Guillam Balagué, el escritor y periodista español que hizo el libro de Guardiola y ahora el de Lío

“Messi es un jugador de momentos”

  • Dijo que luego de la Copa América de 2011 pensó seriamente en no jugar más para la Selección. “Creyó que no lo entendían; lo calmó la familia”, señala.
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El Litoral con el autor del libro de Guardiola y de Messi en el Centro de Prensa de Porto Alegre, el más coqueto de todos. Habló de todo sobre Messi, hasta de las razones de sus vómitos en la cancha.

 
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Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Porto Alegre)

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El correr de la charla la fue tornando más interesante. Sobre todo a partir del momento en que este escritor y periodista español comenzó a contar algunas cosas de Messi que explica con más detalles en el libro que saldrá a la brevedad. Guillam Balagué no es la primera vez que cuenta una historia grande del fútbol. Ya lo hizo con Pep Guardiola, escribiendo un libro sobre este entrenador del que también habló. Con El Litoral al diálogo lo hizo largo y tendido en Porto Alegre, con el resultado del partido ante Nigeria consumado. Y tuvo un especial recuerdo hacia aquella noche en el estadio de Colón, cuando Argentina quedó eliminada de la Copa América de 2011 y Messi, que pateó un tiro libre casi a la calle, fue silbado.

—Hablemos del libro, Guillam...

—Mi primera satisfacción es que la familia de Messi lo haya aceptado como su biografía. No es para menos. El libro está contado desde los ojos de Leo, desde los de su familia y estuve en Rosario y hasta en Bélgica, buscando lugares y gente que pueda aportarme cosas. Básicamente, los cuatro años de Messi con Guardiola me los cuenta Pep. Es una verdadera declaración de amor de Guardiola por Leo, donde básicamente dice: “Leo, todo lo que hice, lo hice por ti”. Pero es que no había otro remedio...

—¿Cómo es eso de que no había otro remedio?

—Porque Leo ha sido exactamente igual desde los 8 años, ha tomado el balón desde la derecha, escogió una diagonal, dejó a tres rivales en el camino y ha marcado. A eso, Leo lo ha hecho siempre y en todos los equipos que jugó. A Pep no le quedó otra cosa que rendirse ante eso.

—¿Qué le dio La Masía, entonces?

—Nada, La Masía no le ha dado absolutamente nada. Le dio la posibilidad de jugar en un equipo que se adaptó a sus circunstancias y que tuvo al segundo mejor jugador del mundo sumiso al primero y al tercer mejor jugador del mundo también sumiso al primero, y no necesito nombrártelos porque todos saben. Ese es el aporte que hizo La Masía por él, pero a él en particular, nada. Ahora hay que ver cómo se adapta Neymar a eso y cómo lo hará Luis Suárez si va. Otra historia que se cuenta en el libro es que en 2011 quiso abandonar la selección porque no se le entendía. Fue un momento de debilidad, de mucho dolor, pero reaccionó enseguida y su familia le hizo creer que debía pelearla.

—¿Usted sabe que en esa Copa América de 2011 él jugó dos partidos en Santa Fe y que allí lo silbaron?

—Fue en ese momento y no exclusivamente por aquellos silbidos. No fue la única vez que a Leo lo silbaron. Conozco aquella anécdota de Santa Fe.

—Ya volveré sobre este tema. ¿Qué fue lo que cambió en él?, ¿cómo lo ve ahora?

—Es otro jugador, ya no es el que apareció en la primera del Barsa, ya no es el que tenía que correr por la banda, ya no es el del gol del Getafe... ¿Sabés qué le dijeron Pep Guardiola y Rijkaard después de marcar aquel gol tremendo?

—Lo felicitaron, me imagino, si fue un “jugadón”...

—No, le dijeron que a eso no lo vuelva a hacer, porque es gastar energías inútilmente, tontamente. Lo intentaste una vez en la vida, te salió y punto. No lo hagas más. Eso fue lo que le dijeron. De repente le pidieron que se acercara más al área, por eso se convirtió en un jugador de momentos. Si Argentina anda bien y tiene juego, Leo intervendrá mucho. Si no, esperará hasta el momento de hacer las cinco carreras que tiene que hacer, para las dos o tres faltas que tendrá que tirar y ya estamos. Mucha gente que ama al Leo y pide al Leo anterior, está equivocada. Eso no vendrá más.

—¿Es bueno o malo?

—¡Pues hombre, mira lo que hizo en este partido nomás!

—Volvamos a aquellos partidos en Santa Fe...

—Ese día con Uruguay fue importante porque confirmaba todos los temores. Él se preguntaba por qué no podía jugar mejor y también por qué no se lo entendía. Fue el momento duro que ya pasó. Todos buscaban compararlo, todos querían que Leo empezara y terminara las jugadas. Todos querían que fuese como Maradona. El entendió que debía plantarse y decir que es el jugador de los goles y de las jugadas que quiere hacer, que las comparaciones queden para otros pero que a él no deben afectarlo.

—¿Cuánto de difícil tiene el hecho de ser Messi?

—El tema Luis Suárez me hizo reflexionar que para llevar sobre la espalda las exigencias y las presiones de una historia y de un pueblo, hay que estar preparado y no todos lo están. Luis Suárez sabe que se ha equivocado porque ya lo dijo hace un año, cuando hizo exactamente lo mismo. Es un instinto que tiene, un enchufe que lo provoca el stress de tener esas obligaciones. Leo tiene el volumen emocional mucho más bajo que nosotros y hace lo que tiene que hacer y no más. Es humano y el stress lo tiene que manifestar en algún lado. Lo tiene en su cerebro y se manifiesta en forma de vómitos.

Tuvo 59 segundos la pelota...

Como para abonar este análisis de Balagué, se hizo un estudio científico de lo que hizo Messi durante los 67 minutos del partido ante Nigeria, donde corrió un total de 5.900 metros, o sea casi 6 kilómetros, y apenas tuvo la pelota durante 59 segundos en su poder.

Sería interesante poder compararlo con otros jugadores, tanto en el mismo partido como en el mismo equipo. Uno tiene la impresión de que Messi no es el jugador de Argentina que más tiempo tiene la pelota, por más que sea al que más se intente buscar.

Pero esos 59 segundos de entrada en juego, teniendo en cuenta lo que hizo, lo convierten en un futbolista tremendamente eficaz, por más que en los dos goles que hizo, sólo haya tenido la pelota décimas de segundos en su poder, lo que pueden demorar dos remates sin dominio (el del rebote en el palo y el arquero que cayó en su poder, en el primer gol, y el tiro libre del segundo).

 

Las anécdotas de Ferguson

Hay algunas anécdotas que Balagué ha contado y que pertenecen a la autoría de jugadores a los cuales alguna vez los dirigió el interminable Sir Alex Ferguson. Van un par de ellas:

Dion Dublin (ex delantero): “A los 60 minutos de mi debut, me rompí la pierna. Yo soy el responsable de los éxitos de aquella época porque Ferguson se trajo a Cantona tras mi lesión de larga duración. Ese es el mayor talento de Sir Alex: sabe cómo tratar a los genios, diferente al resto de mortales”.

Ryan Giggs: “Alguien le dijo que estábamos de fiesta con Lee Sharpe un lunes por la noche en Blackpool. Se puso tan furioso que cogió el coche y se dirigió al barrio de Lee. Empezó a golpear la puerta de cada una de las casas hasta la correcta; con cada error se ponía más irascible. Cuando llegó a la correcta nos echó a todos, menos a tres que se escondieron en un armario”.

 
“Messi es un jugador de momentos”

Lionel Messi, una de las grandes figuras del actual Mundial y el que alguna vez pensó seriamente, hace tres años, en no jugar más para la selección, luego de la Copa América de 2011. Balagué cuenta los por qué. Foto: EFE

—¿Esa es la explicación de los vómitos?

—Claro. Lo hablé con su familia y me contaron que siempre le pasó, desde muy chico. Pero considero que una persona tiene que tener diez puntos para ser una estrella y uno de esos diez puntos es que no te afecten mucho las cosas.

—¿Guardiola podría dirigir en el fútbol argentino?

—¡Y si ustedes no quieren que dirija en el fútbol argentino!... No habría decisión unánime al respecto. Él es un enamorado de la Argentina. Lo siguiente para Pep podría ser el Brescia de Italia o Rosario Central, qué se yo... No le gustaría mucho a Leo que es de Newell’s (risas). Estando en el Barsa no podía irse al Aleti de Bilbao, por más que hubiese querido, y no podía irse a alguna selección, Brasil lo quiso, él se dejó querer pero no fue tan firme como debió ser. Él quiere dirigir 40 años. Hoy tiene que pensar en alto, porque está allá arriba y no debe bajar, en el día de mañana no lo sé.

—Te lo pregunto por lo histérico y competitivo que se puso el fútbol argentino, te lo habrá contado Menotti...

—El fútbol argentino padece porque se van todos los futbolistas buenos, ninguno se queda el tiempo suficiente, esto hace que baje la calidad, los que vuelven es porque ya no pueden quedarse donde están, hay una extraña relación entre la afición y algunos clubes, hay que ser muy conocedor de ese fútbol para dirigirlo. España se puso parecido en algunas cuestiones, sobre todo a nivel de exigencias. No lo veo a Guardiola dirigiendo en Argentina pese a que ama Argentina.

—Volvamos a Messi, ¿cómo es su relación con el padre y el resto de la familia?

—Por un lado, el padre siempre premió el trabajo de su hijo por encima de los éxitos. En los futbolistas hay una lucha constante por impresionar a su padre y que no reciba las palmaditas de siempre. Messi tiene, por un lado, la reserva del inmigrante, esa barrera que uno crea cuando se van a vivir fuera del país y, por el otro, la desconfianza que siente hacia la gente, porque se han aprovechado de él y de su familia.

—¿Simeone?

—Hace poco escribí algo que tiene que ver con él y con aquella victoria ante el Chelsea y comparando con un Mourinho que no estaba contento con sus jugadores, porque, además, recién había tomado el equipo. Simeone, a diferencia, regaló los oídos de, por ejemplo, un Adrián que llegó a sentirse fuera de todo. Y esas charlas, ese toque a la espalda al final de los entrenamientos, esas palabras en alguna rueda de prensa, esa recuperación para el grupo de última hora, producen estos lodos. Todo ello hizo que se crea absolutamente en la idea, con un esfuerzo gigantesco.

—Una última. ¿Se gana un dinero excesivo en el fútbol profesional?

—Es falso el debate, porque en el camino se pierde mucho dinero y el pastel debería cortarse más grande para los jugadores. Estamos en la elite de la industria, ¿a quién le damos el dinero si no es a los artífices de esto?

“Argentina dibuja el Mundial de las selecciones campeonas”

Acababa de ver la victoria argentina y tenía bien fresca la actuación del equipo. Además, estuvo observando varios encuentros, siguiendo ahora a quienes considera favoritos ante la eliminación de España.

—¿Qué has visto del Mundial, Guillam?

—Argentina está dibujando el Mundial que dibujan las selecciones campeonas. Empezó tirando a mal, con un cambio táctico en la mitad del partido con Bosnia en el que, entre todos, deberíamos averiguar qué pasó en el descanso de ese encuentro. Se está adaptando muy bien a un torneo en el que los sudamericanos sacan sus ventajas. ¿Oíste lo que dijo Mascherano?

—¿Respecto de qué cosa?

—De los césped altos y duros, de una temperatura y humedad que favorecen a los sudamericanos y eso los favorece a ustedes. Hay muchos cerebros adentro de ese plantel y seguramente habrán dado su opinión y eso se nota en la mejoría del equipo. Cuando hay más movilidad se crean los espacios y con espacios, puede aparecer el mejor Messi. También la lesión del Kun Agüero permitió la aparición de un Lavezzi que equilibró mejor las cosas.

—¿Venimos bien, entonces?

—Tiene buena pinta, aunque todavía no enamore.

Capítulo 18

El Mundial da para todo

Enrique Cruz (h) (Enviado Especial a Belo Horizonte)

Hay cosas que me causan una muy linda sensación... Si la pausa y la consiguiente reflexión a la que invitan los puntos suspensivos hizo que creyera que le voy a hablar de mujeres, error. Algunas son lindas, otras no tanto, sorprende la escasa cinturita de la mayoría, están las rellenitas y las que necesitarían que Jorge (te aclaro que sigo pensando que el mejor café con leche del mundo es el que tomo en el bar del Diario) les sugiriera tres o cuatro recetas bien polentas para apretar un poco más el jean. En fin, como en todos lados. Y en Santa Fe hay material femenino como para no tenerle envidia a nadie.

Las cosas que causan una linda sensación es ver a tantos pibes y no tan pibes que mantienen en alto el prestigio de la vieja, querida y gloriosa cometa. Que no es la que muchos piensan, sino la verdadera cometa, la que se construye con el papel que, naturalmente, se llama “papel cometa” (no se va a llamar papel-on o papel-ar, chiste muy malo, ¿no?), dos pedazos de caña o de madera (no sé cuál es la mejor receta), la cola y el hilo. Nosotros la llamábamos barrilete. La construcción era artesanal, había que tener muy en cuenta las asimetrías, pegar bien los elementos, buen hilo para que no se corte y un amigo que la levante un poco para que agarre vuelo enseguida.

Hacíamos en ese entonces un verdadero estudio acelerado de los vientos y descubríamos cables de luz que cruzaban la calle cuando el barrilete se quedaba colgando, cumpliendo de esa forma su vida útil. Pues bien. Acá es notable ver cómo se remontan los pequeños barriletes, lo cual me devuelve a aquellos tiempos de niño, cuando jugábamos al fútbol en el campito, le pegábamos pelotazos a la puerta del almacén de doña Lola, metíamos “fulbito” y tenis criollo en Sargentito Cabral y nos reíamos todos los días y a toda hora de Melón Monserrat, mi querido amigo.

No me quiero poner melancólico estando lejos y con tanto tiempo por delante todavía. No sea cosa que se me dé por empezar a tomar caipirinha... No lo haré, porque hay que trabajar mucho, se duerme poco y la idea es estar bien hasta el final. Bien fresco, ¿hay que aclararlo?