28º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

De la antesala del verano al cine de autor

Roberto Maurer (Enviado especial)

La ciudad se prepara para la nueva temporada. Según un relevamiento, el turismo generará 29.000 puestos de trabajo, con el aporte del gobernador Scioli, que postergó la iniciación de clases por una semana, extendiendo así las vacaciones y los contratos de trabajo temporarios. Entre comedores, confiterías y hoteles, se tomarán 15.000 trabajadores temporarios.

Las pastas ya no será el plato de gasoleros: su precio subió impulsado por el costo de la harina, como en todo el país. Se han realizado importantes trabajos de renovación en la infraestructura de los balnearios, los concesionarios sonríen, aún a sabiendas de que siempre acecha su peor e impredecible enemigo: el clima. El alquiler de carpas se incrementará en un 20 por ciento y los precios oscilarán entre los 8 mil y los 12 mil pesos, según la ubicación y los servicios.

Un fenómeno relativamente nuevo fue modificando el perfil de los turistas, y refiere al uso creciente del automóvil. Se calcula que el 80 por ciento de los visitantes llega en auto, congestionando el tránsito, pero ganando en libertad en la movilidad. Eso significa una nueva manera de gastar.

A propósito de autos, picaron en punta Moria Casán y Carmen Barbieri. Con reflejos veloces a pesar del sobrepeso, ya estrenaron “Sorpresas”, una comedia musical de monjas. Ambas visten los hábitos, aunque no se encuentren libres de pecado.

Una historia oscura

La extensa y variada programación, como siempre, es una fuente de incertidumbre a la hora de elegir una película, y se trata de acertar con ayuda de un entendido, la intuición o el mismo azar. Si el espectador quiere alguna garantía, puede recurrir a la sección “Autores”. Bajo ese nombre tan genérico se esconden obras flamantes y sin estrenar de cineastas de prestigio consolidado.

A ese podio ha sido subida la francesa Claire Denis, de quien se seleccionó “Les salauds” (“Los bastardos”), un filme del año pasado. Es su primer largometraje en formato digital, una obra turbia y sombría que comienza con el suicidio de un empresario y la sospecha de su viuda, que responsabiliza esa muerte con un poderoso acreedor del finado. Cuando acude el hermano de la mujer y cuñado y amigo del muerto a apoyarla en la crisis, gradualmente, bajo el signo de la perversión, se van develando los más tenebrosos secretos de la familia del suicida.

En rigor, es un thriller, por momentos confuso por el tratamiento onírico, sinuoso y fragmentario del relato, y corresponde apreciarlo a través de la atmósfera ominosa que lo impregna.

Penas del corazón

En esta sección se destaca el nombre de un autor indiscutido: Philippe Garrel, el cineasta post nouvelle vague que recibió la antorcha de esa generación. Vimos “La jalousie”, de este año, en blanco y negro y con iluminación de un veterano que colaboró con Godard, o sea que el vínculo con la nouvelle vague está reforzado.

Los desgarramientos que produce el amor son una de las especialidades del director francés, y aquí se producen cuando un joven actor se enamora de una colega sin trabajo por razones vinculadas a su inestabilidad emocional. El protagonista abandona a su mujer y a su pequeña hija, pero con la amante se ha comprado un problema.

El protagonista es Louis Garrel, hijo del director, el mismo joven romántico y desmelenado de “Los amantes regulares”, también de su padre, aquí experimentando también las penas de los corazones rotos que lo llevan a un intento de suicidio, justamente pegándose un tiro en su sufriente órgano.