La historia particular de Olave

De canillita a...arquero

  • Es primo del recordado Rodrigo Bueno, el desaparecido cantante cordobés que hizo historia. Vendió diarios, sale a la cancha con la cara del “Potro” en su camiseta y pone cuarteto en el vestuario.
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“El me ayuda desde arriba”

El arquero Juan Carlos Olave ya es una marca registrada de Belgrano de Córdoba, el rival que mañana a las cuatro de la tarde tendrá el juvenil Colón de Mario Sciacqua en el estadio que ahora se llama Mario Alberto Kempes pero que los cordobeses siguen identificando como “el Chaaató...” (Chateau Carreras). Foto: Mauricio Garín

De la Redacción de El Litoral

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El 7 de noviembre fue el Día del Canillita —además del Día del Periodista Deportivo— y en Belgrano, la referencia ineludible es Juan Carlos Olave. Desde hace muchos años, la familia del arquero “pirata” se dedica a la venta de diarios e incluso en la actualidad los hermanos del “1” celeste poseen un quiosco que vende diarios y revistas “en Córdoba capital” (como dice la canción).

“Para mí es un orgullo haber sido canillita, porque es el trabajo que le dio de comer a la familia Olave”, le contó Juan Carlos a La Voz del Interior, luego del entrenamiento que Belgrano desarrolló en Villa Esquiú.

Como se sabe, el pueblo celeste venera a Rodrigo como a un santo. Cada domingo, su imagen revive en las tribunas y se refleja en el pecho de los jugadores, porque el club de sus amores le ha consagrado el frente de su camiseta. Ya le han atribuido algunos milagros.

Olave está casado con Ariana y es padre de Tiago Martín. Esa tradición familiar de “canillita” viene desde 1925 y tuvo entre sus filas a Beatriz Olave, la mamá de Rodrigo.

La historia del arquero del Pirata arrancó en el club Las Palmas, tuvo un paso fugaz por Instituto y debutó en Belgrano en 1994. Luego, emigró al Bolívar, retornó al Celeste, tuvo dos etapas en Gimnasia y Esgrima La Plata (2002 y 2006) y pasos muy breves por el Murcia español y River, donde no llegó a jugar como titular.

Luego, el 24 de julio de 2000, murió su primo Rodrigo Bueno. “Entonces le pedí un deseo y le hice una promesa. El ya me cumplió. Le pedí que me ayudara a volver a atajar en Belgrano: el 7 de agosto de 2000 ya estaba acá. Yo le prometí a mi primo que lo iba a hacer entrar a la cancha, y desde esa fecha siempre juego con una camiseta con su imagen. Porque el único sueño que le faltaba cumplir era ser jugador de Belgrano”, recuerda Juan Carlos.

El último encuentro de los primos fue en el Luna Park, cuando el Potro sacudía a Buenos Aires con su cuarteto. “El hincha de Belgrano le tiene mucha fe porque él se declaró fanático como nadie lo hizo jamás”, insiste Juanca, quien reconoce una sola cábala: “Antes de salir a la cancha siempre escuchamos música de Rodrigo”. En el tema “Soy cordobés” se escucha en una de sus estrofas: “Y si querés yo te llevo para Alberdi, donde está mi Celeste, mi Pirata cordobés...”.

Triste recuerdo

Guillermo Farré intentó bajarle los decibeles a lo ocurrido un año atrás entre los hinchas de Belgrano y la policía santafesina cuando visitó a Colón.

“Que no se repita lo que pasó afuera de la cancha”, sostuvo el volante en referencia al duelo del Pirata y el Sabalero, mañana domingo a las 16 en el Kempes. De esta manera, Farré demostró que pregona la paz más allá de lo que pasó en agosto de 2012 en Santa Fe.