Pulsos de la política provincial

La política, entre el default y el Mundial

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Sergio Urribarri, Omar Perotti (FPV), Federico Angelini (PRO) y Leonardo Raimundo (UCR) que en la semana que termina se mostraron activos en sus respectivos espacios.

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Darío H. Schueri

Entre los tremendos zapatazos de Messi que estremecen las redes brasileñas agitando el culposo fervor nacional por una Selección hasta ahora desangelada, los políticos continúan haciendo juego en todas las canchas preparándose para la otra gran competencia: las elecciones generales de 2015.

El gobernador de la provincia de Entre Ríos, el ultra K Sergio “Pato” Urribarri, pasó por esta capital invitado a los tradicionales desayunos de trabajo de la Asociación de Dirigentes de Empresa (ADE) para anoticiar al colmado y atento auditorio que quiere ser precandidato a presidente de la Nación, y que por ahora su misión es “hacerse conocer”.

Para ello no necesitaba sobreactuar discursivamente las virtudes de sus seis años y medio de gestión. Es cierto que supo aprovechar el generoso bolsillo económico que le abriera el matrimonio Kirchner, lo que le permitió remediar “décadas de postergación” (incluidas las de su mentor Jorge Busti, de cuyo gobierno formó parte). Pero semejante autoponderación puede resultarle contraproducente.

Más tarde, el padre del ex marcador de punta de Colón de Santa Fe reunió en un hotel al peronismo santafesino kirchnerista, disperso provincialmente, con el propósito de que lo acompañe en las Paso del año venidero (o de última, negociar el lugar de vice con Scioli, al que identificó con el modelo nacional “aunque con matices”). En la conferencia de prensa, lo flanqueó otro precandidato, en este caso a gobernador: Omar Perotti, quien por cortesía partidaria recibirá en su provincia a todos los precandidatos peronistas (con excepción de Sergio Massa y tal vez de José Manuel de la Sota, quien acaba de anunciarle a un dirigente rosarino que competirá, ¿o se aliará? probablemente dentro del Frente Renovador).

Un detalle: el obeidismo que decidió jugar definitivamente con Daniel Scioli y despotrica duramente contra el gobierno nacional, no acompañó (salvo Mario Lacava, casi protocolarmente, en la conferencia de prensa con el presidente de la Cámara, Luis Rubeo) al gobernador entrerriano que el año pasado le “aguantó los trapos” (junto a Scioli y otros dirigentes nacionales) en Los Maderos del puerto local a la alicaída candidatura a diputado nacional de Jorge Obeid.

Mientras tanto, el secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos, aseguró que cargará sobre sus espaldas al “kirchnersimo duro” como precandidato de ese sector para las primarias provinciales de 2015, con el padrinazgo político del ministro de Infraestructura, Julio de Vido.

“Del Sel es Macri”

En el PRO, la danza de hipotéticas alianzas con sectores justicialistas de nuestra provincia se congeló cuando desde Israel, Mauricio Macri dijo que no había “chances de una alianza con Scioli o con Massa”. Es más, el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires se distanció de modo tajante de “quienes gobernaron la Argentina durante los últimos 30 años”, y en sintonía con su definición política, el diputado provincial Federico Angelini, armador de Macri en Santa Fe, afirmó -por si hiciera falta- que Miguel Del Sel “es Macri y es presidente del PRO en la provincia”.

Angelini no cierra las puertas a los “peronistas de buena voluntad” que en el territorio quieran jugar con Del Sel, pero es muy cauteloso respecto de los acuerdos de cúpulas. De la misma manera opinó sobre el escrito del diputado radical Darío Boscarol publicado por El Litoral, texto en el que postuló la necesidad de una alianza entre el Frente Amplio Unen y Macri con vistas a 2015.

Radicales en transición

Boscarol disparó con su opinión las desavenencias y suspicacias internas en el radicalismo (en esta columna dijimos que Del Sel había compartido hace un par de meses un café con Boscarol y Barletta); dirigentes y legisladores se limitaron a decir que fue una reflexión personal que, de paso, no comparten. Y Julián Galdeano del M.A.R, expresó que, con cinco aspirantes dentro del Faunen, es impensable que allí se pueda alojar también a Mauricio Macri.

Con la proclamación del intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo, como presidente de la Convención Radical, máximo órgano partidario, el radicalismo comienza una nueva etapa encabezada por Mario Barletta al frente del Comité Provincia. Queda a la vista un proceso de intenso movimiento interno, con interesantes transiciones generacionales en los distintos sectores; proceso que habrá que seguir con atención, sobre todo de cara al ciclo electoral que se avecina, en el que también juegan los posicionamientos dentro del FPCyS gobernante.

Grupos como Cauce, con Jorge Henn y Fabián Palo Oliver; el propio M.A.R., con tres senadores jóvenes y un líder sureño (Galdeano); el diputado Maximiliano Pullaro y su nueva expresión; una pléyade de jóvenes intendentes y dirigentes que pugnan por sentarse en las mesas de negociaciones y ser parte de las discusiones con “los mayores”, van conformando en el radicalismo una fisonomía distinta que mira más allá de 2015.

Es un tiempo de desafíos, en un mundo cuyas alteraciones tecnológicas revolucionan los paradigmas sociales y los modos de vida. Lo definió con claridad meridiana el economista Roberto Bisang en su magistral disertación sobre el modelo agroindustrial a seguir por la Argentina para mejorar su inserción en los mercados globales. Y lo hizo durante las jornadas de Agroindustria que, organizadas por la Municipalidad de Santa Fe, concluyeron en la víspera en la Estación Belgrano.

Los políticos, que son los que en sus roles de dirigentes y gobernantes tendrán que conducir esas opciones estratégicas para beneficio de sus comunidades no pueden -ni deben- ignorar los nuevos paradigmas. José Corral y Miguel Lifschitz, en primera fila, tomaron nota de los tiempos que vienen.

Es un tiempo de desafíos, en un mundo cuyas alteraciones tecnológicas revolucionan los paradigmas sociales y los modos de vida. Y los políticos no pueden ignorarlo.