Se descubre un busto de Raúl Alfonsín en la Legislatura

Homenaje a los senadores de 1983

  • Día de emociones y de reflexión por los 30 años. La primera ley que sancionó la Legislatura de 1983 eliminó las jubilaciones de privilegio que se habían otorgado los funcionarios de la dictadura militar.
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Ricardo Alfonsín estuvo en Santa Fe, invitado por el Senado santafesino.

Foto: Flavio Raina

 

Luis Rodrigo

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Esta mañana, una gigantografía en medio del hall central se llevó todas las miradas de la Legislatura. Con las bancas vacías del recinto de Senadores como fondo, muestra a cada uno de los 19 senadores de 1983, en tomas que fueron hechas por esos años.

Hubo abrazos entre los senadores MC (Mandato Cumplido) y entre los legisladores actuales, y entre los empleados del Senado santafesino y aquellos que volvieron a hacer andar el Poder Legislativo tras la dictadura.

Se sucedieron todo tipo de bromas por el reencuentro y, tarde o temprano, parte de los protagonistas de la fotografía gigante fueron a ver en ella lo que el tiempo hizo con ellos. O para recordar a quienes ya no están.

El Senado santafesino cumplió hoy con una sesión especial de homenaje a los primeros senadores tras la recuperación de la democracia, y también en conmemoración de los 30 años, se descubrió un bello busto de Raúl Alfonsín, cuya mirada bonachona no parece de bronce.

En la sesión especial se entregaron otra vez los diplomas de los primeros senadores tras reinstaurarse la democracia y al vicegobernador de entonces, el justicialista Carlos Aurelio Martínez, que -como el actual vicegobernador, el radical, Jorge Henn- debía lidiar con una Cámara cuya mayoría era de la oposición.

Hay otro punto de coincidencia entre aquel Senado de 1983 y el de hoy: el senador Ricardo Kaufmann (PJ-Garay), quien habló con gracia desde su banca para recordar cómo hace tres décadas, “éramos inmaduros en los roces” de los discursos, faltos de experiencia en la confrontación política, pero subrayó que los “adversarios” de distintos partidos de entonces, “logramos terminar el mandato como 19 amigos”. Dijo que “en política, los afectos también son importantes y deberían guiar este momento del país”.

Antes Germán Giacomino (UCR-Constitución), el más joven de los actuales senadores, dio la bienvenida a los visitantes y luego su par Felipe Michlig (UCR-San Cristóbal) recordó su experiencia de presidente comunal (de Ambrosetti) de 1983, en la que contó -según destacó- con los consejos de varios de los senadores homenajeados. José Baucero (PJ-San Javier) resaltó el valor del consenso democrático y subrayó la necesidad de hacer notar los 30 años.

Miguel Lifschitz (PS-Rosario) rescató la “tarea ímproba” que le tocó al primer presidente constitucional tras la dictadura y saludó especialmente a su hijo el diputado nacional Ricardo Alfonsín.

En el recinto participaron de la ceremonia como invitados especiales además de los senadores de 1983 y el ex vicegobernador Martínez, los ex diputados nacionales Adolfo Stubrin y Luis “Changui” Cáceres, la ex vicegobernadora Griselda Tessio, el diputado nacional Mario Barletta y el ex concejal Mario Pilo, ente otros.

Al cierre de esta edición, uno de los homenajeados tomó la palabra y bromeó: “Hemos hablado tanto en este recinto, que no pretenderán que ahora nos quedemos callados”, y recordó que el 14 de enero de 1984 la primera ley relevante que votó la Legislatura derogó las jubilaciones de privilegio que (con un año de antigüedad) se habían regalado los funcionarios de la dictadura saliente.

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Al cierre de esta edición, continuaba en la Legislatura la sesión especial que recordó al primer Senado de la democracia recuperada.

Foto: Flavio Raina

“Hay dirigentes en deuda, no la democracia”

Para el diputado nacional radical Ricardo Alfonsín, “no son de la democracia, sino de los dirigentes políticos” las deudas “en materia de equidad”, así como en lo que respeto a las instituciones, el bienestar moral de la República, la práctica de la ética republicana.

En diálogo con El Litoral, advirtió que “cada aniversario de la democracia es una ocasión propicia para reflexionar sobre las deudas, sobre esas asignaturas pendientes, yo no diría que de la democracia, sino de la política o, en todo caso, de los dirigentes políticos que no hemos podido hacer todo lo que nos hubiera gustado hacer en estos 30 años”.

“Seguramente que si en 1983 nos hubieran preguntado a todos los que militamos en distintos partidos políticos qué Argentina imaginábamos para dentro de 30 años, no iba a ser éste el escenario, hubiéramos respondido cosas diferentes a la realidad actual. La deuda principal es con la igualdad, porque sí hemos progresado mucho con relación a la libertad, a la República, a la democracia formal, más allá de algunos retrocesos que se han registrado en los últimos años...”, agregó.

A horas de que el Senado descubriera un busto de su padre, el ex presidente Raúl Alfonsín, el diputado nacional expresó: “A mi padre los homenajes le daban mucha vergüenza, me dan vergüenza a mí... que soy el hijo”. Y agregó: “Por supuesto que mi padre, como cualquier ser humano, hubiera estado muy agradecido, pero la verdad es que los homenajes le daban vergüenza”.

Luego reflexionó: “Siempre lo decimos nosotros, estos reconocimientos a mi padre lo son al conjunto del pueblo argentino, que fue capaz en aquella transición, ante un contexto muy difícil (creo que ningún gobierno enfrentó uno tan complejo, ni antes ni después) de hacer las cosas lo suficientemente bien como para cumplir ahora 30 años de democracia”.

Saqueos

“El retroceso de las instituciones y esa falta de ejemplos en el gobierno nos muestran hoy a la ética republicana en degradación. Sin dudas si lo que queremos es allanarle el camino a los corruptos, lo mejor es debilitar el funcionamiento de las instituciones. La República y su diseño institucional no es solamente un reaseguro contra las tiranías, también es un reaseguro contra los corruptos”, dijo el radical.

Respecto de los difíciles momentos que pasó el país, y de las banderas de la moral y la ética del alfonsinismo expresó: “La falta de ejemplaridad todo lo empeora: los pueblos pueden soportar momentos difíciles desde el punto de vista económico... pero si abundan las sospechas de corrupción todo se complica”.

Del tema observó: “El gobierno nacional tiene que asumir su parte de responsabilidad, debe hacerse cargo de sus decisiones” y explicó :“Si en la crisis de Córdoba, donde todo comenzó, el gobierno nacional en lugar de minimizar el problema, en lugar de mostrarlo como una particularidad cordobesa, como un asunto de ‘manejo presupuestario’, se hubiera ocupado de mandar los gendarmes, otra pudo ser la resolución de este fenómeno. Y el gobierno de Córdoba -y desde luego que no soy delasotista- pudo haber tenido otro margen de maniobra si los gendarmes patrullaban las calles. El gobierno nacional prefirió especular con los costos políticos que iba a pagar De la Sota”, apuntó.