Las lluvias y el campo

Tarde para el maíz; a tiempo con la soja

La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario evaluó el impacto de las precipitaciones pluviales en la zona núcleo.

De la redacción de El Litoral

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DyN

Las lluvias registradas sobre el norte bonaerense, sur de Santa Fe y sureste de Córdoba no permitirán salvar la situación de sequía que padeció el maíz sembrado en septiembre-octubre, aunque sí lograran quebrar la falta de humedad que tiene la soja.

Así lo indicó el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario, donde se expresó que “el maíz de primera ya no puede revertir los daños sobre el rendimiento”. Aunque destacó que “las lluvias llegaron sobre la hora y salvan a la soja: con 40 y 100 milímetros, las precipitaciones cayeron sobre la región núcleo y resultaron clave para la soja que está en plena definición de rendimiento y también para los cultivos de segunda que tenían frenado el crecimiento”, indicó la entidad rosarina.

Respecto del maíz de primera, los especialistas admiten que la situación es diferente ya que no logrará modificar el efecto que produjo la sequía sobre sus futuros rindes, incluso cuando aún falta la llegada de nuevas lluvias el próximo sábado.

En la última semana, el norte bonaerense logró recibir al menos 100 milímetros, con máximos de 176 milímetros sobre campos de Pergamino y de 158 milímetros en General Pinto. En el resto de la región, las lluvias promediaron entre 40 y 80 milímetros.

Paralelamente, estas regiones se vieron afectadas por temperaturas que rondaron los 38 y 40 grados, y con mínimas de entre 10 y 13 grados durante gran parte de enero.

Para los especialistas, el “bienestar climático” que aportaron las últimas lluvias permitieron que “el cultivo de la soja retomara fuertemente su desarrollo: esto resulta fundamental para la oleaginosa de primera que transita los estadios críticos de fructificación y llenado de granos”.

Proyecciones

  • La bolsa rosarina prevé que los rindes en soja alcancen los 3.000 a 4.500 kilos por hectárea, dependiendo esto de los futuros aportes hídricos que se reciban y las temperaturas que se registren en áreas agrícolas.

Los cultivos tempranos “ya fueron afectados” y los resultados son “muy dispares”, aunque en las zonas más favorecidas se lograrían rendimientos de 8.000 a 10.000 kilos por hectárea; “la otra cara de la moneda son los 40-50 quintales por hectárea que con suerte se podrán sacar de áreas donde el clima arremetió con todo”.

Según se indicó, “el maíz tardío que ingresa en floración será especialmente beneficiado por las lluvias”.