Roberto Schneider

“Extremado humanista, Discépolo ama a esas criaturas de cartón que, sin embargo, transpiran sangre, dolor de vivir y soledad”. Ésta es una contundente definición del recordado Ricardo Ahumada que merece consignarse para anunciar el estreno, el próximo jueves 5, a las 21, en el Centro Cultural Provincial de Junín 2457, de una de sus obras más emblemáticas, “Mateo”, con dirección de Antonio Germano, que retorna a la escena santafesina nada menos que con este emblemático texto de la dramaturgia argentina.

En su magnífica obra, Discépolo permite recordar que la figura del inmigrante, especialmente el italiano, ocupa un lugar central no sólo en sus textos sino también en casi todos los discursos que construyen el imaginario social de las primeras décadas del siglo XX. El teatro argentino se constituyó como tal tematizando esa presencia, haciéndose cargo de sus conflictos e incorporando las contaminaciones y los cruces lingüísticos del cocoliche al lunfardo que comenzaban a poblar el habla de los argentinos.

Pero en el teatro de Discépolo, el costumbrismo festivo y en muchos casos ligero del primer teatro argentino alcanza una dimensión casi trágica y una complejidad existencial hasta entonces inéditas. En la misma medida en que acompaña e ilustra la frustración social, la obra de Discépolo encarna el proceso a través del cual el sainete, ese género chico, caricaturesco y bidimensional, se convierte en el grotesco criollo, un teatro cuyos personajes adquieren el volumen y la consistencia que los vuelve estética y socialmente imprescindibles.

El propio Discépolo fue adquiriendo conciencia de la magnitud y la calidad de su tarea de manera progresiva. Cuando en 1921 estrena “Mustafá” (escrita en colaboración con Rafael José De Rosa), la obra es calificada por sus autores como “sainete”. Pero, en una nota introductoria, Discépolo advierte: “Estos personajes no quieren ser caricatura, quieren ser documento. Sus rasgos son fuertes, sí; sus perfiles agudos, sus presencias brillosas, pero nunca payasescas, nunca groseras, nunca lamentables. Ellos, vivos, ayudaron a componer esta patria nuestra maravillosa; agrandaron sus posibilidades llegando a sus costas desde todos los países del mundo para hacerla polifacética, diversa. Yo los respeto profundamente, son mi mayor respeto. Y suplico a esos actores vociferantes que increíblemente aún subsisten que se moderen o no los interpreten, y estudiarlos sí, gracias, pero desfigurarlos, no. Reír es la más asombrosa conquista del hombre, pero si reír es comprender que se ríe sólo para aliviar el dolor”.

Una joya

“Mateo” es una joya dramática del teatro argentino. La decisión de poner en escena la obra tiene nombre y apellido consagrados en el teatro santafesino: Antonio Germano, quien retorna así a nuestros escenarios. La propuesta se podrá apreciar, como ya dijimos, todos los jueves de junio, a las 21, en el CCP.

El elenco está conformado por Agustina Mariscotti, Fernando “Trompa” González, Lucía Klocker , Pablo “Poca” De Feo, Roberto Trucco y Antonio Germano, quien vuelve a actuar en un escenario local. Se trata de un grupo de actores profesionales provenientes de distintas ramas del teatro santafesino que se encuentran para interpretar este clásico del grotesco en una puesta teatral, como ellos mismos sostienen para El Litoral, “divertida, ingeniosa y de gran despliegue escenográfico”.

La obra narra la historia de una familia de inmigrantes italianos que viven en un conventillo del Buenos Aires de principios de siglo XX. La familia sobrevive a duras penas gracias al dinero que Miguele, el padre, gana como cochero de un carro tirado por Mateo, su viejo y cansado caballo y el protagonista de esta historia.

Entre el drama y la risa

Según los hacedores, en esta obra se evoca lo trágico desde una mirada cómica. “En este espectáculo se descubre un humor sarcástico y muy propio de los argentinos; una particular comicidad que surge de trasladar la tragedia a un plano cómico logrado. Este tipo de comicidad es la principal y más interesante característica de este clásico del grotesco argentino.

“En ‘Mateo’, están representados como crítica, la deshumanización de la modernidad, la pobreza y, como destino, la delincuencia; la trata de personas; el amor a los animales y también el derecho al trabajo y a una vida digna como valores fundamentales. Hoy día, los fundamentos de esta obra siguen teniendo contemporaneidad”.

La propuesta escenográfica es detallista y realista: un caballo construido en tamaño natural, un carro, el interior del conventillo y la representación de las calles de la ciudad a principios de siglo, estarán presentes en esta puesta. La sonorización y algunos recursos musicales, las luces con una acertada ambientación lumínica y el recurso audiovisual para amenizar el cambio de escenografía harán de este espectáculo una puesta realista y fiel de una de las obras teatrales más consagradas por los argentinos.

La escenografía es de Ariel Eier y El Cuarto de Máquinas; iluminación y sonido de Nicolás Sánchez; vestuario de Peche Barone & Luz Marina, Taller T Atelier Textil; video y fotografía: Martín Massé y JP Spitzer; diseño y fotografía Alejandra Segovia; producción general de Lucía Klocker Uhlalá Producciones Artísticas. Dirección y puesta en escena de Antonio Germano. Esta obra cuenta con el apoyo del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe. Las entradas podrán reservarse en boleterías del teatro o al teléfono del mismo, 4573735.