Se destacó la visita de Monseñor Ángel Macín

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Una fiesta patronal especial vivió Villa Ocampo el pasado 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción,; ya que además se celebraron los 50 años de la bendición del actual templo parroquial, el edificio más importante de la ciudad y orgullo de la comunidad ocampense.

En esta oportunidad, la procesión con la imagen de la Virgen comenzó desde el Ingenio Arno, teniendo en cuenta lo sucedido este año con esa planta fabril, la que pudo funcionar gracias al esfuerzo y compromiso conjunto asumido desde varios sectores de la sociedad; y para pedir además por la continuidad de esa importante fuente generadora de trabajo.

En horas del mediodía, visitó la casa parroquial el flamante obispo diocesano, monseñor Ángel Macín, quien volvía de despedir a la Congregación de la Virgen Niña de la localidad de Florencia; quedando a almorzar con los sacerdotes, seminaristas y religiosas de nuestra ciudad. Si bien no pudo estar presente para la celebración principal de la tarde en el Ateneo Parroquial, debido a que Reconquista también celebró su fiesta patronal, el obispo se comprometió a participar del próximo Festival de la Canción Navideña, a realizarse el domingo 22 de diciembre, donde además de presidir la misa previa, estará interpretando algunas canciones, como ya lo hiciera años atrás cuando era sacerdote de ésta y otras parroquias.

En referencia a los 50 años del templo, Macín expresó que “quisiera valorar y agradecer a la gente de Villa Ocampo el testimonio de cómo cuida el templo. Es lo que me impresionó hace varios años, cuando pasé por aquí y estuve acompañando al padre Bienvenido por algunos años. Está muy lindo adentro, está bien cuidado por fuera, eso expresa el respeto y la valoración de la comunidad por lo que significa el templo. Y en cierto sentido, expresa también el amor de los fieles cristianos de Villa Ocampo por la iglesia, ya que el templo es figura de la iglesia; así que los felicito y los saludo especialmente por este motivo, por celebrar los 50 años de este lindo templo, de este lindo lugar para reunirse como iglesia”.

Con respecto a lo que está viviendo en los primeros días como obispo, respondió que “estoy sorprendido, emocionado y agradecido por el reconocimiento y el cariño de la gente, no lo esperaba de esta forma; cuando me comunicaron que el Papa Francisco me había elegido, y respondí afirmativamente, me pareció percibir esta alegría en las diferentes comunidades, en los saludos, pero lo que estoy viviendo en estos días al visitar las parroquias, las comunidades, ya como obispo diocesano es algo que me supera totalmente, y al mismo tiempo me ayuda mucho porque en tanto gesto de afecto, de cariño, se expresa también la fe de la gente. En los pedidos de bendición, o por las necesidades, la gente me besa la cruz que llevo en mi pecho y me quedo sin palabras, porque me doy cuenta de que soy un instrumento, que la gente espera ver, y que de hecho reconoce en el obispo la presencia de Jesús el Buen Pastor, más allá de mis condiciones, de mis capacidades y de mis debilidades; pero repito que estoy dispuesto a dar la vida por la Iglesia Diocesana, contando con el apoyo y la cercanía de todos”.