Artes Visuales

XCI Salón de Mayo

XCI Salón de Mayo

“Las vueltas de la vida”, de Alfredo Antonio Eandrade, segundo premio en Cerámica. Foto: Archivo El Litoral

 

Domingo Sahda

“Tiene razón, Sancho —dijo Don Quijote—, porque este pintar es como Orbaneja, un pintor que está en Úbeda, que, cuando le preguntaban qué pintaba, respondía: “Lo que saliere, y si por ventura pintaba un gallo, escribía debajo: ‘éste es un gallo’, para no pensasen que era zorra”. (“Don Quijote.../” Tomas, Facundo/ “Escrito, pintado” Edit. La Balsa de la Medusa/Madrid/Esp./2005).

“Como es tradicional y desde ya hace casi un siglo, con una regularidad y calidad insólitas en el panorama político-cultural de nuestro país, fue inaugurado el XCI Salón de Mayo en el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, vidriera parcializada de la creación artística nacional en el contexto de las Artes Visuales. Como en un teatro, en este nuevo Salón de Mayo se corre el telón y se nos invita a ingresar a nuevos recorridos, a nuevos mundos -muchos paralelos-, a una multiplicidad de espacios que reúnen vida, memoria, deseos, anhelos, expresiones, llantos y carcajadas”. (Del discurso de apertura, Catálogo de Mano de Salón).

Los campos expresivos presentes en esta convocatoria son los de: Pintura, Arte-Objeto, Cerámica y Fotografía, terrenos sobre los que emitieron opinión decisoria un jurado de selección, integrado por María Cecilia Fiel (UBA), Lucila Fosco (Esav Juan Mantovani) y Fernanda Aquere (L.M. Antonio Fuentes de Arco), y luego un jurado de Premiación integrado por Jorge Torres (M. Emilio Caraffa), María Teresa Costantini (Fundación Osde) y Marcela Römer (M. Juan B. Castagnino).

Las muy disímiles calidades de las obras aceptadas y a la vista ponen en un primer plano muchas certezas y otras tantas ambigüedades conexas con la presente dispersión expresiva que emerge de la difuminación de los límites referenciales y congruentes. En el impreso de mano no hay datos sobre el número de aspirantes a participar del concurso, y tampoco se da razón de los motivos determinantes para la adjudicación de recompensas. Dadas así las cosas, el retaceo de la información pertinente salta a la vista.

La dispersión de sentido, el non sense aparece en los diferentes apartados, destacándose en la sección Arte-Objeto. “El Arte-Objeto eleva a la dignidad de Arte a los objetos simples y cotidianos como prueba de que el Arte es, sobre todo, una actitud mental que reside en el espectador y que, mediante la representación de esos objetos en una sala de exposiciones se aprecian las calidades estéticas y no utilitarias. Lo que determina el valor estético ya no es un procedimiento técnico, sino un acto mental, una actitud distinta ante la realidad”. Este presuntuoso y falaz concepto ha llegado al límite de exhibir, en una galería italiana tiempo ha, materia fecal humana en frascos etiquetados. Como se puede apreciar, los límites de la estupidez humana no conocen de topes. Atentos pues, ganaderos varios, cloaquistas y otros especialistas de la región a la próxima convocatoria del Salón de Mayo, en 2015.

Las teorías de A. Danto (“El fin del mundo del arte”) culminan con las de I. Michaud crítico de Arte y Filósofo (Esc. de Bellas Artes, París) quien sostiene en “El arte en estado gaseoso” que “el mundo del arte ha llegado a su final porque ha desbordado sus límites, ha estallado hasta invadirlo todo; el arte está en todas partes y en ninguna”.

La supuesta democratización tiene la virtud de “igualar hacia abajo”. El lenguaje vinculante deviene en “contraseña para entendidos. Desde esta columna se interpreta que conviene volver al Arte como expresión mayor de la sensibilidad e inteligencia humanas llamando a las cosas por su nombre.

Ana María Pizarro, Miguel Taverna Irigoyen y Miguel Ángel Bonino presentan, en lugar separado, sus colecciones en calidad de “Invitados de Honor”.

“Miguel Taverna Irigoyen es uno de los artistas más sutiles de nuestro medio, cuya obra encontramos cabalmente inscripta en la fuerte tradición americanista, que más ha incidido en la plástica local”. (Miguel Grattier-Catálogo de Mano).

La poética sustantiva de la línea en manos de un cabal creador que distingue con mayúsculas propias el Arte Santafesino. “Ana María Pizarro Castellanos, dos ideas fuerza nítidas se destacan en la autora: la coherencia como actitud omnipresente en cada una de sus etapas expresivas, y el obstinado rigor en la concreción de sus propuestas”. (Domingo Sahda, Catálogo de mano del Salón). Una auténtica maestra de arte visual que resplandece con luz propia en el horizonte artístico de la región.

Miguel Ángel Bonino: “Las esculturas en cerámica de Miguel Ángel Bonino son una importante realización artística que resulta de una fuerte inspiración y un esforzado oficio”. (Adela Aldea del Catálogo de mano del Salón).

XCI Salón de Mayo

“Una línea, cinta de embalar sobre alto impacto”, de Maximiliano Peralta Rodríguez, segundo premio en Pintura. Foto: Archivo El Litoral

La Sección Pintura deviene en la principal área convocante. Corresponde decir que en la constelación de obras exhibidas en esta área también se hacen presentes chapucerías circunstanciales. Se agrega, además, que la presencia de contradicciones inducen al desconcierto en la apreciación general del área.

El Primer Premio de la Sección Pintura le fue otorgado a Fabio Lucas Egea por su pintura “Por Barrio Pueyrredón”, trabajo en el que el genuino proceso de pintar como acción creadora se traduce tanto en el impecable proceso como en el resultado obtenido. Se trata de un registro social de carnadura vital, suerte de metafórica ventana al mundo entorno. Son positivamente buenas las obras de María Alejandra Noguera, los trabajos exhibidos de José Mizdraji, de Alicia Nakatzuka, de Lorena Cabrera, y Georgina Burgui. La pintura “Una línea cinta de embalar de alto impacto”, premiada, es un gracioso juego visual que se agota en sí mismo.

En la Sección Arte-Objeto, el Primer Premio le fue adjudicado a Norma Siguelboim por su trabajo “Con tensión III”, esmerada realización tridimensional sin mayor proyección significativa. En el área, aparece la obra firmada por Leonel Marchesi, apenas una pequeña procacidad rayana en la tontería de puro efectismo... La pieza firmada por Carla Tortul “Cenizas de carne asada-memoria de 1G.B con datos de mujeres asesinadas en Argentina” es poco menos que una penosa referencia antes que expresión de arte.

En la Sección Cerámica, pobre en el número de participantes, le fue otorgado el Premio Mayor a Miguel Ángel Bonino por su obra “Sueños azules”, impecable trabajo técnico de solución bifronte, sin recorrido entorno. El ganador del premio también aparece como invitado de honor, según se ha consignado ya. Contradicción que induce a suspicacias pertinentes.

La Sección Fotografía, numerosa en participantes, exhibe en conjunto un rigor técnico destacable en la mayoría de las obras a la vista. Vale señalar que la concentración en el esmerado oficio impacta en el menor vuelo poético de muchas de las imágenes expuestas.

Muchos trabajos atrapan la atención, pero no conmueven. El Primer Premio por el conjunto de obras le fue concedido a María Zorzon, piezas de excelente realización que cierran su significado en sí misma.

Un salón, cualquiera sea su tipo o estilo, es sólo una competencia circunstancial y la historia ha demostrado una y otra vez que muchos “glamorosos” premios a poco se hunden en un piadoso olvido. Mucho de ello se testimonia con sólo revisitar el patrimonio existente.

XCI Salón de Mayo

“Proyecto hábitat 02 - Variaciones: el hemisferio izquierdo”, fotografía digital toma directa, de Renato Fabricio Fumero, segundo premio en Fotografía.

Foto: Archivo El Litoral