INCERTIDUMBRE DE FAMILIARES DE LOS PASAJEROS
Intensa búsqueda de un avión accidentado en Vietnam
INCERTIDUMBRE DE FAMILIARES DE LOS PASAJEROS
Intensa búsqueda de un avión accidentado en Vietnam
La nave de la línea Malaysia Airlines desapareció con 239 personas a bordo cuando volaba de Kuala Lumpur a Pekín. Se cree que se habría estrellado cerca de la costa vietnamita. Inmediatamente se organizó una operación de rescate internacional.
Destrás de esta puerta de madera de un hotel de la capital china, cientos de familiares esperan con nervios y ansiedad que la aerolínea les informe sobre la situación de sus seres queridos. Foto: Agencia EFE
Redacción de El Litoral
Agencias EFE/DPA
Un avión comercial de Malaysia Airlines con 239 personas a bordo -entre ellas dos bebés y doce tripulantes- desapareció en las últimas horas de ayer cuando volaba entre Kuala Lumpur y Pekín, e inmediatamente se puso en marcha una operación de búsqueda y rescate.
La nave, un Boeing 777-200, despegó de Kuala Lumpur a las 16.41 GMT del viernes y tenía previsto llegar a Pekín unas seis horas más tarde. Sin embargo, tras dos horas de vuelo, la torre de control de Subang perdió súbitamente todo contacto con el avión.
En medio de la confusión, y a pesar de que la empresa aérea no quiso adelantar datos concretos, fuentes oficiales en Vietmam aseguraron que se habría estrellado cerca de su costa.
El jefe de los organismos de rescate, el teniente general Pham Hoai Giang, informó que el contacto con el avión se interrumpió un minuto antes de que entrara al espacio aéreo vietnamita.
“Puedo confirmar que la máquina se estrelló, ya no está desaparecida”, dijo el oficial.
Sin embargo, el Ministro de Defensa malasio, Hishammuddin Hussein, dijo en ese mismo momento que las informaciones que señalan que el avión cayó al mar “están clasificadas como no verdaderas” y que debían verificarse. Para ello pidió contactar con su homólogo de Vietnam.
Investigan las causas
Hasta el momento se desconocen los motivos que pudieron provocar el accidente.
“En la región en la que desapareció el aparato no se había alertado de circunstancias meteorológicas inusuales en ese momento”, dijo el viceministro de Transporte vietnamita, Pham Quy Tieu.
Según explicó en rueda de prensa el CEO de Malaysia Airlines, Ahmad Jauhari Yahya, no hubo señales de que el avión tuviera problemas. El capitán de vuelo era un experimentado piloto con más de 30 años de servicio, explicó.
“La aerolínea está concentrada en trabajar con las autoridades y servicios de emergencia y en movilizar todo su apoyo”, afirmó Jauhari Yahya. “Nuestros pensamientos y oraciones están con todos los pasajeros y miembros de la tripulación afectadas y con sus familias”, añadió.
Búsqueda desesperada
Según el CEO de Malaysian Airlines, equipos de rescate de Malasia y Vietnam se desplegaron inmediatamente en el mar de China para buscar el avión.
La Marina vietnamita pidió a los pescadores de la zona que se dirijan al lugar del accidente ayudar. Por su parte, el Ejército filipino dispuso tres barcos y un avión de reconocimiento para ayudar en el rescate.
Según el portavoz del Ministerio de Defensa filipino, Peter Paul Gálvez, las tareas se estaban llevando a cabo bajo la “posibilidad o asunción de que el vuelo podría haberse salido de su ruta”.
La Marina estadounidense envió al destructor con misiles guiados USS Pinckney y un avión de vigilancia naval P-3C a la zona del Mar de China Meridional para colaborar en las tareas de búsqueda y rescate.
También China envió dos barcos de rescate. Además, la embajada china en Malasia formó un equipo de emergencia tras conocerse lo ocurrido.
Por su parte, el equipo vietnamita que participa en la búsqueda aseguró que localizaron dos grandes manchas de aceite en la zona del Golfo de Tailandia donde se cree que cayó el aparato.
Las mismas serían de 10 y 15 kilómetros de largo, respectivamente, y tendrían similitud con las que dejaría el carburante de la nave desaparecida.
Por su parte, el fabricante de aviones Boeing creó un grupo de expertos para ayudar en el esclarecimiento del accidente, informó la propia empresa estadounidense en su página web. “Transmitimos nuestras más profundas condolencias a las familias de las personas que viajaban a bordo”, puede leerse en el sitio de Internet.
Mientras tanto, los equipos de rescate suspendieron hasta mañana la búsqueda de la nave. La medida fue adoptada al caer la noche en la región, unas 17 horas después de que la torre de control de Subang perdiera el contacto con el Boeing.
Malaysia Airlines es la aerolínea nacional de Malasia y está considerada una compañía segura. Vuela con aviones de Boeing y Airbus en los que cada día lleva a unos 37.000 pasajeros a 80 destinos dentro y fuera del país.
Los accidentes aéreos más graves en el siglo XXI
El vuelo MH3700, que despegó de Kuala Lumpur a las 16.41 GMT del viernes y tenía previsto llegar a Pekín seis horas más tarde, perdió contacto con la torre de control de Subang a las 02.40 hora local, según la aerolínea.
Anteriormente, el 12 de noviembre de 2001, murieron las 255 personas que viajaban a bordo de un Airbus-300 de American Airlines que se estrelló en el barrio residencial neoyorquino de Rockaway, en el distrito de Queens, minutos después de despegar del aeropuerto John F. Kennedy con rumbo a Santo Domingo.
Meses después, el 25 de mayo de 2002, un Boeing 747-200 de la aerolínea taiwanesa China Airlines, en el que viajaban 225 personas, cayó al mar poco después de despegar de Taipei con destino a Hong Kong. Los restos de la aeronave, que se desintegró en el aire, fueron encontrados en un radio de 80 kilómetros.
Apenas nueve meses después, el 19 de febrero de 2003, fallecieron los 302 ocupantes de un avión militar iraní que se estrelló en el sur del país. En el Antonov de fabricación rusa, que cubría un vuelo interno entre las ciudades de Zahedan y Kerman, viajaban miembros del Cuerpo de Guardia Revolucionaria Islámica.
También el 17 de julio de 2007 murieron 199 personas, y otra fue dada por desaparecida, al estrellarse un Airbus A320 de la aerolínea brasileña TAM cuando intentaba aterrizar en el aeropuerto de Congonhas en Sao Paulo.
Aunque en el avión viajaban 187 personas, otras 13 fueron alcanzadas en tierra al salirse la aeronave de la pista e incendiarse tras chocar contra un edificio.
El 20 de agosto de 2008, un avión de Spanair con 172 personas a bordo y cuyo destino era la isla española de Gran Canaria, se estrelló durante el despegue en el aeropuerto de Barajas (Madrid) con un balance de 154 muertos.
Más recientemente, el 1 de junio de 2009, murieron los 228 ocupantes de un Airbus A-330 de Air France que había desaparecido en pleno vuelo, cuando viajaba desde Río de Janeiro a París.
Los restos del avión siniestrado aparecieron en aguas del Atlántico, a unos 650 kilómetros del archipiélago brasileño de Fernando de Noronha.
Menos de un año después, el 10 de abril de 2010, el jefe de Estado de Polonia, Lech Kaczynski, y otras 95 personas, una veintena de ellos altos cargos políticos y militares, perdieron la vida al estrellarse cerca del aeropuerto militar de Smolensk (Rusia) su avión militar, un Túpolev-154.
Nervios y desinformación entre los familiares
La compañía trasladó a los afectados a un hotel situado al noreste de la ciudad desde el mismo aeropuerto a primera hora de la mañana, cuando se confirmó que el avión había perdido el contacto con la torre de control.
En una rueda de prensa en el hotel, un portavoz de la aerolínea, que se limitó a leer un comunicado que la compañía ya había publicado previamente en su página web y no aceptó preguntas, declaró que los familiares “están siendo informados de la situación en todo momento”.
Sin embargo, algunos de los 120 familiares que esperaban en la sala, declararon que “había mucha desinformación” y que “no sabían nada” sobre las circunstancias de la desaparición del avión y de sus seres queridos.
Uno de ellos aseguró que “ningún representante de la compañía ha ido a calmarles o a dar novedades sobre lo que sucedió”.
Otra familiar, una mujer de Tianjin cuyo marido viajaba en el avión, destacó que la compañía aérea “solamente le dio un papel con el comunicado oficial, nada más”.
En realidad muy pocos de los confinados han entrado o salido de los salones del hotel, un recinto escoltado por una fuerte seguridad y centenares de periodistas, sobre todo chinos, la nacionalidad a la que pertenecen la mayoría de los pasajeros.
En la entrada del hotel había varias ambulancias, así como grupos de psicólogos que accedían a la sala donde permanecen los familiares entre las preguntas de los periodistas.
Por otra parte, en el aeropuerto pequinés, a media mañana los carteles informativos aún marcaban que el vuelo que debía llegar a las 06.30 se había “cancelado”, mientras decenas de informadores esperaban noticias de lo sucedido o soñaban con encontrar a algunos de los familiares de los desaparecidos.
A medida que avanzaban las horas, este último deseo parecía cada vez más difícil de hacerse realidad, aunque los familiares y amigos que aguardaban buenas noticias en el hotel pequinés intentaban no perder la esperanza.