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“Narcolandia”

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Tímidamente, en el año 2000 -y con un crecimiento sin tregua durante estos años-, la llegada de narcotraficantes colombianos fue un hecho elocuente de la grave situación que hoy aflige a la Argentina. Virginia Messi y Juan Manuel Bordón investigan y documentan la historia de los carteles colombianos y cómo penetraron nuestro país y las inmediatas consecuencias: las vendetas, los beneficios migratorios, la facilidad para lavar dinero, la vida de lujo, el puerto de salida de la droga hacia Europa, el espionaje y la disputa de poder detrás del negocio.

Narcolandia, explican los propios autores, “busca explicar con datos concretos, testimonios de fuentes especializadas y también con historias y personajes un fenómeno en particular: el arribo de narcos colombianos a la Argentina... La historia de los carteles colombianos, los herederos de los capos que eligieron la Argentina, los crímenes de sicarios en Buenos Aires, la vida en los countries de lujo...”. Respecto de esto último, un capítulo especial del libro estudia la arista glamorosa de esta delincuencia: la vida de los narcos colombianos y de sus familias en barrios cerrados de lujo bonaerenses o en zonas exclusivas como Puerto Madero o Belgrano. “Los colegios top ubicados dentro de algunos de estos barrios privados comenzaron a tener un alumnado con acento caribeño, chicos simpáticos que hicieron amistad con sus compañeros de banco argentinos. Sus madres, fácilmente identificables tanto por sus looks llamativos a la hora de salir a hacer caminatas en grupo como por su facilidad para gastar efectivo en los comercios, también se hicieron notar. Pero siempre puertas adentro de ese micromundo confortable”.

Los autores citan al colombiano Daniel Rico, quien sostiene que huir de Colombia es la mejor opción, ya que es mucho más difícil ser apresados fuera de ese país. Anotan que para “muchos capos que eligieron la Argentina, la orden de captura llegó directamente de Washington y no de Bogotá. Esta fuga de capos hacia otros destinos fue bautizada por el catedrático de Miami Bruce Baglesy como el “efecto cucaracha”. Cuando las organizaciones criminales buscan evitar la detección después de que la luz ha sido encendida sobre ellas, se desplazan de un municipio a otro, de un país a otro, en busca de lugares más seguros y autoridades estatales más débiles. Uno de sus nuevos nidos preferidos es la Argentina. Sólo entre enero de 2010 y julio de 2013 la Dirección Nacional de Migraciones argentinas resolvió 43.155 radicaciones a ciudadanos colombianos. Muchos, la mayoría, no tienen relación con el negocio de la cocaína. Pero otros sí y se sienten todavía más cómodos instalándose en un país donde hay una comunidad de compatriotas entre la que pueden pasar inadvertidos”.

Messi y Bordón estudian historias concretas y siguen el derrotero de narcos y operativos nacionales e internacionales en procura de sus capturas. Publicó Sudamericana.