llegan cartas

Algo más sobre caballos en la doma

Lidia E. Montagnini

DNI: 3.555.199

El señor Néstor Vittori nos quiere hacer creer que en la doma los caballos hacen tremendos corcoveos descontrolados, al punto que a veces les cuesta la vida, porque se los acaricia con un latiguito y se los roza apenas con espuelas redondeadas y, para completarla, que en 16 segundos un potro queda domado.

Nadie medianamente inteligente, no digo creer, puede aceptar esto.

En San Justo, años atrás hubo un control por parte de una sociedad protectora; a dos caballos no los dejaron ingresar porque tenían heridas infectadas.

Según trascendidos, a algunos animales se los acicatea con drogas estimulantes, lo que no se puede afirmar ni desmentir, porque no hay control antidoping, pero tomando en cuenta la yegua que murió de un infarto en Jesús María, esto es muy posible.

En un párrafo agrega que se trata de que el caballo no se amanse, porque pierde su valor; me trae el recuerdo de la última dictadura militar: se calibraba la picana para que el preso no muriera y así seguir torturándolo.

Justifica sus apreciaciones con el hecho de que se crió entre caballos; yo me crié entre edificios en construcción, puesto que mi padre tuvo durante 28 años la empresa constructora Lupo y Montagnini.

Pese a esto, la idoneidad profesional la adquirí luego de aprobar la última materia en la Facultad de Ingeniería.

Las cosas son así, sólo un médico veterinario independiente puede evaluar en el aspecto físico las consecuencias que sufre un animal sometido a semejante estrés y violencia, y un etólogo las consecuencias psíquicas. Aclaro que etología es la ciencia que estudia la reacción que se produce en los animales frente a los estímulos. El famoso etólogo Konrad Lorentz, junto a otros dos, recibió el Premio Nobel de Fisiología en 1973, por sus descubrimientos relacionados con el “comportamiento animal”.

En los distintos deportes uno puede admirar ya sea la elegancia de un esquiador, la armonía entre jugadores de fútbol; esto en tantos otros deportes. Aquí no es así, vemos escenas violentas, desagradables, perversas, con un animal que se retuerce desesperado por sacarse el monigote que tiene encima. Es un espectáculo realmente retrógrado, cruel, salvaje y primitivo.

Se trata de una farsa montada con el caballo como víctima, intereses pecuniarios de por medio (mercado de animales, apuestas -con jinetes que se tiran y originan reyertas-, etc.), en la que muchas veces los peones pierden el dinero que necesita su familia.

Todo esto se lleva a cabo violando flagrantemente la Ley Nacional Nº 14.346 que prohíbe explícitamente este tipo de espectáculos.

Con esto sólo se consigue embrutecer aún más a sectores en donde la civilización no ha penetrado lo suficiente con los beneficios de la educación y la cultura.

En un año llevamos computados diez animales muertos en estos eventos, caballos que según la editorial “se cuidan tanto”. La televisión ayer informó que son muchos más los que mueren cuando se entrenan estos personajes.

Pido que seamos lo suficientemente humanos como para no divertirnos viendo sufrir y morir a un pobre caballo.