editorial

  • En Alto Verde construirán una escuela de oficios gracias a la iniciativa del proyecto Uno por Uno, Uno más Uno.

Un proyecto que mantiene la esperanza

Hace tiempo que el barrio de Alto Verde se convirtió en sinónimo de malas noticias. Sin embargo, en medio de una sensación verdaderamente agobiante que alimenta el escepticismo general, acaba de darse a conocer una novedad alentadora: en la Manzana 8, junto a la capilla Nuestra Señora de los Milagros, construirán una escuela de oficios.

Se trata de una iniciativa del proyecto Uno por Uno, Uno más Uno, gestado hace algunos años gracias a la decisión y el empeño del padre jesuita Javier Albisu, el mismo sacerdote que a fines de diciembre pasado fue trasladado a Buenos Aires por decisión de sus superiores.

Si bien Albisu evitó hacer hincapié en los verdaderos motivos de su partida, se supo que debió abandonar Alto Verde y la ciudad de Santa Fe porque su vida corría peligro. De hecho, comenzó a recibir amenazas luego de que denunciara públicamente el flagelo del tráfico de drogas en el distrito y que dejara entrever la posibilidad de connivencia entre delincuentes y efectivos de la policía.

En la edición del 30 de diciembre último, El Litoral relató cómo sucedieron los acontecimientos: dos hombres armados se presentaron en la puerta de la parroquia preguntando por el padre Albisu. Alertado por un catequista, debió salir por otra puerta y regresar de incógnito en un automóvil al Colegio Inmaculada, en el sur de la ciudad.

Esta situación llegó a oídos del superior provincial de la Compañía de Jesús en Argentina y Uruguay, Alejandro Tilve, quien poco después dispuso el traslado de Albisu a Buenos Aires para garantizar su seguridad personal.

Además de la iniciativa del establecimiento escolar, el proyecto Uno por Uno, Uno más Uno trabaja en la construcción de tres casas en el barrio, destinadas a satisfacer la necesidad habitacional de los vecinos con mayores carencias.

El proyecto nació con una idea fundamental: ayudar a los más necesitados del barrio, pero encarando cada caso en particular. De a uno; de a poco. Sin grandes anuncios; construyendo una vivienda para una familia.

Y así, el primer gran desafío fue conseguir los fondos para construirle una casa digna a María Castro, quien en noviembre de 2011 sobrevivía junto a su hijo de cuatro años en un rancho levantado con chapas en Alto Verde.

El sueño de la casa para María se hizo realidad. Y entonces comenzaron los esfuerzos para ayudar a otras Marías.

La construcción de la escuela de oficios ya no apunta a cambiarle la vida a una familia, sino a muchas. En pocas semanas, comenzarán a levantar el edificio con el objetivo de que se convierta en un punto de encuentro para el barrio.

Numerosos adolescentes y jóvenes que hoy no trabajan ni estudian encontrarán allí la posibilidad de aprender un oficio, lo que les brindará una herramienta fundamental para acceder a la posibilidad de trabajar y soñar con una vida digna.

Seguramente no será sencillo cumplir con este nuevo sueño. Sin embargo, más allá de la importancia del edificio y de la educación que los chicos recibirán en él, este proyecto sirve para mantener la esperanza en un barrio en el que, por momentos, da la sensación de que todo está perdido.

El padre Javier Albisu ya no está en Alto Verde. Sin embargo, resulta evidente que la semilla que él se encargó de plantar sigue dando frutos. El anuncio de la construcción de esta escuela de oficios es un ejemplo irrefutable.

La iniciativa representará una oportunidad para cientos de chicos que no estudian ni trabajan.