Señal de ajuste

Andrea del Boca, heroína de la década ganada

Andrea del Boca, heroína de la década ganada
 

Roberto Maurer

El retorno de Andrea del Boca a la telenovela constituye un acontecimiento de colosal significado para una gran parte de la sociedad, cuyo corazón palpitó durante años con precisión cardíaca a la par de los latidos de las heroínas que encarnó durante 44 años.

En su rentré por la puerta grande del canal oficial, el personaje animado por Andrea del Boca ya en el primer capítulo acumuló sufrimientos suficientes como para garantizar la vitalidad del melodrama titulado “Esa mujer” (canal 7, lunes a viernes a las 14). El primer episodio comenzó con el accidente, en realidad un homicidio, en el cual muere su hermana embarazada. Sucedió ocho años antes, y ahora visita a su médico, a quien se oye farfullar la palabra “metástasis”:

—Lamentablemente, no tengo buenas noticias para darte -la prepara con expresión grave. En efecto, le queda un año de vida. Apenas sale del consultorio, el novio la deja.

—¿Hay otra? -adivina ella.

—No... sí -es la respuesta.

Se trata de un compendio de golpes, unos graves, otros leves, pero ella los suma. Pasa un auto y la salpica con el agua de la cuneta. “¿Qué más me va a pasar? ¿Que me parta un rayo”, se desespera. Para colmo, se llama Nicolasa.

Corre a la iglesia y le reprocha a Dios hasta la salpicadura. Su confesor la tranquiliza, pero no es necesario: “Tengo 365 días para ser feliz”, sonríe Nicolasa. Es una optimista.

BUENOS PERO TONTOS

Se trata de un producto muy cuidado, como todas las ficciones de canal 7, aunque ceñido al clasicismo del viejo melodrama televisivo y con la marca de Enrique Torres, familiar y libretista habitual de Andrea del Boca: los malos pueden alcanzar la perversidad extrema porque los buenos son medio tontos, y hasta se ríen de ellos, un poco como en la vida real. A ella le basta con repetir el personaje que la popularizó, aunque con más años y más kilos. Su nuevo aspecto de matrona bien pudo haber impedido que la vistieran de Floricienta, y que le buscaran como pareja al galán joven Pedro Segundo Cernadas, de quien podría ser la tía.

Se acaban de enamorar, él administra la clínica donde Nicolasa se pinta la cara y hace de payamédica, y divierte a un niño internado que necesita con urgencia un trasplante de corazón. Figura primero en la lista, pero es pobre y lo quieren echar para darle el órgano al hijo de Zapiola. No sabemos quién es Zapiola, pero se lo presume muy poderoso, porque el dueño de la clínica (Roberto Carnaghi), el más malo entre los malos, quiere ese corazón para el hijo de Zapiola: “Necesito su voto para presidir la logia”, explica. O sea que “Esa mujer” adhiere a la tendencia de los últimos años: una buena tira exige una buena sociedad secreta.

REENCARNADA

Nicolasa adoptó al hijo de su hermana muerta, y es considerada madre soltera. En la vida real, la propia Andrea del Boca reivindicó para sí la misma condición de su personaje, demagógicamente, porque, en realidad, tuvo una hija reconocida por su pareja, Ricardo Biasotti, que fue sobreseído por la justicia cuando ella lo acusó de malos tratos. Hace unos días, en un reportaje dramatizaba su condición sobre la cual ya casi ha desaparecido la condena social, al menos en medios que ella no frecuenta. Hay otra diferencia: ser madre soltera con o sin plata.

Ese papel de víctima se refuerza con la alusión del título elegido. “Esa mujer” es Eva Duarte en el cuento de Rodolfo Walsh, y murió de cáncer como el personaje encarnado por Andrea del Boca.

Además, acerca de la tira acaba de declarar: “En medio de una historia de amor, la idea era reflejar todo lo que hemos logrado en estos últimos años en nuestro país: poder hablar del matrimonio igualitario, de la lucha contra la violencia de género y otros tantos temas que es necesario plantear en el marco de la familia”.

Andrea del Boca ha alineado a la telenovela en la batalla cultural, y se sitúa ella misma como la heroína de la década ganada. Es una amiga sincera del poder, pero lo sería más aún si, además, su compromiso fuera desinteresado. Como se informó en su momento, “Esa mujer” se beneficia con treinta millones de pesos que financia el Estado nacional. Juana de Arco llegó a la hoguera con los bolsillos vacíos.