La situación está en instancia judicial

Una confitería, dos torres y el conflicto por un terreno

El titular de un local bailable está evitando que se tome posesión del solar -frente al boliche- adquirido por una inmobiliaria que pretende construir dos torres. Argumenta que es de dominio público. Por su parte, el titular de la firma dijo que hubo planos y autorizaciones “irregulares”.

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Vallado. El pasado día 7 el predio circundante a la confitería Be estaba cercado. Esta mañana, la Justicia ordenó que se retire el vallado. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

De la redacción de El Litoral

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Un terreno de casi 1.500 metros cuadrados a pocos metros del Puerto, a la vera de avenida Alem —entre Necochea, Sarmiento y Fray Justo Santa María de Oro— es el escenario de disputa de un conflicto de intereses entre dos privados que está siendo definido en la Justicia. En ese predio funciona el boliche Be, cuyo titular de la autorización para funcionar es el empresario Ángel Boscarino. Pero el terreno donde se alza el local y todo el predio a su alrededor fue adquirido por la Inmobiliaria Benuzzi al Sindicato de Vialidad Nacional, para construir allí dos torres de unos 25 pisos.

Boscarino se niega a que se tome posesión del terreno, porque sostiene que el lugar es espacio público y no pudo haber sido mensurado y vendido. Desde hace tiempo viene vallando todo el sector. Las vallas se ven los fines de semana con la apertura del boliche, y quedan durante la semana. Esta mañana, la Justicia local actuó de oficio y ordenó el retiro las vallas con personal municipal y agentes de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), según coincidieron varias fuentes consultadas. De acuerdo con lo que pudo reconstruir este diario, la situación tuvo tintes de tensión.

“Estamos tratando de evitar que se tome posesión del terreno, porque queremos cuidar el espacio público que es de todos los santafesinos”, dijo Boscarino a El Litoral. A pocos metros está su local nocturno en un predio que alquila; de concretarse el emprendimiento inmobiliario se verían afectados sus intereses económicos, algo que también admitió Boscarino a este diario.

El empresario mostró planos de mensura y relevamientos topográficos de Vialidad, además de la documentación que respalda la autorización del local, entre otros. “Las líneas de edificación municipal estaban claras. Pero este año esas líneas se modificaron, se le donó un lote al Sindicato de Viales, que es privado, y luego compró el terreno Benuzzi. Pero esto es espacio verde: no se puede construir”, fue su argumento.

La estrategia de Boscarino para evitar la toma de posesión del terreno de la inmobiliaria que lo compró fue vallar la superficie. “Los fines de semana que abrimos el boliche, los inspectores municipales nos labran un acta por el vallado, porque no se puede vallar y ocupar el espacio público de la plaza frente al boliche. Entonces, explícitamente la Municipalidad está reconociendo que éste es un espacio público donde no se puede construir. Es una contradicción”, insistió.

“Nosotros dejamos el vallado toda la semana porque de lo contrario, viene Benuzzi y hace las bases de las torres. Benuzzi tiene la escritura, y está bien. Pero sobre un lote que era un espacio verde. No corresponde que se construya. La Justicia deberá definir la cuestión”, agregó Boscarino.

La posición de Benuzzi

Publio Benuzzi (h) dio a El Litoral su explicación sobre el conflicto: “Esto viene de hace tiempo. Nosotros sabemos que los planos de vinílico originales se realizaron en forma irregular, y por eso se habilitó mal el boliche bailable que funciona allí. Compramos el terreno al Sindicato de Vialidad Nacional. Entonces, hablamos de una habilitación mal dada producto de planos irregulares, que fueron elaborados no sabemos en qué gestión municipal”, dijo el empresario.

“Veo una inacción del municipio. Hemos pedido muchas veces audiencias al intendente. Si bien no hago responsable a la actual administración de esta situación, hace siete meses que el municipio tomó conocimiento de que había una habilitación mal dada y planos irregulares. Tendría que haber intervenido para regularizar legalmente la situación”, se quejó.

Consultado sobre la acción de Boscarino de vallar el predio para evitar que se tome posesión de éste, Benuzzi respondió: “Es algo ilógico porque ese empresario es un inquilino del lugar (no es el dueño). La Municipalidad lo permitió. El municipio habilita el funcionamiento del local con una puerta o salida fraguada. Nunca un inquilino podría haber cercado un terreno con una valla. Hubo cosas que nunca debieron haberse permitido”, dijo Benuzzi.