llegan cartas

Sugerencias para un ministro 

ROBERTO RUBÉN SÁNCHEZ

DNI 8.634.022

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Me gustaría decirle al ministro Kicillof que podríamos perdonarle sus yerros, porque quizá fueron cometidos por inoperancia, por haber tenido una mala noche, por no lograr el descanso merecido después de tanto trajinar durante el día, como el plomero del Titanic. Pero lo que no podemos perdonarle es que a su costado lúdico lo ponga en práctica con nosotros, timbeando. Su alquimia hará que en poco tiempo su plan se vaya a pique. Le ruego que deje de lado su soberbia y se acerque a los que saben. Un buen empresario es aquel que aglutina a la gente brillante, incluso más que él mismo. Le pido que no se deje lisonjear, deseche los aduladores ocasionales, ellos a veces lo estimulan para que se caiga más rápido. Ministro, usted está embriagado con sus títulos y medallas, muy valiosos en la Academia, pero en la práctica, al país no le sirven de nada. Le pido que convoque a una mesa de trabajo a los economistas, empresarios, a representantes del agro y también a los sindicalistas. Es mejor ser un buen escucha que un buen orador, caso contrario nos llevará a una nueva debacle económica y financiera. Nosotros y la Patria se lo demandamos, ahora.

Contradicciones de un discurso confuso

HUGO TOSCANO

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Soy monotributista, la menor de las categorías, tengo una señora docente y un hijo trabajador de la industria frigorífica. Me gustaría viajar para conocer a mis parientes españoles, para visitar un hijo en EE.UU., una tía en Holanda o una amante en Australia, todo me es válido. Pero las medidas del gobierno progresista prohíben que tres humildes sueldos puedan adquirir unos pocos dólares para tales cometidos. El gobierno admite, implícitamente, que la capacidad de ahorro para nuestro segmento es nula, es decir que los 6 pesos por día para comer son dudosos, de lo contrario a mí me alcanzaría. Desestima que nos sobren unos pesos para 100 miserables dólares, es decir, que admiten que apenas comemos, coronando tan extraordinaria medida para todos los argentinos. Ningún docente del país, ni ningún jubilado tendrán acceso a tan sectaria medida. Seguiremos esperando a que se acuerden de los más pobres de la clase media, es decir de los más ricos de los pobres. Mientras tanto, agradecemos la asignación universal por hijo, la jubilación para todos, el fútbol para todos, la Ley de Medios, buenos canales estatales, la aceptable política internacional, la estatización de Aerolíneas y de YPF y algunas otras yerbas.