crecientes limitaciones en la disponibilidad de agua, que lleva en muchos lugares (China, Australia) a que se limite el uso de la misma con fines ganaderos. Por la imagen de la ganadería vacuna como una actividad contaminante y depredadora de los recursos naturales, que lleva a que algunos lugares del mundo se incentive la disminución de la carga animal (Europa) o que otras vastas áreas ganaderas (Estados Unidos), que hoy el Estado alquila a ganaderos de cría, vuelven al sector público para convertirse en reservas naturales o parques nacionales.

En un mundo donde la producción de toda clase de bienes y servicios no para de crecer, la carne vacuna es un producto cuya oferta ha dejado de crecer y cuya demanda no cesa de incrementarse, de la mano del crecimiento poblacional, del crecimiento de la renta per cápita y de la urbanización.

Cuero

  • Tanto en Australia como en Uruguay y Brasil, el precio del cuero vacuno ha subido entre 25 y 35 por ciento en el último año. La mayoría de los frigoríficos, tanto de consumo como de exportación, están hoy ya recibiendo buena parte de esa mejora, que se potencia con la aceleración de la tasa de devaluación. Este mayor ingreso alcanza tanto a la industria frigorífica exportadora como a la industria consumera; a los exportadores los ayuda a acercarse cada vez más a un punto de equilibrio, a dejar de perder dinero. Mientras que al consumo lo ayuda en un momento en que la situación de la mayoría de las plantas es muy complicada. Por ahora, los frigoríficos que prestan servicios no están volcando a los “recuperos” pagados a sus usuarios (matarifes, supermercados, gancheras) esta suba del cuero.