Inmigrantes, familia y saudade

Inmigrantes, familia y saudade

Escena de la película “Portugal Mon Amour”, de Ruben Álves. Foto: Gentileza Pathé Films AG

 

Laura Osti

“Portugal Mon Amour” relata la historia de un grupo de inmigrantes portugueses en París. El guión se focaliza en la pareja compuesta por María y José, un matrimonio de edad mediana que vive modestamente con dos hijos veinteañeros.

El hombre y la mujer son los encargados de un edificio bastante lujoso, al que ellos mantienen en óptimas condiciones, atendiendo todas las cuestiones que van desde la limpieza, arreglos varios y cuidado del jardín. En tanto que ellos ocupan uno de los departamentos más pequeños de la propiedad, donde llevan una vida digna.

Hace treinta años que están instalados en París. Sus hijos son franceses y están totalmente integrados a la vida social local, aunque cada tanto deben enfrentarse a una barrera invisible que se alza entre los habitantes originarios y los hijos de inmigrantes.

José también trabaja como albañil para una empresa constructora y María es requerida frecuentemente por una hermana para atender una fonda donde se sirve la especialidad portuguesa: el bacalao en diversos platos.

Pero un día, la rutina de esta familia se verá alterada con la llegada de una noticia inesperada. José recibe una correspondencia que le anuncia el fallecimiento de un familiar en Portugal que le ha dejado una importante herencia. El legado les permitiría dejar sus empleos en París y vivir cómodamente en su país de origen, aunque la idea no entusiasma a los hijos, que preferirían quedarse en Francia.

“Portugal Mon Amour” es la ópera prima del joven director, de origen portugués, Ruben Álves, y según su testimonio, presenta algunos rasgos autobiográficos. Con un tono fresco y con muchas notas de color, la película ofrece una pintura familiar de un grupo de inmigrantes que se ha adaptado a vivir en una ciudad extranjera.

Álves no elude la crítica social, a través de la cual refleja los prejuicios y abusos con los que los personajes deben lidiar, y la nostalgia que los embarga cuando recuerdan su país.

María y José son discretos y muy laboriosos, pero la noticia se filtra rápidamente como un reguero por todo su entorno, que empieza a mostrar signos de preocupación. De pronto, el patrón de José se da cuenta de que el portugués es indispensable para que su negocio funcione y le ofrece un ascenso. La hermana de María entra prácticamente en pánico, cuando se entera que quizás tenga que quedarse sola para atender su fonda, y la dueña del edificio se pone más cargosa que de costumbre con sus constantes demandas.

En medio de ese clima, entre tensiones y chusmeríos, el matrimonio aprovecha para tomarse algunas sutiles venganzas por todos los abusos soportados durante tantos años, mientras deciden qué es lo que más les conviene hacer. De pronto, por una jugada del destino, se sienten dueños de la situación y pasan de ser perdedores a ser los ganadores.

Entre dimes y diretes, y otros condimentos que enredan un poco más las cosas, finalmente todo se resolverá amablemente, las cosas se acomodarán satisfactoriamente para todos, o casi todos, la familia seguirá unida y los lazos de amistad seguirán firmes.

“Portugal Mon Amour” es un relato tierno y optimista, que muestra el rostro humano de una realidad compleja muy común en países que históricamente absorben inmigración destinada a las labores más humildes, aunque indispensables, del tejido social.

muy buena

“Portugal Mon Amour”

  • La Cage Dorée. Francia, 2012. Director: Ruben Álves. Género: Comedia. Guión: Rubén Álves, Jean-Andrés Yerles, Hugo Gélin. Reparto: Rita Blanco, Joaquim de Almeida, Rolandus Giraud, Chantal Lauby, Barbara Cabrita, Lannick Gautry, Maria Vieira, Jacqueline Corado, Ioannes Petrus Martins, Alex Alves Pereira, Catharina Wallenstein. Fotografía: André Szankowski. Montaje: Nassim Gordji-Tehrani. Escenografía: Maamar Ech-Cheikh. Música: Rodrigo Leao. Vestuario: Isabelle Mathieu. Duración: 90 minutos. Se exhibe en el América.