SEÑAL DE AJUSTE

Con mellizos no alcanza

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“Avenida Brasil” y “Pablo Escobar, el patrón del mal”, dos tiras extranjeras que hieren nuestro orgullo, opina el especialista. Fotos: Gentileza producción

 

Roberto Maurer

“Solamente vos” concluyó hace unos días, el nacimiento de mellizos fue una culminación emocionante en la ficción más exitosa que El Trece estrenó la temporada pasada, y la tira fue despedida con los honores que pueden reservarse a las grandes bendiciones del Señor. Natalia Oreiro es popular en Rusia, tanto como lo fue Andrea del Boca en Israel. Las ficciones argentinas se exportan, el mundo las celebra y las espera.

De repente, aparecen un par de tiras extranjeras que hieren nuestro orgullo, ya que las flaquezas quedan al desnudo: el suntuoso folletín brasileño “Avenida Brasil” y la colombiana “Pablo Escobar, el patrón del mal”. En los últimos años, nada parecido se ha realizado en nuestro país, cuyas tiras navegan en las aguas incoloras de géneros mal amancebados y descansan básicamente en las peripecias sentimentales de una pareja y en la garantía de algunos nombres famosos que ejercen una atracción magnética sobre el público.

DEBATE

La inesperada aceptación de las dos tiras importadas determinó la apertura de un debate en Perfil, donde, con la firma de Alfredo Mera, se plantean las debilidades de una forma de trabajo y producción en contraste con las citadas experiencias que “retratan una manera de generar contenidos que aquí hoy casi no existe”.

No se trata solamente del enorme poder económico de las cadenas Globo y Caracol, sino también del tiempo y el dinero que invirtieron “en guiones para intentar garantizar (si eso es posible) un producto que no sólo tuviera un alto encendido, sino que además fuera de calidad (dentro del límite de sus géneros respectivos). Tanto en los estudios colombianos como en los cariocas hay seguimientos y controles sobre lo que se escribe, pero después de los pasos obligados queda explícita una gran confianza sobre la historia. Tan es así que nada se ve en pantalla previo a terminar las grabaciones, muchísimo menos sin tener los libros terminados, algo impensado para la TV local‘, señala la nota.

Consultada Esther Feldman, autora de ficciones de calidad (“Lalola”, “Okupas” y la adaptación de “En terapia”), aun admitiendo que el éxito nunca está garantizado, declaró: “Argentina trabaja como no lo hace ningún país del mundo: con cinco o diez capítulos escritos se empieza a producir o a grabar, con lo cual hay posibilidad de hacer cambios. En toda Latinoamérica, se escribe entre el 60 y 80 por ciento antes de que empiece la producción, y el total antes de que empiece el rodaje; ni hablar de la emisión”.

En nuestro país, por el contrario, se graba y escribe al mismo tiempo, y un guión puede estar listo en solamente un mes, para disponer de una sinopsis, definir personajes y lo necesario para empezar.

“Es cierto que hoy esos dos contenidos son exitosos y funcionan mejor que los productos nacionales, pero todo tiene una raíz económica. Desde hace tiempo, en la tele argentina reina la idea de que hay que hacer la mayor cantidad de guita lo más rápido posible”, opina el veterano guionista Jorge Maestro.

Para algunos, en el país existe la creatividad necesaria para imaginar buenas historias, y el secreto reside más bien en cómo son contadas.

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AUTORES

Un punto muy discutido es el lugar cada vez más pequeño reservado al autor, y basta con recordar que fue una de las banderas de Alberto Migré, el primero en denunciar el desplazamiento gradual del guionista en la telenovela argentina. Hoy, a una ficción no se la reconoce como la obra de un autor sino de una productora. Es una novela de Pol-ka, Telefé o Undeground: “Una persona jurídica no escribe, salvo que los canales sean personas”, comenta Jorge Maestro.

“Se minimizan la tarea del guionista y el poder de la historia. La mayor inversión de los productores está en la artística. Prefieren tener a un actor famoso antes que a uno un poco menos conocido y jugarse en la producción”, añade por su parte la citada Esther Feldman.

Y un síntoma fue la reciente omisión en los créditos de “Somos familia”, que provocó una airada protesta de Argentores. “Se arma un programa con un germen de idea, con algunos actores y algún leve diseño de cómo son los personajes, nada más. Así, el público se está yendo a ver otros contenidos más elaborados y con personajes bien trabajados”, dice Maestro, describiendo un estilo de producción basado en la premisa de “hacer la mayor cantidad de guita en el menor tiempo posible”.