Noche agitada en Alto Verde

 

Balearon en la cara a un policía

Tiene 31 años y afortunadamente el domingo podrá festejar sus 32. Fue atacado en inmediaciones de la Manzana 3, donde acudió a un pedido de auxilio por un enfrentamiento entre bandas delictivas. Luego se realizaron allanamientos en la zona. Trasladaron a 17 sujetos, de los cuales dos quedaron detenidos.

26-01-POLICIA HERIDO ALTO VERDE.JPG

“A quemarropa” fue herido el suboficial, en un pasillo de la Manzana 3. La policía secuestró dos armas de fuego. Foto: El Litoral

 

Joaquín Fidalgo

[email protected]

Un joven policía salvó su vida de milagro anoche, en las calles de Alto Verde, cuando un delincuente lo baleó a quemarropa en pleno rostro. Increíblemente, el proyectil quedó alojado debajo de la lengua del uniformado, que se recupera en el Hospital José María Cullen.

Bernardo Zeballos tiene 31 años y es padre de dos niñas de 6 y 4 y un bebé de 1. Es suboficial y lleva aproximadamente 10 años en la fuerza. Desde hace ya un tiempo presta servicio en la comisaría 24a del distrito costero, pero en sus comienzos pasó por el Cuerpo Guardia de Infantería.

Anoche, se vio involucrado en un incidente que terminó a “centímetros” de convertirse en tragedia. Eran aproximadamente las 21.40 y Zeballos recorría la barriada junto a su compañero, Marcos Cáceres, a bordo de la patrulla.

Se desató en ese momento uno de los habituales tiroteos entre las bandas delictivas que se disputan el dominio del territorio (el enfentamiento entre violentos sujetos de distintas manzanas es añejo).

Los policías solicitaron apoyo, pero no aguardaron a los refuerzos para intervenir. Es que los proyectiles podían alcanzar a alguna víctima inocente y los vecinos pedían ayuda desesperados. Al llegar a la escena, en inmediaciones de la Manzana 3, los uniformados vieron un nutrido grupo de jóvenes reunido en un pasillo. Frenaron el vehículo a unos 50 metros, descendieron y fueron en persecución de los sospechosos que se dieron a la fuga. No obstante, sorpresivamente, uno de los muchachos volvió sobre sus pasos y abrió fuego contra los uniformados.

Zeballos sintió el balazo en la cara y se arrojó al suelo, para protegerse. Su compañero lo socorrió, lo ayudó a incorporarse y lo cargó en el patrullero. Luego, lo llevó de urgencia al Hospital Cullen, en medio de un fuerte operativo de escolta. Los médicos del centro público de salud comprobaron que la bala había ingresado a la cabeza del uniformado debajo del labio, del lado izquierdo, y se había alojado en la base de la lengua, luego de provocar una fractura en el maxilar inferior.

Increíblemente, el hombre se recupera. Este mediodía, las autoridades de la Unidad Regional I realizaban los trámites de rigor para tratar de derivar al suboficial herido a un sanatorio céntrico.

26-03-SUBOFICIAL ZEBALLOS.JPG

Foto: El Litoral

Allanamientos

Mientras Zeballos era trasladado al hospital, una fuerza conjunta de efectivos de la Agrupación Cuerpos, Orden Público y Seguridad Rural realizó un gran despliegue en el lugar del hecho. Los uniformados allanaron algunas viviendas y trasladaron a sede policial a 17 individuos, de los cuales 2 quedaron detenidos (uno tenía pedido de captura y otro de paradero). Además, fueron secuestradas dos armas de fuego: una tumbera (escopeta de fabricación casera), con un cartucho disparado en el interior y un revólver calibre 22 corto.

Durante los procedimientos, también resultó incautada una moto negra marca Guerrero de 110 centímetros cúbicos.

Vecinos de la Manzana 3 de Alto Verde, se comunicaron esta mañana con El Litoral para denunciar abusos de algunos de los policías que participaron del operativo.

“Somos dos por guardia”

Esta mañana, Bernardo Zeballos no podía hablar por la herida de arma de fuego, pero igualmente le contó lo sucedido por escrito a la periodista Verónica Encinas, de Radio LT 10.

“Estabamos patrullando y de repente nos chocamos con un enfrentamiento entre bandas. Los vecinos nos apuraban. Entonces pedimos apoyo y procedimos, porque si no podría morir algún inocente.

“Vimos a un grupo. Entonces al emprender la persecución, nos salieron de un pasillo y tiraron a quemarropa. Uno que estaba vestido de negro fue el que me tiró. Estaba a 50 metros. Sentí el impacto y me tiré al piso. Luego le dije a mi compañero y me sacó. Eran las 21.40 más o menos. Íbamos en el móvil 4433 con el oficial Marcos Cáceres. La hemorragia no paraba. Me ahogaba y había perdido el conocimiento... Nadie nos apoya. Somos dos por guardia”, escribió de puño y letra en un papel que le acercó la reportera.

26-02-IMG_8335.JPG

Anoche, consternados, compañeros del policía baleado aguardaban novedades ante las puertas de la Sala de Urgencias del Hospital Cullen. Foto: Manuel Fabatía