El invitado

El trigo sigue complicado

Alejandro Ramírez

Analista Agropecuario

Siguen pasando los días y los problemas para sembrar trigo continúan. Las reiteradas lluvias, los días más cortos y excesivamente húmedos hacen imposible realizar las tareas de laboreo y preparación de la tierra y los trabajos específicos de siembra. La situación comienza a preocupar a los productores porque las semillas están compradas y si se sigue con el retraso de la siembra, tendrían que comenzar a realizar los cambios de semillas de los ciclos largos a intermedios o más cortos. “Yo siembro trigo porque debo rotar el campo. Porque si fuera por el negocio o el mercado, ni loco siembro trigo” decía un importante contratista de 9 de Julio, Provincia de Buenos Aires. Y esta es la sensación que tienen muchos de los hombres de campo de nuestro país. Ven como el mercado de trigo dejó de ser transparente, donde los molineros y los exportadores “manejan” a su gusto los valores a los cuales compran el cereal.

Muchas veces los precios que se comercializa el trigo en el mercado interno, son bastante más bajos que lo que indicaría el mercado internacional. En alguna época del año, esta quita de valor llegó a ser de 40 dólares por tonelada. Este modus operandi que vienen desarrollando los compradores desde hace 6 años, hizo que los productores vean al trigo como mal negocio. Debemos agregar a todo este complicado panorama, la imposibilidad de libre exportación. Esto generó pérdidas de mercados compradores internacionales, descreimiento de la seriedad comercial de nuestro país, y enojo de aquellos países que desde toda la vida nos compraron trigo.

El argumento que indica que el cierre de las exportaciones de trigo se realiza para proteger y garantizar la oferta en el mercado interno, es falaz y avieso.

Lo único que se ha logrado con esta medida, es entorpecer la actividad comercial y que cada vez se siembre menos trigo.

Y al que le quepa el sayo, que se lo ponga.