Artes Visuales

“Reinventar el sonido” “Miradas, al ayer, hoy y mañana”

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Obras de Nilda Marsili exhibidas en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNL.

Fotos: Gentileza producción

 

Domingo Sahda

Dos exposiciones de trabajos pertenecientes al campo de la creación artístico-plástica tienen sendos espacios abiertos para la atenta observación, la apreciación y la valoración de obras producidas por Nilda Marsili, en el Museo de Arte Contemporáneo -MAC- UNL Bv. Gálvez 1578, y Enrique Augusto Pasquini Molina, en el espacio de Vialidad Nacional, 27 de Febrero y Salta.

La obra de Marsili transita por los andariveles propios del humor un tanto socarrón impregnado por su capacidad creativa en la resolución de problemas plásticos autoimpuestos a modo de desafío, valiéndose de una perspicaz observación y una impecable resolución. La diligente orquestación entre el sonido y la forma presentados como jovial reto creativo se sostiene por la impecable calidad visual de lo producido, con mayor elegancia y gracia en los objetos - instrumentos musicales.

En sus resoluciones en el plano, el recurso es menos audaz y un tanto predecible. Marsili enlaza el volumen real con la planimetría cromática y apela a la articulación, compleja en sí misma, de la potencia del color en sus instrumentos sonoros, que suenan. La imaginación como juego de la fantasía hace su aparición sin acartonamiento alguno. Queda fuera de dudas que Nilda Marsili actúa con absoluta libertad creadora. Sus “maniquíes-arpas” parodian a tal instrumento con el absoluto desparpajo y la gracia que les otorga su creadora. Son objetos de arte sin engolamientos presuntuosos muy bien resueltos plásticamente. La actuación de la expositora como insólita concertista actuando para un gato —y para sí misma—, según lo atestigua una pantalla, cierra el círculo de la proposición a la vista. Por cierto, como dice la misma: “Rien ce‘st rien”. Viento fresco que tiene, inopinadamente quizás, la virtud de oxigenar los espacios del arte visual a barrer, con sus instrumentos-maniquíes tanta sorda solemnidad autorreferenciada en galimatías y contraseñas visuales. Tintes y colores limpios en proposiciones de cada enunciado. La imaginación creadora aparece en plenitud en sus “instrumentos”, en tanto se ve constreñida en los “planos” que se leen como pinturas abstractas un tanto previsibles. Muestra que se recorre atentamente y se disfruta en plenitud desde lo visual y desde lo sonoro.

“Miradas, al ayer, hoy y mañana”

En el espacio de Vialidad Nacional —27 de Febrero y Salta—, Enrique A. Pasquini Molina exhibe una colección de trabajos fechados en distintos años, lo que permite entender y apreciar esta muestra como una exhibición retrospectiva. Los trabajos a la vista se ven como pertinentes al área expresiva del Dibujo, sea éste de resolución por valores de contraste, o como arquitectura de líneas; en tanto que otros trabajos se resuelven directamente como pinturas, en general de formato reducido. Pasquini sostiene su muestra desde la constancia de un sólido oficio expresivo que no apela a triquiñuelas. El compromiso autoasumido con el lenguaje visual se recorta de modo permanente. A veces, prima la intención expresiva, y en otros casos, la decisión compositiva en la resolución plástica, de acuerdo con todos sus puntos, sin exaltación alguna. El autor no apunta a desafiar el medio plástico del que se vale para establecer conexiones entre obra y espectador. Medido, se expresa a través de la forma, el color, la textura con la convicción un tanto intimista de que el arte es un lenguaje —casi soliloquio— entre autor y observador. La muestra que se sostiene ajena a poses funambulescas, sin estridencias y sin fisuras plásticas, en el medido tono. Ocasionalmente, el delicado tratamiento de alguna escena enriquece la propuesta a la vista.

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